19 Mar Aún es tardía la consulta por un tipo de artritis
Por Fabiola Czubaj
La inflamación articular más grave y discapacitante en la población de edad productiva, pero que también afecta a los chicos, todavía no recibe la atención que merece por las complicaciones que puede causar. El 40% de las personas con artritis reumatoidea demora un año en consultar al médico y empezar a utilizar el tratamiento adecuado.
“En muchos casos, empieza sutilmente, solapada, y la gente se toma un antiinflamatorio que le produce alivio y minimiza los síntomas hasta que la enfermedad se pone más brava”, explicó el doctor Gustavo Citera, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR).
La artritis reumatoidea puede afectar la mayoría de las articulaciones. Lo más común (70% de los casos) es que empiece en las articulaciones pequeñas de las manos, que se hinchan y duelen.
“La gente se levanta a la mañana con entumecimiento o rigidez, que dura bastante, una hora: se quieren preparar el mate o un café y no pueden porque necesitan mover bastante las manos para que se «ablanden». A veces, la rigidez también se ve en la artrosis de la gente mayor, pero se diferencia de la artritis reumatoidea en que dura muy poco, hasta que las manos entran en calor”, precisó Citera.
En la práctica, los especialistas perciben que los chicos se quejan menos que los adultos del dolor y siguen haciendo sus actividades. Por eso, el titular de la SAR recomendó que los padres presten más atención cuando sus hijos les dicen que les molestan las articulaciones. Mientras en los chicos influirían factores genéticos y ambientales en la aparición de los síntomas, en los adultos el gatillo más común es el tabaquismo. “Fumar predispone a desarrollar esta enfermedad”, sostuvo el especialista.
A tiempo
Aunque aún se desconoce la cura, el diagnóstico temprano (antes de los cuatro meses desde la aparición de los primeros síntomas) permite que la enfermedad entre en “remisión” y la calidad de vida sea óptima.
“Eso se conoce como ventana de oportunidad, el tiempo entre que aparecen los síntomas y un médico especialista indica un tratamiento con los fármacos adecuados. Nuestro objetivo es que esa ventana sea de cuatro meses”, comentó Citera.
Un estudio de la SAR de 2004 reveló que los pacientes demoraban en promedio 14 meses en consultar al médico. La apertura de clínicas especializadas en la mayoría de los hospitales públicos redujo esa demora a alrededor de 6 meses.
“La idea con esas clínicas es que el paciente llame y un profesional lo atienda en una semana, que no tenga que esperar meses por un turno. Pero aún tenemos un 40% que demora más de un año en iniciar un tratamiento con una medicación específica”, aseguró a LA NACION el especialista.
Otro estudio más reciente de la institución, esta vez de prevalencia de la enfermedad, muestra que el 1% padece artritis reumatoidea. Es decir, unos 400.000 argentinos. Es más común en las mujeres que en los hombres (la padecen tres mujeres por cada hombre) y la edad de aparición suele ser los 45 años. “Los traumatólogos y los médicos clínicos son los principales derivadores de pacientes. Por eso les pedimos que, aunque les indiquen un antiinflamatorio, los deriven a un reumatólogo, porque como esos fármacos son de venta libre los comprarán cada vez que los necesiten y volverán a consultar cuando ya sea tarde”, insistió Citera.
Este año, un relevamiento que realizó la Secretaría de Investigaciones de la Universidad Siglo 21 sobre las actitudes y las conductas hacia el cuidado de la salud mostró que 7 de cada 10 pacientes que van al médico por algún problema de salud consultan a un médico clínico o generalista. Sin embargo, la encuesta a una muestra representativa de la población nacional de entre 20 y 60 años reveló que 4 de cada 10 argentinos se automedica o evita ir al médico cuando tiene algún problema.
El año pasado, la Argentina participó a través de la SAR en una encuesta a 10.171 pacientes de 42 países participantes de la campaña mundial “Unite a la lucha”. El 57% confundió la ausencia de dolor con el buen control de la enfermedad, lo que suele hacer que muchos “abandonen el tratamiento y lo retomen cuando vuelve el dolor”, señalaron desde la SAR. Mientras, el daño articular avanza sin marcha atrás.
“Hay que generar conciencia sobre la importancia de seguir estrictamente los tratamientos. Hay pacientes que desconocen que el alivio de los síntomas y el dolor no implican una cura, y suelen abandonar el tratamiento durante unos seis meses, hasta que reaparecen. El impacto en ese período es irreversible”, indicó a través de un comunicado el doctor Joseph Smolen, presidente del Departamento de Reumatología de la Universidad Médica de Viena y promotor de la campaña internacional.
Además, el 87% aseguró que la artritis afectó de manera moderada o grave su vida familiar, laboral y social. Un estudio local publicado el año pasado en la revista Arthritis permitió conocer que la artritis reumatoidea reduce un 45% la productividad, aumenta un 14% el ausentismo y genera la pérdida de 6,5 horas de trabajo por semana.
Por eso, desde la SAR recomendaron que quienes pasan mucho tiempo en un escritorio, se levante de la silla cada hora, camine por el lugar de trabajo y realice algunos ejercicios sencillos de estiramiento. También, aconsejaron dejar de lado el consumo de productos como los lupines, el aceite de bacalao o tiburón, la uña de gato o la chía.
“Son mitos muy populares, pero no hay evidencia de que exista efecto alguno en la enfermedad”, finalizó Citera, sobre uno de los temas que se debatieron en el último Congreso Argentino de Reumatología, que se realizó en Mar del Plata.
LA NACION