20 May En el mundo tecno también les temen a los gatos negros
Por Uriel Bederman
Las voces supersticiosas y el avance científico-tecnológico son habitantes de un mismo mundo. Aunque parezca mentira.
De hecho, un hombre con profundos conocimientos técnicos puede temblar de pavor cuando un gato negro se cruza en su camino. El asunto no se agota en la simple vecindad: en ocasiones, superstición y tecnología se confunden en un mismo movimiento.
En 2010, el sitio de The Telegraph difundió la noticia de un número telefónico aparentemente maldito. Su primer dueño murió a los 48 años tras una repentina enfermedad, aunque hubo rumores que indicaban que el deceso se había debido a un envenenamiento pergeñado por un empresario rival.
La línea pasó luego a manos del búlgaro Konstantin Dimitrov, que murió asesinado en Holanda en 2003. Un tercer usuario fue ultimado cuando salía de un restaurante en Sofía, Bulgaria. Mobitel, la operadora móvil detrás del malhadado número, suspendió la línea, según informó la citada publicación británica.
¿Superstición en la modernidad?, un paper divulgado por la Academia de Cultura de Asia y publicado por M/C Journal, aborda el profuso catálogo de supersticiones en torno de los números que se evidencia en China, donde el 8 se vincula con la fortuna y el 4, con la desgracia, entre otras razones por la similitud con la palabra muerte en el idioma de aquel país (clic en Escuchar para acreditarlo: http://bit.ly/16ZHFtK). En fin, nosotros tenemos el 13, para el caso, y sin que medie ninguna coincidencia fonética.
Volviendo a China, en 2006 una línea terminada en 888 fue subastada por 81.000 yuanes (más de 100.000 pesos argentinos al cambio actual) en un mercado donde es posible pagar para obtener líneas personalizadas.
LOS ASTRONAUTAS TAMBIÉN
La agencia EFE, por su parte, informa que existe una versión informatizada de una superstición tradicional de origen ruso. Asegura que ver en la calle a un religioso con el pan y el vino para la eucaristía es señal de mala suerte.
En simetría, cruzarse con un webmaster “advierte una alta posibilidad de disputa familiar”. Contactado por LA NACION, Andréi Martynov, director de Planeta Desconocido en la televisión rusa, productor de documentales sobre supersticiones, además de aviador amateur, explica: “Muchos saben que personas como astronautas, deportistas y gente del espectáculo son supersticiosas. Yo prefiero describir aquello como la voluntad de estar siempre atento. Para los pilotos, los no profesionales especialmente, funciona así: se llega a comprender que uno nunca controla al ciento por ciento ninguna situación, ¡nunca! El clima, el avión, el motor, el estado de ánimo del copiloto, tus propias emociones, los pájaros alrededor tuyo en el aire. Entonces es mejor tener en cuenta todos los efectos secundarios que no se pueden predecir”.
En la baraja del tarot, el 13 es la cifra de la muerte, 13 son los asistentes a la última cena y el decimotercer ángel es el mismísimo diablo. Estas son algunas de las razones que procuran explicar un miedo con nombre propio: la triscaidecafobia .
¿A QUÉ PISO VA?
Por ejemplo, algunos edificios ejecutan asombrosas transiciones del piso 12 al 14, sin escala intermedia.
En estrecho vinculada con la superstición, esta fobia tiene su correlato en el desarrollo tecnológico. La primera versión de CorelDRAW, uno de los más populares softwares de ilustración vectorial, apareció hacia 1989 y en 2004 la suite alcanzó su edición número doce. Tres años más tarde llegó la actualización que, no tan curiosamente, reemplazó el 1 por una X, CorelDRAW Graphic Suite X3. Casos similares son el de Office de Microsoft (salteó la decimotercera versión tanto en Windows como en Mac, aunque este año lanzaron Microsoft Office 2013) y el del célebre compresor de archivos WinZip.
Consultado sobre la creencia rusa antes mencionada, en torno del mal augurio de cruzarse con un programador Web, cuenta el documentalista Martynov: “Nunca escuché acerca del miedo de toparse con un administrador de sistemas, ¡pero suena genial!” Finalmente comparte un jugoso ejemplar para este repaso: “Mi sobrino de 12 años una vez me contó que cuando se anota un comentario en una conversación de Facebook, nunca debe ser el número 13 o 66”. Cuando le preguntó la razón, el pequeño respondió, sin titubeos, que aquellos números son las marcas del demonio.
LA NACION