25 años de reggae criollo

25 años de reggae criollo

 

Por Sebastián Esposito

Como si lo recordara desde la perspectiva de un niño, cuando Guillermo Bonetto habla del primer “megafestival de reggae roots” que se organizó en Buenos Aires está haciendo referencia a las 500 personas que se congregaron en La Manzana de las Luces para ver a Los Cafres, Todos al Obelisco, Bombo Clap y La Zimbabwe Reggae Band. Porque si bien la salida del primer disco de Los Pericos, El ritual de la banana (1987), produjo un boom alrededor de la música originada en Jamaica, la aparición de Los Cafres fue decisiva para que, disipada esa moda de verano, la escena se consolidara lentamente. Hoy es una de las músicas más populares del país y, exponentes locales como Los Cafres, Nonpalidece o Dread-Mar I se encuentran entre los de mayor convocatoria.

Para celebrar los 25 años de sus inicios, Guillermo Bonetto y los suyos idearon un DVD impecable, que repasa la historia de la banda según el criterio de curaduría de sus músicos y dividido en tres partes. Tocado íntegramente en vivo, fue filmado en La Usina del Arte con y sin público y en un estudio de grabación. En distintos pasajes aparecen, junto a la banda actual, miembros de viejas formaciones, como el manager Adrián Canedo, que fue el primer baterista de Los Cafres.

Como premisa para encarar el DVD 25 años de música (también incluye un dos CD de audio), la banda se propuso rescatar aquellos temas significativos que el tiempo ocultó y que no llegaron a oídos del público que se sumó en 2004, a partir del éxito de “Si el amor se cae”, un hit que rápidamente traspasó las fronteras argentinas y llegó a buena parte de América latina. “No queríamos ni tocar sólo hits ni algo religiosamente cronológico, sino lo que nosotros tuviéramos ganas de mostrar a modo de festejo. Y queríamos ver cómo sonarían hoy las canciones que ya no hacemos en los shows.”

Como esos matrimonios que se separan y vuelven un par de años después, Los Cafres cuentan 25 sin interrupciones, sin el período de tres años en el que estuvieron separados, a fines de los 80 y comienzos de los 90. “Son los 25 años desde que empezamos a tocar”, responde entre risas Bonetto.

-¿Quién te mostró el reggae?

-A mediados de los 80 yo era un pendejo al que le gustaba mucho el punk y no sabía nada de reggae. Félix (Gutiérrez), de Todos Tus Muertos, me pasó un casete que tenía a The Clash, Sex Pistols, Peter Tosh y Bob Marley. El lado B era de reggae y no lo escuchaba nunca. Un día lo puse para ver qué onda y me fui a bañar. Lo primero que pensé fue: “¿Por qué a Félix le gusta la música de Hawai?”.

-Es que en esa época se conocía poco y nada de reggae.

-Tal cual. Adrián Canedo, que era mi cuñado en esa época y sería el primer batero de Los Cafres, también me pasaba discos. Siempre traía a casa rock inglés y punk, y cada tanto XTC, Spandau Ballet y cosas raras, hasta que un día cae con UB40 y, después, con Matumbi y Culture. Ahí le empecé a prestar atención al reggae y, además, me impactó la imagen: en la tapa de International Herb (1979) los Culture tenían dos porros en cada mano y una planta enorme. Ahí me di cuenta de que había algo más.

-Ciencia ficción pura…

-(Se ríe a carcajadas) ¡Totalmente! Culture me impresionó enseguida. La voz (Joseph Hill) de un tipo más roto que Marley, como si fuera un vendedor ambulante, pero, por otro lado, con unas sutilezas increíbles. Y Matumbi era un reggae inglés súper fino. Los dos me gustaron antes que Bob Marley.

-¿Cómo empezó la banda?

-Con Adrián tocábamos en casa en joda hasta que me dijo que un amigo le prestaba una sala. Era un pibe con el que intercambiaba discos en el parque Rivadavia: Roberto (Razul), el bajista del inicio. Ésa es la semilla de Los Cafres: los tres tratando de hacer algo, con una batería de verdad, en un lugar de verdad.

-¿Ya estabas en Los Pericos?

-No lo recuerdo bien, pero el primer show con Los Pericos fue en agosto del 87 y con Los Cafres, en octubre de ese año.

Esa primera etapa dejó un demo con un tema que la banda rescató para este DVD: “El Mighty”, “el primer tema que recordamos haber hecho”, acota el cantante. Pero habría que esperar unos años para el primer disco. En el medio, Bonetto viajaría a Canadá con su otra pasión a cuestas, el dibujo. Lo que sería un viaje “a ver qué onda” con su novia y con Adrián Canedo se transformaría en una estadía de casi tres años. Mientras se ganaba la vida como recepcionista, G.B. iba a ver reggae y componía temas con su cuñado. La posibilidad de entrar a trabajar en un estudio de animación apuró la decisión de volver: era eso o hacer carrera en el dibujo.

“Volví con dreadlocks y con un montón de canciones. Los muchachos que se quedaron acá estaban un poco asustados, pensaban que la banda no iba a volver. Pero sí, lo hicimos y, aunque había pasado el primer furor del reggae, seguimos con nuestro caminito. Hasta «Si el amor se cae» (2004) fue todo muy duro. ¿Sabés lo que es irte de gira por América y volver sin un mango? Mi mujer me quería matar.” Pero la constancia pudo más y hoy están listos para celebrar su historia con una gira de verano que, en enero, los tendrá tocando en la costa atlántica.

LA NACION