La revolución del amor en la India

La revolución del amor en la India

Por Hinde Pomeraniec
Mientras en América latina, Estados Unidos y gran parte de Europa el matrimonio igualitario hace su camino en materia de legislación, en un país democrático y con una economía pujante como la India los matrimonios aún se arreglan entre familias y casarse por amor sigue siendo, para muchos, un sueño imposible. Allí el tradicional sistema de castas sigue vigente y la pelea por el progreso en materia amorosa es una deuda aún no saldada por la ley. La India es un país que avanza en muchas áreas, pero sigue regulando de manera arcaica cuestiones sociales y humanas como los vínculos amorosos.
Sin embargo, algo está cambiando. En los países occidentales, las transformaciones en materia amorosa se dieron en dos etapas: primero se admitió el amor como razón principal para el matrimonio y, décadas más tarde, se dio la revolución sexual. En la India, en cambio, todo parece ser motivo de un mismo, único y vertiginoso movimiento, que incluye también los derechos de los homosexuales a relacionarse, primero, y luego el derecho a conformar una familia.
Los cambios en el mercado laboral y el crecimiento urbano son los grandes pilares de la revolución silenciosa que viene dándose en este país de una solidez democrática reconocida por todo el mundo, con 1300 millones de habitantes (el segundo más populoso del mundo, luego de la China), más de veinte lenguas oficiales y un abanico de religiones. Un tercio de los 480 millones de puestos de trabajo en la India es ocupado hoy por mujeres, y en la década pasada los ingresos de las mujeres que viven en las ciudades se duplicó. Según encuestas recientes, un 60% de las mujeres urbanas se reconoce como responsable económica de su propia vida. Y aquí parece estar la clave que trae los cambios sociales: ser económicamente responsables de sus vidas y no tener que depender de los padres para subsistir.
Según cifras de Unicef, hace diez años apenas el 5% de los matrimonios en la India eran por amor y no arreglados entre familias. Hoy, gracias a la situación laboral urbana de las mujeres, la cifra trepó a un importante 30 por ciento.
Una investigación del Banco Mundial halló que en la India el desempleo entre los jóvenes es un 50% mayor que el desempleo general, lo que deriva en que en muchos casos el vínculo con los padres se prolongue más de la cuenta y, junto con esto, la obediencia a los viejos patrones de comportamiento, como los matrimonios arreglados, sobre todo en los estados más conservadores en materia religiosa. Aunque las cifras muestran una caída en este índice, todavía se llevan adelante muchos matrimonios infantiles, con novias que tienen incluso menos de 15 años, sobre todo en zonas rurales.
Según la escritora y ensayista india Ira Trivedi, el sistema de castas también está cambiando. La creciente clase media urbana está anteponiendo el estatus económico al estatus por casta. Por esto, dos personas de clase media podrían vincularse más uno con otro que con los de otra clase. En la India urbana, ya se asiste al resquebrajamiento de las castas y ésta es la razón por la que los matrimonios por amor están creciendo, explica la autora, quien asegura que celulares, computadoras e Internet son enormes fuerzas detrás de lo que ella llama “la revolución del amor en la India”, porque les imprimen a las cosas una velocidad hasta ahora desconocida.
La urbanización avanza en la India. Los estudios indican que para 2030 el 40% de la población va a vivir en las ciudades y que el 70% de los trabajos va a ser urbano, un alza significativa si se la compara con 2008, cuando sólo el 30% de los puestos se generaba en las ciudades.
Un estudio en la prestigiosa revista científica The Lancet ofrece estadísticas escalofriantes de lo que llaman suicidio por amor en la India. En el estado de Tamil Nadu (en el extremo sudeste del país) se da el mayor número de lo que la policía llama “suicidio por fracaso amoroso”, con 500 casos reportados al año.
En este contexto de presión mayor, apareció hace unos años una ONG con perfil cinematográfico, que parece salida del programa Los simuladores . Se llama Love Commandos ( www.lovecommandos.org ) y sus integrantes se ocupan de proteger, resguardar y dar albergue a parejas en riesgo; es decir, jóvenes de diferentes castas que quieren estar juntos pero cuyas familias no lo permiten: sólo en Punjab y Haryana reciben unos 50 pedidos de ayuda diarios. Hace cinco años eran cinco o seis por día.
“Los Love Commandos son una pequeña organización que quiere proteger a los jóvenes amantes de los khap panchayats o consejos de los pueblos que tratan de destruirlos. Los crímenes de honor [asesinatos de las mujeres de la familia porque tienen relaciones amorosas o sexuales con alguien no permitido] son todavía un gran problema en India y los Love Commandos están tratando de lidiar con este tema”, dijo vía mail Ira Trivedi, autora de novelas románticas best sellers y residente en Nueva Delhi.
Son tiempos de cambios, de avances furiosos, pero también de retrocesos inesperados que forman parte del proceso de adaptación. En la India, la homosexualidad venía venciendo los límites del prejuicio y el odio desde 2009, cuando los tribunales indios declararon ilegal la ley que criminalizaba la sodomía y el sexo consentido entre dos adultos homosexuales, una herencia del 1800, tiempos del régimen colonial británico. Cuando parecía que la comunidad gay estaba habilitada para, en el marco de los cambios que se dan en el resto del mundo, apostar al matrimonio igualitario; cuando, incluso, ya podían libremente en ciudades como Nueva Delhi llevar adelante su anual Marcha del Orgullo Gay, los derechos de los homosexuales sufrieron un gran embate legal semanas atrás, ya que la actual Corte Suprema de Justicia de la India volvió a prohibir las relaciones sexuales entre hombres. “La Corte dijo que el sexo homosexual va en contra de los valores culturales y religiosos de la India, algo que no puede estar más alejado de la verdad: ¿cómo se explican si no las esculturas que adornan los muros de los templos antiguos a lo largo y a lo ancho de este país?”, se pregunta Trivedi.
“Escribo sobre matrimonio y sexualidad porque siento que estamos en el medio de un cambio social muy importante en mi país”, dice la escritora, de 28 años. “Mi generación en particular se ve realmente afectada por esto. Estoy convencida de que hay una revolución sexual en marcha: la gente está finalmente comenzando a hablar sobre sexo, algo que hasta ahora era un tabú. Esto cambia un poco las cosas y la gente, en general, pero las mujeres indias en particular están comenzando a ponerse firmes. Parece que han encontrado finalmente su propia voz.”
LA NACION