“Es un balance entre lo bestial y lo humano”

“Es un balance entre lo bestial y lo humano”

Por Nicolás Peralta
El actor neozelandés Jay Ryan es el galán de La bella y la bestia, después de aparecer en programas menores como El joven Hercules, y un año después en Xena: la princesa guerrera, ambos a finales de los años 90. Encontró el éxito en las novelas de la tarde de su isla natal, y para llegar a Estados Unidos aceptó papeles en series como Offspring y Terra Nova. Hace dos años que interpreta a un soldado que es sometido a un experimento que sale mal y lo convierte en una bestia cuando se molesta.
El 24 de febrero, a las 22 horas, Universal Channel estrenó en Latinoamérica la segunda temporada de la serie, que fue recientemente reconocida con los People’s ChoiceAwards como Programa favorito de ciencia ficción, y Actriz favorita de programa de ciencia ficción, para Kristin Kreuk, quien es la coprotagonista. “Estos dos premios demuestran que los personajes han logrado cautivar y emocionar al público”, afirmó Ken Bettsteller, director general de Universal Networks, Latinoamérica. Por su parte, Jay agregó: “Fue un orgullo recibir ese reconocimiento, significa que hacemos las cosas bien. Es algo sin dudas motivador”.
Por teléfono, el carilindo Ryan relata qué es lo que se podrá ver en esta nueva temporada. “El amor es el protagonista, y la serie vuelve con el inesperado reencuentro entre ambos personajes, después del secuestro de tres meses de Vincent a manos de los malvados”, adelanta el galán.
La historia cuenta cómo Catherine “Cat” Chandler (el papel de Kreuk, ex chica Smallville), siendo una práctica y eficiente detective de homicidios perseguida por su trágico pasado, encuentra el amor. Siendo apenas una adolescente presenció el asesinato de su madre. Su camino podría haber sido exactamente el mismo si no hubiese sido porque alguien –o algo– la salvó. Aunque nadie le cree, ella sabe que no fue un animal lo que atacó a sus potenciales asesinos. Aunque era extraño y aterrador, era un ser humano. De eso se encarga Jay, de encarnar a esa bestia, con parte humana, que enamora a la bella.
–¿Tu personaje tiene algún secreto que se devela en esta segunda temporada?
–Es un balance entre lo bestial y humano. Esto es lo primordial en la segunda temporada. Todos los personajes se preguntan de alguna manera lo mismo: ¿quién soy? Así que seguimos navegando la historia para seguirle dando al público lo que le gusta. Esta es una historia que en esta temporada es como una llamada de despertador para los personajes: tienen que vivir, recordando el pasado y entregándose a relacionarse humanamente para no perder justamente ese aspecto, el de las relaciones humanas. Los elementos románticos son importantes. Todos aprenden a amar y a ser amado. Crear ese aspecto romántico es divertido de hacer.
–En la primer temporada tenías casi cuatro hora de maquillaje. ¿Es duro aguantar eso?
–Era mucho. Debía usar lentes de contacto y prótesis, así que esta temporada hacemos algo en dos horas, más rápido. Esto es como hacer una película por semana, entonces es un maquillaje más liviano que me da más libertad para trabajar actoralmente; me deja agregar detalles. Ahora el maquillaje es más limpio, más real, y usamos otra iluminación para buscar ese aspecto salvaje. Solo debo estar en forma. Si quiero hablar de una exigencia, debo entrenar cuatro o cinco veces por semana, pero por suerte me gusta, así que no es problema. No me quejo.
–¿Te gusta cómo modernizaron la historia?
–Sí, creo que es grandioso. Hay muchas series policiales o de escenas del crimen, pero esta le suma un aspecto romántico y mágico que es parte del encanto.
TIEMPO ARGENTINO