“Tenemos que ser más livianos para atrapar mejores vientos”

“Tenemos que ser más livianos para atrapar mejores vientos”

Por Yésica De Santo
Las luces se apagan en el auditorio San Agustín de la Universidad Católica Argentina, más de 200 caras se iluminan por las imágenes que comienzan a transmitirse desde una pantalla gigante. Desde ahí un avión enorme parecido a una libélula vuela hacia el público, y una voz en off, de esas que anuncian los trailers de las grandes producciones hollywoodenses, presenta al Solar Impulse 2, un avión que funciona gracias a la energía solar fotovoltaica. La película continúa, los pilotos se preparan, saben que viajarán sin combustible, no saben si funcionará, pero el monstruo se eleva sobre mares, montañas y rascacielos con la fuerza de baterías de litio en las que se almacena la energía del Dios Sol. Después se apaga la pantalla, la voz se calla y aparece Bertrand Piccard, piloto, explorador, científico y psiquiatra, que fácilmente también podría confundirse con un actor de cine. El auditorio está frente a un genio loco, a un científico aventurero, el primero en dar la vuelta al mundo en globo sin escalas, y el iniciador y presidente del proyecto Solar Impulse (impulso solar). En esta nave ahora pretende dar la vuelta al mundo en el Impulse 2, el segundo avión con estas características sustentables, creado junto a junto con su socio el ingeniero, André Borschberg. Ya en 2010 había piloteado el Impulse 1 con el que voló por Europa, Marruecos y Estados Unidos durante 26 horas.
Los vuelos tienen un objetivo: concientizar sobre la importancia de las energías renovables. La presentación se dio en el marco de las Jornadas organizadas por la Plataforma ecológica ECOSUIZA que cada año desarrolla en distintos puntos del país la embajada helvética en la Argentina, con el objetivo de promover el cuidado del planeta.
Lejos de aburrir con datos técnicos, el experto prefirió abordar su proyecto como una filosofía de vida. “Cuando viajamos en globo, vamos hacia lo desconocido, y lo hacemos para aprender a que la atmósfera tiene diferentes capas de vientos, y que debemos saber cómo y cuándo cambiar altitudes. Muchas veces los vientos de la vida no nos permiten avanzar y le echamos la culpa a la vida, cuando en realidad es nuestra culpa por no cambiar de altitud, encontrar y atrapar otras estrategias para ser más livianos, largar las cargas para atrapar mejores vientos.” El auditorio repleto de estudiantes de ingeniería observaba estupefacto a este hombre que hablaba sobre emociones y continuaba: “en la vida vivimos con muchas cargas como, la certeza, la convicción, las creencias, los dogmas, los presupuestos, todas esas cosas que nos dijeron que son de determinada forma y que parece que nos hace fuertes, pero sucede lo contrario”.
Cuando voló en globo el paradigma a seguir era que debía ser estable, “pero fue recién cuando lo rompimos y lo hicimos inestable para buscar diferentes latitudes en los vientos de la vida, cuando alcanzamos el éxito. El globo inestable comprendía las necesidades de cambio, y esa flexibilidad de adaptación es la que debe tener el ser humano”. Y exclamó: “cambiemos lo que se supone que es y lo que no es posible. Me pregunto por qué Da Vinci no construyó los aviones que tanto ideó, hizo dibujos maravillosos pero no pudo concretar nada, no porque no contaba con la tecnología sino porque la iglesia lo hubiese quemado, la inquisición hizo mucho daño a la creatividad, los creativos eran herejes”, dijo Piccard en el auditorio de la UCA.
Ante la pregunta de si se podrá crear este avión para transportar pasajeros, el explorador aseguró que “estaría loco si digo que sí, y sería estúpido decir que no. Por ahora nosotros sólo somos pioneros, no somos industria. Hay que luchar contra la resistencia de la mente humana en cambiar paradigmas, sabemos que los que venden velas no inventan la lamparita, y sabemos que la industria ve a estos cambios como amenazas, pero llegó el tiempo de conquistar la calidad de vida por medio de desarrollo sustentable, porque la innovación es un viejo hábito que nos sacamos de encima para ser libres. Si no cambiamos a tecnologías limpias, si no hacemos que lo imposible sea posible, llegará un día en que no contaremos con recursos. Tiene que ser ahora, y sí, es posible.”
TIEMPO ARGENTINO