18 Mar Manual de psicologia para empresas
Por Pedro Ylarri
Hubo un momento, hace no muchos años, en el que el jefe de Personal comenzó a llamarse gerente de Recursos Humanos y el centro pasó a ser la persona que hace el trabajo y no la actividad en sí misma. Como causa y efecto de ese cambio, el management y la psicología empezaron a verse juntas en investigaciones sobre gestión de empresas y de personas, al punto que, hoy, los estudios de la conciencia abundan en los talleres sobre gestión, relaciones de trabajo, desarrollo y cambio organizacional y hasta en ética empresaria.
En la historia, management y psicología nunca trabajaron juntos. Uno estaba vinculado a los números y la administración. El otro, al comportamiento humano. Hasta que los caminos se cruzaron y, hoy, no es posible hablar de gestión sin hablar de personas, de cómo son y se comportan, solas o en grupo, afirma Alejandro Frenkiel, psicólogo y director de Insightixs (Grupo Archenti). A esa fusión, los analistas le pusieron un nombre: psico management.
Los expertos mencionan a Daniel Goleman y su libro La inteligencia emocional, como el precursor de esta fusión. La inteligencia dura, de retener datos y hacer cálculos, era la que primordiaba en las empresas, hasta que se dieron cuenta de que se requieren otras habilidades sociales y emocionales para ser innovadores y competitivos, dice Frenkiel, quien investigó el costado psicológico de un tema clave en las firmas en la actualidad: las Generaciones Y y Z. Primero, la psicología y el trabajo se unen en una sesión de terapia y hasta en consultorios médicos. La pregunta sobre cómo te va en el trabajo no sólo la hacen los jefes o las madres, sino médicos y psicólogos, porque todo se conecta: el trabajo puede generar estrés y, luego, gastritis y así sigue el círculo, considera la psicóloga Beatriz Goldberg. Por eso, añade, trabajar sobre la psiquis individual permite rendir más, comunicarnos mejor y estar motivados. Esto hace de la psicología un área crítica para cualquier manager.
Goldberg pone en los líderes la capacidad y obligación de incidir en la psiquis de su grupo de trabajo. ¿Cómo? Desde hacer actividades conjuntas descontracturadas hasta destinar tiempo laboral a hobbies y pasatiempos, explica la psicóloga. Un buen trabajo, promete, hace aumentar la fidelidad y la creatividad y genera un clima virtuoso.
Atraer a la subjetividad
Horacio Vommaro, jefe de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (Ineba), coincide en que las empresas deben tener en cuenta el aspecto subjetivo, ya que lograr productividad implica conseguir el compromiso de la subjetividad de los empleados: conducta y afectos, estados de ánimo y modos de vincularse. Todo eso se puede medir y estudiar, para mejorar las relaciones laborales, dice.
El punto de partida para obtener ese compromiso de la subjetividad es conocer cómo ven y se imaginan los empleados a la propia empresa en la que trabajan, ya que suelen aparecer mitos y creencias que pueden ser obstáculo para la productividad y las relaciones. Un focus group con un psicólogo entrenado puede ser el puntapié inicial para conocer esos prejuicios.
Lorena Loustau, responsable de Selección de Whalecom, dice que también es importante cómo la empresa se muestra al colaborador: En los albores de la psicología laboral, se plantean cuestiones como la relevancia del ámbito físico en el trabajo. La luminosidad, la seguridad, la calidez y hasta el color de las paredes determinará estado de ánimo y hasta productividad.
Mariela Aliandri, gerente de Capital Humano de Grupo RHUO, cierra el concepto: Contar con una mirada psicológica de la organización es un diferencial que le permite a la compañía trabajar sobre la salud de sus empleados (sus vínculos, expectativas o desafíos laborales)- y, por ende, sobre el impacto en la dinámica y el desarrollo de los negocios. A nivel general, como toda empresa es la gente que la integra, dice Aliandri, esa mirada psicológica permitirá entender la dinámica de toda la organización.
Mente para el cambio
Para Fernando Moyano, gerente de Consultoría de Auren, la psicología hace su aporte a la hora de afrontar el mundo actual, definido por Thomas Malnight, profesor de la escuela de negocios IMD, de Suiza, como VICA (volátil, incierto, complejo y cambiante). Vivimos en un mundo de cambios constantes que fuerzan a adaptaciones fuertes y continuas. Para esto, resultan necesario personas con habilidades para manejar estos cambios con el objetivo de optimizar la productividad entre las personas, dice.
Destaca que psicólogos entrenados psico managers- tienen herramientas para adaptarse a esos cambios, que, tal vez, antes, ocurrían en 20 años y, hoy, en sólo uno. En las empresas, esta adaptación será clave, ya que las habilidades personales determinarán el éxito, antes que los procesos y las tecnologías, cada vez más comoditizados.
Motivación y felicidad
Loustau, de Whalecom, destaca el rol de la psicología a la hora de entender cómo motivar y generar un clima positivo y de cambio. Menciona al psicólogo y escritor Martin Seligman. Creó la psicología positiva, también llamada ciencia de la felicidad, algo disruptivo en un área que estudiaba sólo las patologías, explica. La nueva tendencia, en cambio, se focaliza en la salud e investiga la felicidad, la alegría y el amor, el camino para desarrollar virtudes y fortalezas como el optimismo, la creatividad, la gratitud, la solidaridad y la resiliencia, que facilitan la felicidad y el bienestar.
Se abre un mundo de aplicación en la empresa. Las que han sabido ulilizarla, generan lugares donde las personas se sienten comprendidas y acogidas en toda su complejidad , donde las personas pueden desarrollarse no sólo profesional sino personalmente, resalta Loustau. Otro autor que menciona es el conferencista estadounidense Daniel Pink, que, basado en una escala de motivaciones de Abraham Maslow también psicólogo- propone un esquema para encender a las personas. Es que las expectativas de las personas sobre las empresas no se agotan en el dinero: También un buen jefe, un buen clima y posibilidades de desarrollo son esperadas, completa la ejecutiva de Whalecom.
La neuropsicología
Matias Huvelle, gerente de Selección de Ghidini Rodil, considera que los últimos aportes más valiosos llegaron desde la neuropsicología y la psicología basada en el análisis existencial. Las neurociencias han demostrado que es en momentos de disfrute y relajación donde se generan los procesos creativos, dice, al citar empresas como 3M, Google o las locales MercadoLibre o Globant, que ofrecen espacios y tiempo para que sus empleados se relajen en actividades supuestamente poco productivas. Este método logró erradicar las clásicas reuniones de brainstorming, en la que jefes y empleados gastaban horas en reuniones pensando ideas frente a un pizarrón.
También cita el rol de las experiencias, reemplazando a los innumerables cursos que un empleado tenía que tomar para llegar a gerente. La neuropsicología ha demostrado que lo importante no es la información que recibimos, sino que el verdadero aprendizaje se da con las transformaciones que la experiencia produce en nuestro cerebro. Las experiencias generan neuro-circuitos que modifican nuestra constitución cerebral, explica Huvelle, al destacar que ese concepto de neuroplasticidad derivó en el concepto de desarrollo de carrera y en ecuaciones como 80-20 (80% experiencia, 20% capacitación).
Desde otro enfoque, añade el ejecutivo de Ghidini Rodil, la psicología basada en el análisis existencial, con Viktor Frankl como su más reconocido exponente, propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano. El concepto se está introduciendo en el management: si el hombre es un ser buscador de sentido, las empresas deben ayudar a sus colaboradores a encontrar un sentido trascedente a su trabajo, para que éste funcione como motivador primario.
Sobre esto, el conferencista Dave Ulrich, parafraseando a Friedrich Nietzsche, dice que aquel que tiene un porqué para ir a trabajar, puede enfrentarse a cualquier como. Ulrich cita estudios que demuestran que, aquellos empleados que encuentran sentido a su trabajo, son más competentes y colaboran más, y que esta colaboración y compromiso de los empleados contagia de sentido a los clientes.
EL CRONISTA