02 Mar De la comedia a los Oscar
Por Natalia Trzenko
Hay postulados que no se discuten cuando se trata de los Oscar. Se toma como verdad de perogrullo que a la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood le encanta reconocer a esos actores que se transforman físicamente por el papel que están interpretando. También se acepta sin chistar que si el actor en cuestión está encarnando a un persona con una grave enfermedad es candidato casi seguro a llevarse la estatuilla dorada, como sucede este año con Matthew McConaughey por su papel en Dallas Buyers Club- El club de los desahuciados. Como bromeaba Kate Winslet en la serie Extras, de Ricky Gervais, también se puede conseguir un Oscar si se participa de un film que trate el tema del nazismo o el Holocausto. Una ironía que un par de años después de la emisión de aquella comedia de la BBC se transformó en irrefutable verdad cuando Winslet ganó su primera estatuilla -después de cinco nominaciones anteriores-, por su papel en El lector, interpretando a una mujer involucrada en los crímenes de la Segunda Guerra Mundial.
Pero si hay una certeza en el universo de los premios más valorados de la industria del cine es que las comedias no cotizan bien. Sin embargo, este año en seis de las nueve nominadas en la categoría de mejor película el humor está presente. Y todo gracias a sus actores. Es que El lobo de Wall Street, Escándalo americano, Nebraska, Philomena, Ella y hasta 12 años de esclavitud son lo que son gracias al aporte de un grupo de comediantes que se prueban el traje de intérpretes “serios”, y resulta que les queda muy bien.
Allí está Louis C.K., que además de darse el lujo de participar en Blue Jasmine, de Woody Allen (ver aparte), en Escándalo americano aparece como el jefe sensato que le complica la vida al desatado personaje de Bradley Cooper. En El lobo de Wall Street, Martin Scorsese redobló la apuesta del film de David O. Russell y eligió a Jonah Hill como coprotagonista de Leonardo DiCaprio. Conocido por sus papeles en comedias como Supercool, Patrulla juvenil y las brillantes Cómo sobrevivir a un rockero (ridículo título local para Get Him to the Greek) y Este es el fin, Hill ya se había separado de sus colegas cómicos cuando apareció en El juego de la fortuna, junto a Brad Pitt. Aquel papel le consiguió su primera nominación para el Oscar como actor de reparto, categoría en la que vuelve a aparecer este año gracias a su trabajo en el film de Scorsese. Y no sólo Hill aporta la estirpe cómica en El lobo…, por allí también está Rob Reiner que además de una larga historia en sitcoms y papeles secundarios en el cine, como director es responsable de la legendaria comedia This is Spinal Tap. Para completar las raíces cómicas del film de Scorsese está la británica Joanna Lumley que en la película interpreta a la comprensiva tía Emma, pero que en su país es reconocida y adorada por su papel en la desopilante serie televisiva Absolutely Fabulous.
Como Lumley, Steve Coogan, protagonista, guionista y productor de Philomena es otro británico comediante inglés que hizo el salto desde la televisión de su país hasta la película que lo colocó a las puertas de los premios de la Academia.
DE SATURDAY NIGHT LIVE AL OSCAR
Dice Alexander Payne que su película Nebraska no podría tener otro protagonista que Bruce Dern. Claro que el veterano actor no está nunca solo en pantalla y la mayoría del tiempo aparece acompañado por Will Forte, que interpreta a su hijo menor, un actor salido directamente de la factoría de grandes intérpretes que es Saturday Night Live. Allí, Forte solía ser MacGruber, una parodia de MacGyver, (aquel personaje televisivo de los años ochenta) que hasta se convirtió en fallida película. Parece que luego de pequeñas participaciones en comedias de cine más bien olvidables, a Forte le llegó su oportunidad en la gran pantalla con este personaje triste y melancólico que no deja de tener sus momentos cómicos aunque sean en un registro bastante diferente del que el actor había mostrado hasta ahora. Algo similar se puede decir de su compañero de elenco en Nebraska, Bob Odenkirk (el Saul Goodman de Breaking Bad), otro comediante formado en Saturday Night Live. De ese mismo semillero también salieron Bill Hader y Kristen Wiig que aportan sus voces a la maravillosa Ella, de Spike Jonze. Y, aunque parezca completamente incongruente con su tono dramático y trágico, hasta en 12 años de esclavitud se coló un integrante de SNL. En un papel pequeño, pero fundamental para el desarrollo de la trama, aparece Taran Killam, uno de los comediantes que más se destacan en el elenco actual del programa donde una de sus imitaciones más festejadas es la de Brad Pitt, que debe estar contento con la mímica ya que decidió contratar a Killam en la película que produce.
En Hollywood siempre se dice que para premiar a las comedias están los Globo de Oro. Puede que tengan razón pero no hay duda de que este año los comediantes tomaron los Oscar por asalto.
LA NACION