08 Feb Con identidad propia: Harlem, Queens y Brooklyn
Por María Fridman
Para buena parte del turismo que visita Nueva York, la magia termina en los puntos que delimitan Manhattan: al este y oeste, sus ríos (East y Hudson, respectivamente) y al norte, el Central Park. Para muchos, Brooklyn es apenas un puente que se cruza para tener una linda panorámica. Nada más alejado de la realidad. Es justamente fuera de esos límites donde podemos encontrar una ciudad auténtica, donde vive la gran mayoría que durante el día se traslada a sus trabajos en la isla. Además, muchos barrios de Brooklyn y Queens se han puesto a la altura gastronómica, social y cultural de los barrios más top de Manhattan. Bares, museos, parques, centros comerciales e incluso mar y playa hacen que realmente valga la pena cruzar el charco.
Herencia afroamericana
Este histórico Harlem forma parte de Manhattan y comienza por el lado este del Central Park, aproximadamente desde la calle 96. Desde hace un tiempo se ha vuelto muy atractivo, especialmente para chefs de moda que se han instalado con sus restos, como Marcus Samuelsson.
Allí se encuentran clásicos como el tradicional The Apollo Theater, donde surgieron cantantes famosos, como Ella Fitzgerald, y se viven los domingos a puro gospel en sus iglesias. Subiendo por Fifth Avenue y Madison Avenue se llega al Harlem Latino, donde se sitúan importantes museos, como El Museo del Barrio, dedicado al arte latinoamericano o The Museum of the City of New York, que resguarda buena parte de la historia de los neoyorquinos y estadounidenses. Además, algunas de las más bellas iglesias se encuentran en esta zona, al igual que el Conservatory Garden del Central Park. Sobre el Hudson se divisan enormes mansiones, y es interesante saber que allí vivieron los hermanos Gershwin y Miles Davis, por ejemplo.
El Harlem Central se conformó por la inmigración afroamericana más grande que hubo, en los años 20, cuando se produjo un movimiento artístico y literario conocido como “Renacimiento de Harlem”. Su cultura puede observarse en sus teatros o clubes de jazz, como el art déco Lenox Lounge, escenario de Mad Men que, fundado en 1939, se mantiene intacto como en los años en los que tocaba Miles Davis. Entre algunas de sus muchas atracciones se destacan la Catedral St. John the Divine y la Universidad de Columbia.
Reina de NY
Cruzando el puente Queensboro, sobre el East River, nos adentramos en Queens, el más grande de los cinco boioughs (barrios), la cuna cultural étnica más diversa de la ciudad en la que conviven argentinos, hindúes y caribeños. Además aquí vive, en Astoria, la comunidad griega más grande después de la de Atenas, lo que se traduce en una gran variedad de interesantes restaurantes étnicos. También aquí está The Museum of the Moving Image, único en el país, con todo lo que uno pueda imaginarse relacionado con el mundo del cine y de la televisión. Si nos dirigimos hacia el este, llegamos a Jackson Heights, un barrio residencial principalmente poblado por latinos y asiáticos del sur que es cuna del Queens Pride Parade & Multicultural Festival, que se realiza en junio y celebra la diversidad y tolerancia. En Flushing (continuando hacia el este) encontramos un barrio chino mucho más grande que el de Manhattan. El Citi Field de los Mets (equipo de béisbol) se halla aquí, como el Corona Park, donde se aloja el New York Hall of Science y The Queens Museum, que incluye en su exhibición permanente una maqueta gigante a escala de la ciudad de Nueva York.
A orillas del East River, Long Island es uno de sus barrios que ha resurgido en los últimos años, convirtiendo los edificios industriales del siglo XX en galerías de arte, museos y estudios. Muchos hoteles con bares en sus terrazas ofrecen una vista imperdible de Manhattan, e incluso brindan una excelente alternativa hotelera para alojarse con precios más acomodados. Para disfrutar de una hermosa tarde, hay que visitar el Gantry Plaza State Park, que ofrece muy lindas vistas panorámicas frente al río.
La perla del recorrido
El distrito de Brooklyn, cuna de neoyorquinos célebres como Woody Alien, Barbra Streisand o Larry King, entre otros, ofrece miles de propuestas en cada uno de sus barrios. Imperdible es cruzar el Brooklyn Bridge caminando de frente a Manhattan. Puede hacerse tanto de día como de noche, y es uno de los paseos gratuitos más hermosos que ofrece la ciudad. Antes de emprender la vuelta se puede aprovechar esta excursión y pasear por DUMBO (acrónimo de Down Under the Manhattan Bridge Overpass), un barrio que ha florecido en los últimos años con galerías de arte que ocupan lo que solían ser fábricas junto al río. Se ubica entre los puentes de Brooklyn y Manhattan, y una de sus principales atracciones (vistas, vistas y más vistas) es el Empire Fulton Ferry Park, junto al río. A la hora de pasear por sus calles, nada mejor que visitar la chocolatería Jacques Torres y probar sus galletitas de chocolate.
Al otro lado del Brooklyn Bridge está Brooklyn Heights, desde donde se ven los rascacielos del Downtown y un lindo recorrido por sus calles residenciales repletas de las típicas casas de tres pisos que reconocemos en las postales neoyorquinas. El Brooklyn Bridge Park, una explanada que corre desde el puente hasta Atlantic Avenue, es ideal para caminar.
Por Atlantic Avenue, adentrándonos en el centro de Brooklyn, encontramos el barrio Boerum Hill, con tiendas de moda, de antigüedades y restaurantes pintorescos. Es un paseo distinto, sin el ruido ni la velocidad de Manhattan, en donde no participan las grandes marcas. Al norte, a unas pocas cuadras, sobre Fulton Street o Lafayette Avenue abundan los bares, cafés y restaurantes con terracitas sobre las veredas, en lo que se conoce como Fort Greene. Continuando por Flatbush Avenue se llega al Central Park de Brooklyn: Prospect Park, donde se ubica el recomendable Brooklyn Botanic Garden. A pasos, Park Slope es un bonito barrio residencial, muy agradable para caminar. Allí vive desde hace años el escritor Paul Auster, un referente de Nueva York que, con un poco de suerte, podemos encontrar caminando por sus lugares predilectos. Porque esta parte de la ciudad, con su cultura y su atmósfera particulares, invita a la inspiración.
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