06 Jan Unidos o dominados, hoy más que nunca
Por Miguel Ángel Barrios
El Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos en su Informe Tendencias Globales hacia 2030 señala megatendencias, nuevas situaciones y factores geoestratégicos que podrían modificarlas o alterarlas. El CNI es la entidad que tiene la última palabra en temas de Inteligencia de los EE UU. Cuenta con 16 organizaciones de Inteligencia y cada una de ellas elabora y publica informes en un campo determinado. La estructura del CNI es no partidista y sus funcionarios no son sustituidos por los cambios de gobierno y realizan su Informe, desde 1997, al iniciarse un nuevo período presidencial en los EE UU.
El Informe no trata de predecir el futuro sino de proporcionar un marco de análisis sobre los escenarios geopolíticos futuros <http://www.dni.gov/files/documents/GlobalTrends.2030.pdf>.
Las megatendencias son: la disminución de la pobreza y el aumento de la clase media, la dispersión del poder (no sólo entre Estados, sino entre estos y otros actores como las redes sociales), los cambios demográficos y el envejecimiento de la población y el crecimiento de la demanda mundial para 2030 de alimentos (35%), agua(40%) y energía(50 por ciento). Los cambios que se prevén son: el crecimiento de la clase media, un desplazamiento de la economía mundial hacia el este y el sur, un envejecimiento de la población, una urbanización creciente, mayores disputas en torno al agua y los alimentos y la independencia energética de los EE UU.
Las situaciones que pueden alterar sobre este escenario son: una economía volátil global y en crisis, problemas de gobernabilidad derivados de lo anterior, posibilidad de incremento de conflicto, la inestabilidad en regiones como el Medio Oriente y el sur de Asia, el impacto de las nuevas tecnologías y los cambios en el rol de los EE UU.
En cuanto a factores geoestratégicos que pueden surgir menciona: posibilidades de pandemias, la aceleración del cambio climático, un colapso de Europa, una democratización o colapso de China, una reforma o cambio de régimen en Irán, los riesgos del uso de armas nucleares, químicas y los ciberataques, la posibilidad de tormentas solares geomagnéticas y un repliegue de los EE UU. como actor global.
Pero, resulta improbable que este país sea sustituido por otro poder global y lo que sí será probable es un nuevo orden internacional, lo que supondrá que el mundo “unipolar” terminará convirtiéndose en “multipolar”, donde ninguna potencia, ni EE UU. ni China, ni ningún otro tendrán poder hegemónico.
Sin embargo, el Informe destaca que China irá teniendo un papel creciente y será la primera economía mundial e incluso sobrepasará a Europa y América del Norte, aunque advierte que la India también crecerá y achicará enormemente la brecha con China.
De América Latina, destaca la proyección de Brasil como actor global, y el fortalecimiento de Colombia, así como señala la peligrosidad del crimen organizado , en especial en América Central.
Nos parece sumamente interesante este Informe, que como lo dijimos al principio está realizado por encima de la coyuntura de turno y entregado a cada presidente entrante de los EE UU y su naturaleza político-académica, pero comprometida y no neutral, con el devenir de la nación norteamericana. Esto, es importante subrayarlo, para no caer en la ingenuidad de un academicismo abstracto.
Por ello, y someramente desde una visión geopolítica latinoamericana, trataremos someramente de interpretar este Informe para pensarnos estratégicamente y no solo repetirlo. Entendemos a la geopolítica como la dinámica de los pueblos en los espacios históricos que nunca son neutros. Es decir, no existe una geopolítica general, sino geopolíticas en particular. Y una geopolítica latinoamericana significa autoconciencia histórica de desarrollarnos en nuestros espacios culturales, y esto nos remite a la “Nación de Repúblicas” de Bolívar, a la “Patria Grande” de Ugarte, al “continentalismo” de Juan Perón. En suma materializar el Mercosur, el Alba, la Unasur y la Celac, como anillos complementarios de un Estado Continental.
Del Informe extraemos las siguientes conclusiones principales.
– En el nuevo orden internacional que nacerá, únicamente serán actores los Estados Continentales industriales (EE UU, China, Rusia, India).
– Únicamente ven a Brasil como actor global. La América Latina es una nación con dos polos: el castellano y el lusitano. Por ello, Brasil es vital para la América Latina castellana, pero Brasil sólo será grande con la América Latina castellana. De lo contrario, si fracasamos en el continentalismo, cercarán a Brasil de anillos militares en torno a la Amazonia y el Atlántico, con el Comando Sur y la IV Flota. De ahí la importancia vital del Consejo Suramericano de Defensa de Unasur.
– El crimen organizado sólo es viable porque su circuito es blanqueado por el sistema financiero global. La lucha contra la inseguridad involucra a todos, y EE UU no debe exportar el problema, ya que son el principal mercado consumidor global de drogas. En México es alarmante el contrabando diario de armas livianas cotidianamente de los EE UU a ese país.
– Debemos apuntalar una lucha crucial contra el crimen organizado a partir de políticas preventivas integrales de seguridad ciudadana.
– Debemos estar atentos a todo intento de jaquear nuestros núcleos complementarios de integración, como pueden ser “misiones humanitarias para catástrofes” (en verdad bases militares), tratados bilaterales de comercio o la Alianza del Pacífico, cuya naturaleza y misión no está clara, sin perjuicio de lo económico. Pero la economía es una dimensión del Poder Estratégico.
– Las guerras por los recursos no vendrán, ya están. No sólo a través de mecanismos clásicos –la reactivación de la IV Flota fue una reacción ante los descubrimientos en el lecho atlántico de petróleo por parte del Brasil–, sino con ONG de dudoso origen con “fines altruistas”, con USAID, con la absolutación de ismos, como el “indigenismo” o el “ecologismo”, que no es lo mismo que la defensa del patrimonio y de nuestros “paisanos” indomestizos que son integrantes con nosotros de la Patria Grande.
Es fundamental elaborar una doctrina de Defensa Común de nuestros Bienes Regionales. De allí la importancia del Consejo Suramericano de Defensa.
Esto implica la importancia de elaborar un pensamiento estratégico que nos obligue a repensarnos en que somos hijos de Estados fragmentados en trance hacia la Patria Grande. Y esto nos conduce a Juan Perón, porque nuestro futuro Estado Continental posee renta acuífera, alimentaria, energética, en biodiversidad, es decir poseemos Renta Geopolítica. Su alerta de UNIDOS O DOMINADOS, nos debe retumbar más que nunca.
TIEMPO ARGENTINO