3 de febrero, un día de gloria

3 de febrero, un día de gloria

Las dos batallas del 3 de febrero: San Lorenzo y Caseros
Por Enrique Manson

¡Que complicación, el 3 de febrero! Dos efemérides el mismo día. Por suerte no hay clases (salvo en algunas zonas de la Patagonia) y las maestras no tienen que volverse locas para conmemorar las dos batallas: San Lorenzo y Caseros.
¿Pero San Lorenzo no era un combate?
Algunos que saben, dicen que se da categoría de batalla a las que por la cantidad de efectivos que lucharon o por su importancia militar merecieron ese nombre.
Como en San Lorenzo, 3 de febrero de 1813, sólo pelearon 120 granaderos contra 250 realistas, se lo suele considerar un combate. Se le reconoce importancia por ser el primero que libró San Martín -y los granaderos- en la Guerra por la independencia.
Además, se lo suele reconstruir en exhibiciones por su espectacularidad. La carga de caballería sobre los godos que desembarcaban es una imagen inolvidable.
Sin embargo, San Lorenzo fue algo más que una anécdota. Si miramos el mapa de la fecha, vemos que se combinó con las victorias de Belgrano en Tucumán y Salta para evitar que la Revolución sufriera una derrota gravísima.
Belgrano, que desobedeció al Triunvirato y se quedó en Tucumán para vencer al general Tristán, no lo hizo sólo porque se lo pidieron los tucumanos. Si los realistas ocupaban Tucumán, sus fuerzas habrían pasado de la montaña a la llanura, y habrían avanzado sobre Buenos Aires. Con la ayuda de los desembarcos que las tropas de Montevideo realizaban sobre el litoral.
Mientras Belgrano detenía el avance en el norte, San Martín cortó con las incursiones fluviales. Así se arruinaron los planes realistas y la Revolución siguió adelante.
Por eso San Lorenzo fue una batalla y su importancia no estuvo en el bautismo de fuego de los granaderos, ni en la espectacularidad de la carga de caballería. San Lorenzo, con Tucumán y Salta salvaron a la Revolución.
Caseros fue otra cosa. Pero eso es otra historia.
SIN MORDAZA