Revolución F.1: los drásticos cambios que ponen en jaque al rey Sebastian Vettel

Revolución F.1: los drásticos cambios que ponen en jaque al rey Sebastian Vettel

Por Roberto Berasategui
Es para muchos, “el mayor cambio de su historia”. Si en 2006, cuando se pasó de los enormes V10 3 litros a los V8 de 2,4 fue el gran paso de Fórmula 1 en su historia, el salto que dio de 2013 a 2014 es aún más intrépido. Los nuevos motores abren una nueva era en la máxima categoría del automovilismo internacional. Desde hoy, en Australia, se estrenan oficialmente los impulsores turbo de 1,6 litro, de 6 cilindros en V. Una “revolución” que tiene varios significados, más allá de marginar los 800 caballos de potencia anteriores por los 600 que empujarán en los flamantes vehículos.
Si bien todo cambio origina oposición, en este caso fueron más las críticas que los halagos por los nuevos motores. No sólo por esa caída en la potencia, que en principio sólo los pilotos pueden advertirla dentro de los pequeños cockpits. Lo primero que se destacó de la nueva era fue el ruido. Sí, algo que parece tan secundario como el sonido del motor fue lo más criticado. No sólo por los analistas y los simpatizantes que pudieron observar las pruebas en España y en Bahrein. El propio Bernie Ecclestone , el principal dirigente de la disciplina, dijo que “se asemejaba a una licuadora”.
¿Por qué se cambia a los motores turbo? Los autos provistos con menor cilindrada son más económicos. Esa es la tendencia de la industria automotriz y la Fórmula 1 siempre pretende ser atractiva ante ella.
En línea con esa corriente, la máxima categoría contará con un flamante sistema de recuperación de energía. Ya en el recuerdo para el revolucionario Kers, que aportaba una potencia extra de 80 caballos en apenas 6,6 segundos, ahora se utilizará el sistema ERS. Si bien en cuanto al funcionameinto es similar a su antecesor, es mucho más eficaz, ya que suma 150 caballos durante 33 segundos. Con esa recuperación de energía, se asemejará a los casi 800 caballos del anterior motor. Como el ERS se lo considera parte del impulsor, la planta motriz ahora es de 145 kilos, 50 más que los anteriores.
LA NACION