17 Mar Rosberg, primer ganador de una F.1 polémica y más lenta
Por Roberto Berasategui
“Es un paso atrás. Si somos más lentos que el año pasado, no evolucionamos.” Pese al enojo por saber que no llegaba de la mejor forma y fastidiado por el abandono en la 3a vuelta, en contraste a lo acostumbrado por dominar durante las últimas cuatro temporadas, Sebastian Vettel criticó la nueva Fórmula 1. Es cierto, el estado de ánimo seguramente influyó en sus declaraciones, pero no fue el único que opinó en igual sentido que el tetracampeón.
Los datos corroboran los dichos del piloto de Red Bull. En 2013 Kimi Raikkonen, con un Lotus, logró el récord de vuelta en el GP de Australia con 1m29s274/1000, a un promedio de 213,845 km/h, mientras que ayer, el vencedor de la fecha inaugural de la novedosa temporada, el alemán Nico Rosberg, con Mercedes, marcó su récord con 1m32s478/1000, a un promedio de 206,436 km/h. Pero más allá de esos tres segundos por vuelta que quedaron en el cambio de reglamento y en el traspaso de los motores atmosféricos de V8 2,4 litros a los actuales turbo de 1,6 V6, la sensación de cuidar en demasía el consumo de combustible para no agotar prematuramente los 100 kilos de nafta conspiran contra aquel objetivo inicial de brindar el máximo en todo momento.
Quizá el que mejor sintetizó este nuevo concepto de la F.1 fue el venezolano Pastor Maldonado (Lotus). “Ahora hay que ir lento lo más rápido posible”, comentó sobre el extremado cuidado con el consumo.
La competencia sufrió dos grandes impactos en el comienzo. Al margen del golpe inaugural del año, protagonizado por el japonés Kamui Kobayashi (Caterham), que en la primera curva sufrió un desperfecto en su máquina y golpeó al Williams de Felipe Massa, los abandonos de Lewis Hamilton (Mercedes) y de Vettel (ver aparte), fueron impactantes, ya que ambos dejaron sus respectivos vehículos en los boxes con inconvenientes en la planta impulsora.
Rosberg fue contundente y así cumplió con el pronóstico generalizado, que ubicaba al equipo Mercedes como dominador en la pretemporada. Aventajó por 27 segundos a su escolta definitivo.
La gran sorpresa fue la del local Daniel Ricciardo, que llegaba segundo con su Red Bull, pero después fue desclasificado (ver aparte). Por ello heredó el segundo puesto el danés Kevin Magnussen (hijo del ex piloto Jan), primer podio para su país. Fernando Alonso fue 5° en la pista y 4° en la clasificación. Con una Ferrari que no fue competitiva, resumió: “Es un resultado agridulce”.
Pese al gran temor de sufrir un abandono generalizado en función de los nuevos motores, finalmente arribaron 14 de los 22 participantes, el 63,6 por ciento. Consumo mínimo, energías alternativas, un sonido poco atractivo, la Fórmula 1 comenzó su nueva era. Y Rosberg, como su padre Keke en 1985), ganó en Australia, largando 3° y con el N° 6…
LA NACION