26 May En tecnología, la clave sigue siendo la creatividad
Por Javier Porretti
Constantemente nuevas tecnologías llegan a nuestras manos, algunas con características más revolucionarias que otras. Ahora bien, una vez que disponemos de ellas, la utilidad para el negocio no está más que en nuestra capacidad de imaginación. ¿Cómo encaramos las nuevas tecnologías?
Luego de haber participado en dos importantes eventos de tecnología: la World Partner Conference de Microsoft y la SAP Americas Partner Leadership Summit el panorama de las tendencias en tecnología es claro: Movilidad, Consumerización de IT, Big Data, Redes Sociales, entre otras. Lo que no queda claro es qué hacer con ellas.
Esta situación me hace acordar a un genio de la historia: Leonardo Da Vinci, el famoso pintor fiorentino, pero también ingeniero, poeta, escultor y entre muchas otras, inventor. Un creativo del siglo XV que aplicaba su técnica para mejorar cualquier cosa que se presentara en su camino, como la que aplicó al diseño de las catapultas aumentando su efectividad en las batallas. Hacerlo seguramente no fue fácil y una vez hecho probablemente haya tenido que ir al rey que le pagaba su sueldo evidentemente no existía el monotributo a vender su propuesta para que fuera aplicada para la siguiente batalla y a sortear objeciones, que debían ser muchas. Ellos arriesgaban nada menos que sus vidas.
Hoy, más de quinientos años adelante, los desafíos siguen siendo los mismos: encontrarnos con algo, aplicar nuestra creatividad y luego convertirla en propuesta efectiva respondiendo a objeciones.
¿Cuál es la medida de valor en tecnología sino su aplicabilidad?
Herramientas como Big Data o In Memory se presentan hoy frente a nosotros y esperan como la piedra que aguarda a su escultor, a quien descubra que estas nuevas tecnologías pueden llegar a transformar el negocio. Y también a un rey dentro de la empresa que apueste por su aplicación complementando sus demás armas para su próxima batalla. A alguien que descubra en ella el cambio de paradigma, que concibe al negocio desde otro tiempo y espacio.
En el camino del análisis se presentarán seguramente algunas objeciones, como una que me comentaron una vez: ¿Para qué quiero reducir el tiempo de un reporte de cinco minutos a un minuto si el café que me tomo para analizarlo me lleva cinco minutos prepararlo?
Una aplicabilidad interesante encontró un cliente cuando buscó en Big Data la fuente de información necesaria para evitar egresos innecesarios de dinero, identificando estas fugas en tiempo real para accionar rápidamente. Su creatividad entonces consistió en imaginarse reglas que automáticamente cambiarán los cursos de acción ante determinadas situaciones. Esta aplicabilidad logró que disminuyera considerablemente sus costos y aumentara capacidad de venta.
Otro Da Vinci del rubro de la salud visualizó un mecanismo que detectara casos de insatisfacción de clientes en tiempo real. De esta manera, el sistema descubre ineficiencias cuando por ejemplo una persona acude en un tiempo específico a distintos médicos de la misma especialidad. El sistema entonces activa automáticamente una alarma para que un representante de atención al cliente lo contacte para ofrecer su asesoramiento y ayudarlo a identificar la mejor solución. La diferencia es la acción inmediata y proactiva.
Para otros podría ser no cuántas ventas se realizan en tiempo real, sino identificar aquellas que se pierden por falta de stock en el momento oportuno y tomar acciones en el momento. La solución entonces sería cargar los pedidos en un sistema con reglas que deriven automáticamente los camiones en función de esos pedidos. Eso puede hacerse sin productos como HANA de SAP por ejemplo, sin embargo, grandes empresas como eBay, pioneras en ese sistema de seguimiento, están apostando por esta nueva tecnología para crear aún mejores reglas de negocios. Estas reglas tienen que ver ya no con un análisis estadístico ex post, sino con tomar decisiones en tiempo real ante cada nuevo pedido para disminuir inventario.
Lamentablemente estamos frente a una incipiente adopción de esta tecnología y no sobran los ejemplos. La capacidad de transformación no está en la tecnología, sino en la imaginación de quienes la utilicen. Me gustaría entonces apelar a esos creativos y escultores a que visualicen la aplicabilidad en su negocio. La materia prima está a nuestra disposición, ¿tomaremos este desafío?
EL CRONISTA