16 May En las redes sociales, la foto de perfil vale más que mil palabras
Por Julián Anzoategui
Nadie es tan feo como en la foto del DNI, ni tan lindo como en la foto de Facebook.” La frase se ha vuelto un axioma entre los usuarios de Internet en la era de las redes sociales. Y es evidente que la elección de la foto del perfil (no la del prontuario, desde luego) encierra una simbología importante sobre cómo quiere cada uno mostrarse ante los demás.
Según una investigación de la Universidad de Ohio (EE UU), los usuarios de Facebook crean juicios de valor sobre los perfiles de sus “amigos” basándose solamente en las fotografías y sin leer el texto adjunto. Inclusive, en muchos casos, sólo se juzga a la persona por la foto principal, sin prestar mayor atención al resto de los datos disponibles.
El trabajo fue realizado por el profesor Brandon Van der Heide, quien pidió a 195 alumnos de esa casa de altos estudios norteamericana que miraran cierta cantidad de perfiles junto a la información disponible en ellos y dieran su opinión acerca de esas personas, calificando en una escala de 1 a 7 cuán extrovertidas les parecían. Según se comprobó, los usuarios que aparecían en la foto del perfil junto a otras personas –amigos o familiares, de acuerdo a la presunción inicial– fueron considerados como los más extrovertidos, incluso si su perfil y sus datos afirmaban todo lo contrario. Sin embargo, cuando un usuario aparecía solo, era descrito como alguien introvertido, independientemente de si la información que aportaba voluntariamente en su cuenta indicaba que se trataba de alguien sociable y amistoso. “Si la foto de perfil corresponde a lo que se espera, es muy poco probable que el usuario se dedique a examinar el resto del perfil, sólo porque ya decidió qué pensar de uno”, afirmó Van der Heide.
Con las redes sociales ya instaladas como uno de los motores centrales de la sociabilidad actual, la foto del perfil de Facebook, Twitter o Linkedin se convierte en un eje de construcción de identidad fundamental para millones de personas. Esa imagen dice mucho de cada uno, y si la hipótesis del estudio de Van der Heide es certera, dice prácticamente todo de uno. En cualquier caso, los psicólogos ya sacan conclusiones respecto de la significación de los contenidos volcados en los perfiles online.
La gran mayoría de los usuarios optan por mostrar su rostro, pero otros prefieren mantenerse en el anonimato (por lo menos desde la imagen, si bien proliferan las cuentas enteramente apócrifas) y hay quien elige una foto significativa para el usuario, aunque no lo muestre: hijos, mascotas, objetos preciados, paisajes visitados y un largo etcétera. Hay quienes renuevan su foto continuamente, y otros que prefieren subir una de hace varios años y perpetuarla.
Sea como sea, los usuarios eligen; y al elegir, dicen mucho de sí mismos. Los estudios sobre el tema corroboran que de las imágenes del rostro, las más elegidas son aquellas en las que la cabeza está ligeramente inclinada hacia un lado. “Ofrecer una foto de cara completamente recta no aporta más que una información de existencia, sin nada a destacar”, resume la psicóloga Nuria Costa.
El estudio marca que el hecho de elegir fotos en compañía indica la necesidad de mostrar una relación social o un aprecio especial por alguien para hacérselo saber al resto. Las fotos antiguas podrían ser una manera nostálgica de quedarse en algún punto del tiempo, incluso una idealización de lo que se fue y ya quedó atrás; y el anonimato puede tener varias interpretaciones, que van desde el retrato de una persona reservada, hasta inseguridades y temor a la crítica.
Pero, ¿qué ocurre cuando la foto de perfil no corresponde a la del usuario, o bien es una imagen poco convencional? En este caso, Van Der Heide afirma que quien visita una cuenta analiza los aspectos negativos o positivos de la foto para hacerse una idea del usuario, y si no queda satisfecho, en ese caso se dedica a revisar el resto del perfil para obtener más datos, antes de hacerse una impresión final.
Cuando se habla de personas que se están abriendo camino en el mundo profesional, el dilema de la foto se vuelve aún más importante, porque cada vez son más las empresas que revisan cuentas en redes sociales para conocer un poco más, por ejemplo, de los candidatos a un puesto laboral. Según un estudio publicado en The Wall Street Journal, la fotografía que se elige en Linkedin –la versión 2.0 del currículum vítae– es una herramienta clave para transmitir en pocos segundos quiénes somos, qué oficio realizamos y qué valores inspiramos.
En concreto, los perfiles con fotografías son hasta siete veces más vistos que aquellos que carecen de una. A modo de estrategia, se aconseja al postulante que si está registrado en dos, tres o cuatro redes sociales diferentes, mantenga cierta coherencia entre los perfiles. Puntualmente, en Linkedin, la pose y el vestuario deben ir acordes a la personalidad y a la profesión de cada uno. La instantánea de una fiesta nocturna, por supuesto, está desaconsejada, y ni hablar de dejar la foto vacía por defecto. En Twitter, por el contrario, los seguidores agradecen que la fotografía del perfil se cambie habitualmente, porque refleja actividad y presencia constante en la red.
En resumen, aquello de que “una imagen vale más que mil palabras”, por lo menos en el imperio de las redes sociales, no está del todo errado.
TIEMPO ARGENTINO