17 May Gustavo Berger: “si afilás el oído se nota la posición ideológica que tiene cualquier cómico”
Por Analía Rivas
“Cuando estrené el show, Chávez estaba vivo, Lula era presidente, Moyano era kirchnerista y teníamos un Papa nazi”, resume Gustavo Berger sobre los temas que en la primera temporada abordaba en Un rubio peronista, el espectáculo de stand up político que ya va por el tercer año de presentaciones y que lo consagraron como un referente nacional y popular y como blanco de los “anti k”.
De regreso al teatro Bambalinas y siempre con entrada a la gorra (no imponer una barrera económica forma parte de su manifiesto de cómo divulgar su obra), Berger se sorprende del reconocimiento que su humor cosechó: “En el 2012 hicimos una función con nueve espectadores en una sala de cuarenta localidades y después fuimos subiendo. En la Manzana de las Luces pasamos a una sala de setenta. El año pasado fui al Paseo La Plaza una sala de noventa y ahora desde febrero llenamos una de ciento treinta, es muy loco que tanta gente venga a verme.”
–¿Comulgás ciento por ciento con lo que se expone en el show?
–Sí. Está construido en base a mis ideas políticas.
–¿Qué temas de actualidad abordás en la nueva temporada?
–Hablamos del Papa argentino, del cambio de Moyano, hablo de Macri, cuando empecé con el espectáculo no se quería hacer cargo del subte y ahora estoy hablando de la inscripción online. Macri tiene su momento fijo en el show. A los tres días del estreno del primer espectáculo estatizaron YPF y tuve que cambiar toda una gran parte de un día para otro, hablo un poco de eso marcando como cambia la política. Después se analiza el discurso opositor. Antes tenía un segmento a hablar de Clarín y ahora se coló todo lo referido a la Ley de Medios.
–El espectáculo se sostiene a la gorra. ¿Cómo funciona eso?
–Cuando estrené el espectáculo pensé que la gente no tenga un impedimento para entrar a la sala. Consciente de que no me conocían, ¿quién iba a pagar una entrada para un pibe que hace stand up político? Hagámoslo a la gorra, que vengan y decidan y se instauró. Hoy es lo mismo si pusiera una entrada paga.
–Pero como peronista no cobrás la entrada…
–Sí. La concepción ideológica es “No quiero que nadie se quede afuera sin ver el espectáculo”. Por suerte anda muy bien. Hacemos publicidad en radios y también imprimimos afiches y todo eso sale de las gorras.
–¿Qué diferencia reconocés con los monólogos de Pinti y Lanata?
–Pinti hace stand up de la vieja época de café concert, como hacía Carlos Perciavalle y algunas cosas de Gasalla. El stand up tiene reglas que nos diferenciaban de otros monologuistas como Gioia, que me parece un cómico buenísimo que cuenta chistes. En el stand up fundamentalmente el cómico toma posición, es imperativo, es la visión del cómico sobre las cosas. Pinti forma parte del stand up, él toma su posición y dice: “Los políticos son todos chorros.” Lanata tiene una estructura stand up porque está guionado por “standuperos”, pero ahí rompe la regla que el comediante se tiene que escribir su propio texto. Lanata no escribe sus textos. Muchos me dicen: “¡Vos hacés lo mismo que Tato!”, pero Tato hablaba a través de guionistas, era muy buen intérprete pero no entra en lo que es el stand up.
–¿Lo que hizo Lanata en TV es un programa periodístico con humor o un humorístico que pretende ser periodístico?
–Me parece un programa periodístico de muy bajo nivel. No tiene mucho sustento, lo ha demostrado. Hay muchos night shows de Estados Unidos donde el periodista monologa. En el stand up hay algo que llamamos la premisa falsa, que es construir humor a partir de algo que no tiene sustento, eso es lo que hace Lanata: gira en torno a premisas falsas.
–En tu espectáculo, ¿qué porcentaje de premisas falsas hay?
–Muy poca. Las partes de premisas falsas están del lado del opositor que se compra el discurso de los medios. Trato de que no haya premisas falsas, como lo critico, no me gusta tenerlo en el espectáculo. Después hay como interpretaciones. En un momento hablo de la inscripción online y digo: “Que me parece que no hay parecerse a los Estados Unidos”, pero es una interpretación, es un supuesto.
–¿Planeás desarrollar una carrera independiente al rubio peronista?
–Tengo dos líneas de un espectáculo nuevo. Está muy verde, aún. Me interesa hablar de los temas con profundidad, eso se va a mantener, es un estilo que está marcado. Quisiera hablar de los medios de comunicación y sacarle la identidad política partidaria no sé si se va a llamar un rubio peronista o volver a Gustavo Berger, no lo tengo decidido todavía, el trasfondo ideológico va a seguir estando. Si afilás el oído se nota la posición ideológica que tiene cualquier cómico aun si sólo habla de parejas.
TIEMPO ARGENTINO