Infarto: a las mujeres todavía las atienden distinto

Infarto: a las mujeres todavía las atienden distinto

Por Fabiola Czubaj
El corazón femenino puede sufrir tanto como el masculino. Sin embargo, no siempre recibe la misma atención.
Un registro local que evalúa las decisiones terapéuticas que los médicos adoptan a diario en medio centenar de unidades de cuidados intensivos del país revela que los hombres y las mujeres que llegan a un hospital con un preinfarto o un infarto no siempre reciben la misma atención.
Como en el mundo, la tendencia local es que a ellas, que siguen teniendo síndromes coronarios agudos unos siete años más tarde que los hombres, se les indican menos prácticas diagnósticas y terapéuticas recomendadas que a los varones.
Esas estrategias incluyen desde las técnicas invasivas, como la angiografía (cateterismo para estudiar los vasos sanguíneos con un líquido de contraste), la angioplastia (cateterismo para eliminar una obstrucción vascular y colocar un stent ) o el bypass coronario, hasta los tratamientos con fármacos recomendados para utilizar a partir del alta médica.
“Existe la idea de que la enfermedad cardiovascular es más propia del hombre y que el cáncer lo es de la mujer. Y eso, aunque no es así, es algo que no sólo impacta en la población, sino también en el pensamiento médico. Saberlo y modificarlo ayudará a optimizar los tratamientos”, dijo a la nacion el doctor Carlos Tajer, codirector del Grupo de Estudio, Docencia e Investigación Clínica (Gedic).
Este grupo, que se declara “voluntario e independiente”, abrió un registro multicéntrico llamado Epi-Cardio, que funciona con un software de bajo presupuesto de desarrollo propio.
Tajer, que también es jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Alta Complejidad El Cruce, de Florencio Varela, explicó que la información registrada entre 2006 y 2011 revela que aún subsiste un sesgo de género en la atención, aunque es algo de lo que se habla “desde hace mucho tiempo” en cardiología.
Con los resultados del análisis de la información de los registros y de las correcciones estadísticas realizadas con las características de los pacientes (edad, género, diabetes, tabaquismo, etcétera) delante, Tajer se pronunció en favor de la hipótesis más fuerte hasta ahora sobre esta tendencia. Según dijo, el sesgo de género tendría una explicación cultural.
“Las diferencias poblacionales no son gigantescas, pero sí relevantes -sostuvo-. No hay que causar alarma: las mujeres no están mal tratadas en las unidades de cuidados intensivos. Quizás, el tratamiento es subóptimo, lo que quiere decir que puede mejorar aún más. Muchas de las conductas médicas están condicionadas por distintos factores, de ahí la importancia de identificarlos para poder adoptar las medidas educativas necesarias para mejorar esa conducta.”

TERAPIA INTENSIVA
En el registro Epi-Cardio, 49 unidades de terapia intensiva del país volcaron hasta el año pasado la información detallada sobre la atención que recibieron los pacientes internados por problemas cardiovasculares.
Aunque el registro sigue acopiando datos (ya participan casi 60 unidades coronarias), el equipo del Gedic analizó la tendencia de los datos registrados entre 2006 y 2011 sobre 54.055 pacientes.
Los médicos se concentraron en los 7495 pacientes con síndrome coronario agudo (SCA), es decir, infarto y angina inestable o preinfarto, que es cuando aún no se produjo la obstrucción de las arterias coronarias. En el 28,8% de los casos, se trataba de un corazón femenino.
“Observamos que a las mujeres con síndrome coronario agudo se les hacen menos estudios invasivos (cateterismos) que a los hombres y hay una menor indicación de algunos fármacos (tienopiridinas, betabloqueantes y estatinas) cuando se van de alta. Pero, a pesar de eso, comprobamos que no hay diferencia en la mortalidad con los hombres, lo que es una buena noticia”, consideró el doctor Alejandro Silberstein, coordinador de Epi-Cardio y médico del Servicio de Cardiología de los hospitales Durand y El Cruce.

ELLAS Y ELLOS
Entre las diferencias que los médicos encontraron al comparar las características de los pacientes, encontraron que ellas eran siete años más grandes que ellos al momento de tener un infarto o un preinfarto.
Además, la diabetes y la hipertensión eran mucho más comunes en las mujeres: el 71,4% de ellas tenían la presión alta y el 23,6% eran diabéticas, mientras que el 59,7% de los varones eran hipertensos y el 19,4% tenían diabetes. Pero los hombres fumaban el doble que ellas (36,5 versus 18,2%) y habían tenido más infartos previos, como también más tratamientos como angioplastias y revascularizaciones ( bypass coronario).
“Los resultados son concluyentes”, opinó Silberstein, que los presentó en el último Congreso Argentino de Cardiología, de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Por su parte, el doctor Hernán Gagliardi, codirector del Gedic y médico de la División de Cardiología del Hospital Argerich, insistió en aclarar que las diferencias detectadas en la atención según el género “no ponen en riesgo a las pacientes ni hay subtratamientos o tratamientos distintos” a los que recomiendan las guías internacionales.
“Nos permiten detectar una menor indicación de procedimientos y tratamientos en algunos casos de síndromes coronarios agudos. Obviamente, con esto apuntamos a mejorar esas indicaciones médicas a través de la educación de los profesionales”, agregó Gagliardi, que también coordina el Servicio de Cardiología de la Clínica del Sol.
En el estudio participaron también los doctores Javier Mariani, Maximiliano Deabreu y Hernán Doval.
LA NACION