La ONU exige “transparencia” a la Iglesia en los casos de pedofilia

La ONU exige “transparencia” a la Iglesia en los casos de pedofilia

El Vaticano evitó ofrecerle a las Naciones Unidas información detallada sobre los casos de los sacerdotes que hubieran cometido abusos sexuales y, en cambio, buscó demostrar su determinación para prevenir nuevos delitos como los ventilados ayer en Ginebra, durante una audiencia del Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño. “Este problema de abusos contra menores es una herida que daña a la Iglesia y a la comunidad de la fe”, admitió monseñor Silvano Tomasi, representante vaticano ante los organismos de la ONU en esa ciudad de Suiza, en la primera comparecencia pública internacional de altos miembros de la jerarquía católica sobre casos de pederastia.
“La Iglesia debe ser más transparente e imponer castigos justos”, recomendó Sara de Jesús de Oviedo Fierro, una de las expertas del grupo que condujo el interrogatorio a los enviados de la Santa Sede, tras pedirle al Vaticano más detalles sobre los casos de abuso y sobre las medidas tomadas. “¿Por qué no hacen un esfuerzo para ser más transparentes?”, se preguntó. Hiranti Wijemanne, otra de las integrantes del comité, criticó que las investigaciones sobre los abusos se hayan llevado sólo dentro de la Iglesia y de forma confidencial. “¿Por qué sólo se denuncian antes las autoridades unos pocos casos, por qué no se hacen públicos?”, interrogó.
La gravedad de la jornada vivida ayer quedó expuesta con el despliegue realizado por la Santa Sede, que inició el día con la publicación de un artículo del director de prensa papal, Federico Lombardi, y tuvo otros tres capítulos. Primero con una homilía de Francisco en la misa matutina de Santa Marta, luego, con la publicación en el sitio web de la radio vaticana de una entrevista con Tomasi y, por último, con la difusión de una segunda declaración de Lombardi en la que sostuvo que el pontífice es el mayor representante de la defensa de la infancia. “¿Qué jefe de los 193 Estados del Comité de la Convención sobre los Derechos del Niño puede representar mejor testimonio y eficaz aval que Francisco y su amor tan fuerte por la infancia?”, se preguntó (ver aparte).
Los miembros del grupo –compuesto por 18 expertos en Derechos Humanos– pidieron cifras concretas sobre los casos que conoce el Vaticano y cómo los trató, así como del número de sacerdotes juzgados por abusar de menores o por ocultar tal delito. Tomasi señaló que a 2012 se habían documentado 612 casos, pero organizaciones de víctimas presentaron documentos que establecen que, sólo en Estados Unidos, se registraron más de 100 mil casos, sin contar que en países como Irlanda “este tipo de violencia fue sistemático”, afirmó la jurista Pam Spees, del Centro sobre Derechos Constitucionales de Estados Unidos. “Es posible que se trate de cientos de miles de víctimas”, agregó.
A la sesión de ayer asistieron decenas de abusados que lamentaron que la Santa Sede no haya informado sobre las medidas que tomó. “Pasan los papas y el Vaticano no cambia su forma de abordar el tema”, opinó Bárbara Blane, presidenta de la Red de Víctimas de Abusos. “Si el Vaticano fuese sincero, habría mencionado dos puntos clave: que está aportando pruebas a la policía y que está sancionando a los violadores, pero ha fallado en ambos aspectos”, agregó. “Dice que sólo tiene jurisdicción sobre los 30 niños de Ciudad del Vaticano, pero una cosa es la soberanía territorial y otra el área de influencia. Hay 1000 millones de católicos en el mundo y, obviamente, el Papa tiene alguna influencia sobre ellos”, agregó.
Monseñor Charles Scicluna, juez de la Congregación para la Doctrina para la Fe y codirector de la delegación de la Santa Sede a Ginebra, coincidió con los críticos en la necesidad de dar mayor importancia a la formación y a la evaluación psicológica de los aspirantes a sacerdote. Scicluna también acordó con los miembros del comité que manifestaron preocupación por el traslado de destino de los sacerdotes cuando en alguna diócesis se revelan casos de pedofilia. “La movilidad de miembros del clero acusados de cometer abusos de menores es un asunto de gran preocupación” para el Vaticano, dijo, para concluir señalando que “las acusaciones de que la Santa Sede ha obstaculizado la actuación de la justicia me parecen francamente gratuitas”.
TIEMPO ARGENTINO