La mirada del campeón

La mirada del campeón

Por Victoria Demichelis
Quizás su sonrisa, su tranquilidad y su paciencia sean sinónimos de tantos años recorridos en las diferentes aguas del mundo. Quizás, la gran cantidad de podios internacionales sean causantes de su entera sinceridad, de sus ganas de contagiar entusiasmo.
Quizás, ese chico que un día soñó con el ser mejor nadador de aguas abiertas del mundo se convirtió en grande y logró alcanzar su máxima meta deportiva. Quizás todo eso hace que en la actualidad sea uno de los competidores más solicitados a la hora de realizar entrevistas. Lo cierto es que muchas son las cualidades deportivas que rodean al representante bonaerense que ha logrado permanecer entre los mejores y se ha instalado como el siempre protagonista de la Hernandarias-Paraná.
Con ese cariño especial que lo une a Entre Ríos, la tierra que acoge a su abuelo (quien reside en Villa Clara) y que tantas veces lo vio festejar, llegó Damián Blaum a Paraná. A poco de haber dejado las maletas y luego de su entrenamiento matutino, en horas de descanso, el gran nadador de aguas abiertas aceptó una charla mano a mano con EL DIARIO.
La extensa conversación pasó por todos los aspectos de su vida. Blaum habló de sus comienzos, de ese momento en el que se consagró Campeón Mundial de la Federación Internacional de Natación (FINA), de sus sensaciones cada vez que se acerca una nueva edición de la competencia más larga del mundo y, como si todo eso fuese poco, se animó a dejarles un mensaje a aquellos jóvenes que quieran dedicarse a la natación: “Quizás hasta si tienen suerte pueden encontrar a la persona con la que van a compartir el resto de sus días” declaró Blaum refiriéndose a sí mismo (está casado con la experimentada nadadora española Esther Núñez).
EN PRIMERA PERSONA. En las instalaciones del Gran Hotel Paraná, y a la hora pautada, el excelente deportista oriundo de Buenos Aires, llegó al encuentro con EL DIARIO. Aunque un poco tímido al comienzo, con el correr de los minutos fue soltando su experiencia y dejándola al descubierto. Contado y relatando sus comienzos fue cuando el representante argentino en muchas maratones internacionales dejó en claro que se necesita mucha vocación, mucho trabajo y también mucho sacrificio para llegar a la elite. Y así dio comienzo una nota que no tuvo desperdicios y que se extendió gracias a la buena voluntad del protagonista.

-¿Cómo te iniciaste en las aguas abiertas?
-Al principio era nadador de pileta, hacía 800 y 1500 metros. Me sacrificaba mucho y no tenía demasiado talento. A los 15 años representaba a GEBA, ahí tenía compañeros que incluso participaron en ocasiones en la Hernandarias-Paraná y que me fueron llevando para esos lados. Encontré en las aguas abiertas buenos resultados y también algo muy distinto, quizás más completo en donde no peleo solo contra el reloj sino que también conmigo mismo y con la naturaleza.

UN CORCHO EN EL AGUA. Así se lo conoce a Damián en el mundo de la natación. Seguramente por sus grandes condiciones de mantenerse fuera y nadar sin importar cuantas horas pase dentro del agua.
De aquél chico que comenzó al actual hombre que lo consiguió todo, aún quedan muchos recuerdos y en aquella lista imaginaria en la que escribió sus máximos objetivos quedan pocas metas por tachar: “La verdad es que no puedo quejarme de nada. Yo se que las cosas suceden por algo, porque trabajé mucho y nadie me regaló nada”, destacó el nadador. Y agregó: “Mi familia, mi mujer, mis amigos y mis entrenadores saber que busqué y perseguí mucho esto que me pasa y que me tocó vivir. Durante mucho tiempo quise terminar una temporada como el número uno del circuito mundial y el año pasado pude lograrlo”. Y eso no es todo porque además de ser el mejor nadador de aguas abiertas, en su vitrina hay mucho más: “Gané en tres oportunidades la Hernandarias-Paraná, haciendo podio los seis años en los que me presenté. También en la Santa Fe-Coronda tuve muy buenos resultados, con siete podios, y en competencias internacionales logré estar entre los mejores”.

-Tus logros son fruto del entrenamiento y de la dedicaciónpero también es un poco de vocación ¿no?
-Sin dudas que es vocación pero es mucho entrenamiento. No creo que sea algo especial que yo tenga sino que es algo mental que me hace ir en busca de todo lo que quiero. Si uno desea conseguir objetivos grandes lo que tiene que hacer es trabajar duro y levantarte cada día pensando en eso.

-Imagino que en tu largo camino debiste resignar muchas cosas, ¿te arrepentís de algo?
-No, para nada. Si bien tuve que resignar muchas cosas para llegar hasta acá, no me arrepiento de ninguna decisión que tomé porque mi objetivo deportivo siempre fue más fuerte que muchas otras cosas. Fui planteándome prioridades y todo esto me dio muchos frutos. La natación me llenó de amigos que me apoyaron y me apoyan, que siempre me alientan.

¿Cómo fue la consagración en el Circuito Mundial?
-Supe que era el campeón del mundo cuando faltaban 1500 metros, todo ese recorrido lo hice llorando. Fue increíble, sentí una emoción muy grande porque fue algo que busqué durante mucho tiempo y se me dio. Siento que cumplí el gran sueño de mi vida. La sensación es única.

El mejor, en La Más Larga del Mundo
Damián se adueñó de la Hernandarias-Paraná en tres oportunidades, pero como él mismo relató, hizo podio en sus seis presentaciones. La carrera es una de las más duras del circuito pero también es una de las que más disfruta
¿Qué sentís esos días previos a la competencia?
-Antes de la prueba hay momentos que me gustaría borrar, como por ejemplo la noche anterior. Siento que ya quiero estar dentro del agua, encontrarme con el río y saber qué es lo que va a pasar. La dulce espera es durísima pero en la actualidad mi filosofía es otra y estoy predispuesto a disfrutar mucho más, también de la previa.

-La Hernandarias-Paraná es La Más Larga del Mundo, en algún momento de los 88 kilómetros pensas ¿porqué estoy acá?”.
-Si, pero siempre hay algo porqué seguir. Sin dudas que en todas las carreras llega un momento en que te preguntas ¿quién me mandó a hacer este deporte tan sacrificado? y pensas que es una locura. Pero siempre, en mi caso, vuelvo a inscribirme porque me gusta mucho esta ciudad y quiero mucho a esta gente.

¿Qué les dirías a esos chicos que desean meterse de lleno en las aguas abiertas?
-Hoy los chicos tienen muchas distracciones y estaría bueno que todos los que se lanzan a realizar un deporte sepan que es una excelente herramienta para sanar a la sociedad. Si se dedican a las aguas abiertas tienen que saber que es un deporte muy sacrificado, en el que nadie les regalará nada pero por medio del cual se pueden conseguir cosas muy lindas como viajar por el mundo e incluso quizás, hasta si tienen suerte, pueden encontrar a la persona con la que van a compartir el resto de sus días.

La anécdota
En la pasada edición, Luciano Sales Rubio y Damian Blaum fueron los grandes protagonistas del cierre. Es que el santafesino se quedó con el primer lugar de la prueba, y el bonaerense estuvo en desacuerdo en la forma en la que se definió la competencia.
¿Cómo quedó todo con Luciano Sales Rubio, luego de la definición de la pasada edición?
-¿Queres saber con quién cené anoche?, con él y en sus pagos, me hizo un asado. La verdad es que fue una calentura del momento. Igual, cuando me sirvió el pedazo de carne se lo recordé (risas). Fue algo que quedó ahí, si es cierto que no me gusta perder pero ya está. Ya pasó. Este año no corre así que espero que esté en una lancha y alentándome.
EL DIARIO