Telegram, el chat discreto que cuida la privacidad

Telegram, el chat discreto que cuida la privacidad

Por Sebastián Ríos
De haber usado Telegram en vez de WhatsApp, el periodista Jorge Rial muy probablemente no tendría que haber salido ayer a dar explicaciones públicas acerca de las conversaciones algo subidas de tono que mantuvo con la ex Gran Hermano Marianela Mirra vía WhatsApp. Es que uno de los puntos fuertes de Telegram es que permite “setear” la aplicación para que, a un determinado tiempo de haber sido recibido, todo mensaje se autodestruya en ambos dispositivos (el del que envió el mensaje y el del que lo recibió). Como en Misión imposible, pero sin que salga humo del celular…
Telegram ganó terreno hace pocas semanas, cuando WhatsApp estuvo caído durante unas pocas horas tras ser comprada por Facebook. Desde entonces, Telegram comenzó a superar a WhatsApp en número de descargas en el AppStore; llegó a sumar casi 5 millones de usuarios nuevos en cuestión de días, lo que generó incluso la caída transitoria de su servicio, que no se hallaba preparado para soportar una ola tan grande de descargas. Poco antes, cuando se había conocido la compra de WhatsApp, Telegram ya había sumado de golpe unos 8 millones de nuevos usuarios. A la fecha, según anunció esta semana la compañía a través de su perfil en Twitter, Telegram ya ha superado los 35 millones de usuarios activos mensuales. Un crecimiento del 15.000% en cuatro meses, si se toma en cuenta que en octubre tenía 100.000 usuarios activos al día. Aun así, Telegram todavía está bastante lejos de los 465 millones de usuarios/mes que tiene WhatsApp o de los más de 300 millones de la japonesa Line o la china WeChat.
Pero ¿qué es Telegram? Es una aplicación gratuita de mensajería instantánea apta para correr en Android y en iOS, que permite enviar mensajes de texto, pero también fotos, videos y cualquier tipo de archivo a otro teléfono celular o computadora de escritorio en el que corra la aplicación. Ya desde su lema -“Recuperando la privacidad”-, Telegram hace hincapié en asegurar la discreción.

SIN RASTRO EN LA NUBE
¿En qué se diferencia de su principal competidor? “A diferencia de WhatsApp, Telegram se basa en la nube y se encuentra fuertemente encriptado. Como resultado, uno puede acceder a sus mensajes a través de diferentes dispositivos (incluso desde computadoras de escritorio) y compartir un número ilimitado de fotos, videos y archivos (doc, zip, mp3, etcétera). Gracias a nuestro centro multidatos de infraestructura y encriptamiento, Telegram también es más rápido y más seguro. Pero, por sobre todo, Telegram es gratuito y seguirá siendo gratuito, sin publicidades ni derechos de suscripciones, por siempre”, puede leerse en la página oficial de Telegram: www.telegram.org.
Pero más allá de la gratuidad y la velocidad del servicio (y de brindar una opción para aquellos momentos en que los grandes sistema de mensajería colapsan), Telegram se destaca -junto con otras aplicaciones como Snapchat- por la posibilidad de hacer desaparecer los mensajes enviados, sin dejar rastro en los teléfonos implicados ni en la nube, en la que se almacenan habitualmente las conversaciones de los canales de chat.
Los mensajes enviados por Telegram en modo “secreto”, explica la compañía con sede en Berlín, no pasan a través de sus servidores ni se almacenan en la nube. Por el contrario, van directo de teléfono a teléfono (vía Internet) y utilizan un sistema de encriptamiento punto a punto, que sólo puede ser decodificado por el receptor. Además, los mensajes enviados por el chat secreto de Telegram no pueden ser reenviados a otros contactos e incluso pueden ser programados para autodestruirse a determinado tiempo de haber sido recibidos por el destinatario (aun cuando no hayan sido efectivamente leídos).
Más allá del uso que pueda darle a esta aplicación todo aquel que entable conversaciones que no quiera que salgan a la luz, Telegram ha crecido alentado en gran medida por las denuncias de Edward Snowden acerca del espionaje que la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana realiza a través de las grandes firmas tecnológicas como Apple, Google, Microsoft o Facebook.
Sin embargo, hay que tener presente que, en materia de seguridad, nada es perfecto. “Telegram puede ser de ayuda cuando se trata de transferencia de datos y de seguridad en la comunicación. Pero, por favor, recuerde que no podemos protegerlo de su propia madre o de cualquier otra persona que tenga acceso físico a su celular”, advierte Telegram en su página web.
En el caso puntual de la conversación entre Rial y Marianela Mirra que ayer salió a la luz, el método usado para conservar los mensajes fue realizar capturas de pantalla de la conversación en WhatsApp. Lo mismo podría haber hecho Mirra si la conversación hubiera transcurrido en Telegram, aunque sólo si hubiese tenido el timing como para hacer las capturas de pantalla antes de que los mensajes se autodestruyeran.
LA NACION