Mar de las Pampas: tiempo de relax

Mar de las Pampas: tiempo de relax

El recorrido lleva pocos kilómetros y, enseguida, queda en claro el eslogan de este balneario. “Vivir sin prisa”, indica el mensaje del cartel. Y vaya si la calma domina la vida diaria de Mar de las Pampas. Se nota, por ejemplo, en el cordón de dunas que bordea sus playas extensas. También, en sus bosques milenarios de pinos y eucaliptos, que sirven de refugio para el viento y el sol. Y más aún, en las construcciones de piedra y madera. Un escenario de relax por donde sobrevuelen los ojos del viajero. El destine ideal para quitar el pie del acelerador, frenar la marcha diana y recuperar energías en este verano 2014.
Sólo hay que transitar ocho kilómetros en auto desde Villa Gesell para llegar a este balneario que adhiere al movimiento mundial slow city y desafía el culto a la velocidad. Lejos del ritmo acelerado de otras playas cercanas, Mar de las Pampas ofrece una atmósfera de vida sana y ecología para disfrutar a cada instante. Algo que puede sentirse, por caso, en los aparts y complejos de cabañas atendidos por sus propios dueños. Este refugio de la Costa Atlántica le da la bienvenida al turista de perfil exigente, pero sin aspiraciones de glamour.
El centro comercial de Mar de las Pampas cuenta con cafés, restaurantes y tiendas que se suman al espíritu new age con duendes, hadas y servicios de masajes al aire libre. La propuesta para los más chicos, a su vez, incluye dos anfiteatros dentro de los paseos comerciales, en los que se realizan shows de magia, payasos y música en vivo. Son opciones de entretenimiento a marcha tranquila, al igual que los paseos a caballo y los fogones en la arena. ¿Y los más aventureros? En ese caso, Mar de las Pampas tiene distintas alternativas. Una de ellas, el recorrido en cuatriciclos por una zona delimitada de Mar Azul. Y la otra, la práctica de windsurf y kitesurf.
Un clásico de las excursiones, sin dudas, es la visita a la Reserva Natural Querandí. Creada en 1996 para conservar el ecosistema de dunas y biodiversidad de la zona, se extiende por 21 kilómetros sobre la costa. Y allí, en medio de dunas vírgenes y bosques de pino y acacias, asoma el Faro Querandí, de 5h metros de alto. Sólo puede recorrerse a caballo o vehículos de doble tracción.
Varios prestadores de Mar de las Pampas ofrecen paseos que duran unas cuatro horas. Es más, hay propuestas de cabalgatas a la luz de la luna. Transitar la inmensidad de las dunas permite estar cerca de las aves y darse el gusto de practicar sandboard (como el snowboard, aunque sobre la arena). La experiencia aporta sensaciones fantásticas… Sólo hay que animarse a subir hasta la cima del médano y deslizarse. Una actividad apta para todas las edades y sin prisa en el descenso. Como cada instante en Mar de las Pampas.
El CRONISTA