Descubren un mecanismo para tratar tumores resistentes a las terapias

Descubren un mecanismo para tratar tumores resistentes a las terapias

Por Yésica De Santo
Las cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas inundaron la sala biblioteca del Instituto de Biología y Medicina Experimental del CONICET. Todos sabían que el anuncio sería importante al prometer un cambio del paradigma de los tratamientos contra el cáncer. La mesa de la conferencia de prensa estaba apostada para la llegada de los científicos que entraron todos juntos y risueños. La gran noticia no se haría esperar: “Estamos de fiesta, y muy felices porque hemos descubierto un mecanismo para tratar algunos tumores hasta ahora resistentes a las terapias convencionales”, anunció Gabriel Rabinovich, investigador principal del CONICET en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME) y director de la investigación que contribuirá con la comunidad científica en el camino hacia la cura de la enfermedad.
Se trata del descubrimiento del anticuerpo monoclonal neutralizante de Galectina-1 con el cual se logró convertir tumores refractarios o resistentes al tratamiento, en tumores sensibles (receptivos a la terapia). De esta forma, se impide el crecimiento del tumor, y se hace cada vez más pequeño. El estudio, realizado en ratones, fue publicado ayer en la prestigiosa revista científica Cell como artículo de tapa. “Todo científico sueña con publicar en esta revista y descubrir algo tan importante como el mecanismo de resistencia de un tumor, como también poder ir a la cama del paciente con la idea de una terapia que lo ayude, eso no tiene precio”, aseguró Rabinovich, en diálogo con Tiempo Argentino.
Los expertos alentaron la posibilidad de que el hallazgo pueda ser aplicado en seres humanos “a mediano plazo. Porque cuando uno camina de forma tranquila, los pasos son más sólidos, por eso todos estos años de investigación hicieron que el trabajo sea exitoso”, dijo el experto y contó que ya se encuentran en contacto con diferentes compañías farmacéuticas para continuar el desarrollo.
Uno de los objetivos de la investigación que comenzó en 2006, “es que con el tiempo el cáncer se convierta en una enfermedad crónica”, afirmó Diego Croci Russo, investigador asistente del CONICET y primer autor del trabajo quien aclaró que “no hablamos de cura porque nos parece un concepto muy grande para el que aún resta mucho trabajo”.
Un tumor se desarrolla gracias al suministro de oxígeno y nutrientes que obtiene a través de la sangre. Es por eso que muchas terapias apuntan a reducir el suministro de sangre al tumor a través de drogas que inhiben la proliferación de vasos en la zona (angiogénesis), junto con otras sustancias que lo ataquen. Este es el caso de la terapia anti-angiogénica como la ya existente, anti-VEGF. Sin embargo, algunos tumores no responden a los tratamientos, y son por lo tanto más difíciles de tratar.
El VEGF es factor de crecimiento de células endoteliales gracias a las cuales se generan los vasos sanguíneos que necesita el tumor para crecer. Si se bloquea este factor, se obtiene menos vascularización, y en consecuencia el tumor decrece y no avanza. “En tumores sensibles a las terapias disponibles, el anticuerpo que captura al VEGF tiene efectos positivos. Pero en aquellos que son resistentes a estas drogas, al poco tiempo de administrarlos entra en escena un mecanismo compensatorio que dispara nuevamente la creación de vasos y el crecimiento del tumor”, comentó Gabriel Rabinovich.
El experto explicó también que “en los tumores resistentes a la terapia lo que pasaba es que una Galectina 1 (proteína que impide la reacción del sistema inmune frente a las células tumorales) no se unía al factor, sino a azúcares, y mimetizaba la acción del VEGF, por lo que el tumor seguía creciendo. En cambio, los tumores sensibles tienen un escudo (ácido siálico) que no permite que la Galectina1 pueda unirse a azúcares, de esta forma no transmite señales para el crecimiento del tumor y sí responde a la terapia. Al eliminar el escudo notamos que el tumor se hacía resistente, y al aplicar el anticuerpo anti- Galectina 1 sucedía lo contrario. Además, a los siete días de tratamiento notamos la normalización de la vascularización que permite a las células del sistema inmune viajar por la vasculatura, llegar al tumor y eliminarlo”. En conclusión, la inmunidad crece y se reduce el tumor, disminuyendo la probabilidad de la metástasis.
La idea de los expertos es utilizar la terapia convencional (anti-VEGF) y en caso de no responder, sumar el nuevo anticuerpo monoclonal y combinar ambos tratamientos.
Mariana Salatino, investigadora adjunta del CONICET en el Laboratorio de Inmunopatología en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME CONICET), expresó que “después de tantos años de trabajo y esfuerzo, es un orgullo. Conseguimos resultados muy prometedores para la oncología y además nos divertimos mucho trabajando porque formamos un lindo grupo humano”.
El titular de la cartera de Ciencia, Lino Barañao acompañó a los científicos y aseguró que hoy “tenemos un país diferente que supo recuperar una tradición de ciencia y tecnología después de haber vivido épocas oscuras”, y agregó que en la actualidad la Argentina “resulta un lugar muy atractivo para las compañías farmacéuticas, para la realización de investigaciones, contamos con grandes profesionales, vasta experiencia, y producción de fármacos de exportación.
Desde 2010, la investigación recibió aportes por $ 1.780.000 tanto de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva como del CONICET, además de apoyos de la Universidad de Buenos Aires, la Fundación Sales y donaciones de la familia Ferioli y Ostry.
TIEMPO ARGENTINO