Martín Riwnyj: pintor de la ternura urbana

Martín Riwnyj: pintor de la ternura urbana

Según el crítico de arte argentino Rafael Squirru, fue la pluma del peruano Francisco Ceballos la que escribió la mejor síntesis del artista Martín Riwnyj, al definirlo como un pintor de la ternura urbana. Galardonado con numerosas distinciones y las críticas de sus colegas americanos y europeos que admiran cada una de las exposiciones que realizó en la Argentina, Italia, Francia, Perú y los Estados Unidos durante los últimos 13 años, este talento artístico de tan sólo 38 años de edad y 34 de trayectoria cuenta con una seria formación, en sus comienzos como ayudante de pintor y luego como egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. “Martín Riwnyj es, en materia de arte pictórico, un maestro de la talla de un gran profesor”, afirma Squirru con profunda admiración. Y agrega: “Su técnica plástica es de las más exigentes ya que pinta con veladuras, algo muy trabajoso dado que cada capa exige el secado del óleo con el que trabaja. Una dificultad que sólo puede resolverse abordando varios trabajos en simultaneidad. Así es como realiza sus escenas urbanas, registrando la arquitectura de las ciudades por las que le gusta deambular, como Roma (donde expone permanente¬mente), Amsterdam o Londres, por nombrar algunas. Pero sin duda su principal estímulo es Buenos Aires. Es posible que para adentrarse en el espíritu de la urbe, lo ayuden las voces de su sangre. Algo de nostalgia tiene el alma eslava, mucho de ternura tiene el alma itálica. Su obra posee mucho de sueño, pero no se trata de una pesadilla sino más bien de un sueño amable del que nos cuesta despertar”.
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Expresiones sensoriales
Martín Riwnyj es, definitivamente, un artista que da testimonio. Observa la vida que se desliza ante sus ojos y captura de su entorno imágenes cotidianas, imprimiéndoles sendmientos que lo conmueven y movilizan. “Hombres del trabajo, mujeres de la soledad, perros, casas de puertas y ventanas semiabiertas y ciudades invadidas de desechos y containers constituyen parte de su registro motivacional”, enuncia el crítico de arte argentino Jorge Taverna Irigoyen. Su colega Enrique Horacio Gene agrega: “El diseño de su dibujo fuerte y preciso y un color sabio, que en cada caso servirá a las intenciones del idioma esgrimido, se suman a la riqueza de un empaste desfachatado que habla de la decisión tomada en el momento de esgrimir el instrumento que dará forma y sentido a la concreción de su designio estructurador”. Lo cierto es que la sensibilidad barroca de este artista, amante del claroscuro, imprime su sello personal en figuras rematadas por transparencias fantasmagóricas, personajes velados que aportan irrealidad y van perdiendo foco, “asumiendo una suerte de transustanciación simbólica. Es en ese contrapunto sutil para lo sensorial y lo sensitivo donde Martín Riwnyj marca su huella plasticista y expresiva”, explica Taverna Irigoyen.

Raíces porteñas
“Se es a partir de lo que se es, de lo contrario el ser se debilita. El gran maestro suizo Paul Klee nos dio la imagen del artista como semejante a un árbol. Tanto más hondas las raíces en el propio suelo, tanto más universales los frutos que produce. Martín Riwnyj asumió su identidad y por ello estamos en condiciones de afirmar la universalidad de sus frutos”, asegura Squirru.
Sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires, considerada entre los grandes centros de creatividad mundiales como París o Nueva York, enriquecieron profundamente a este artista, inspirado por algunos de los mayores creadores de la época que se encontraban albergados en la ciudad, en la que se daban cita diversas culturas que convivían con la autóctona. “Riwnyj sabe cómo elaborar y plantear un discurso personal y a la vez compatible con la memoria y la experiencia colectiva de los habitantes citadinos”, afirma Elida Román, crítica de arte de Perú. Su talento, autenticidad y su capacidad de asimilación para absorber la riqueza de las ciudades europeas realzaron su arte con las vivencias que otros centros culturales aportaron a su intransferible personalidad. Una precoz claridad en el despertar de su vocación, un don natural y, según palabras del mismo Riwnyj, “algo de suerte”, son algunos de los factores que obraron en su favor, posicionándolo en un lugar de privilegio en el mundo del arte contemporáneo. “Naturaleza urbana” es su última muestra itinerante. Ya se expuso en Lima, Perú, y en Gijón, España. En agosto expondrá en Buenos Aires, en la Galería De Santi, y en septiembre lo hará en la feria de arte Expotrastiendas, para luego participar de la II Bienal de Arte Latinoamericano del Bronx, en Nueva York. Ha editado un libro que lleva el mismo título e incluye reproducciones de más de cien obras de sus últimos cinco años de trabajo.
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