12 Dec Siete de cada diez chicos dicen que es fácil conseguir drogas
Siete de cada diez adolescentes de la Capital y el conurbano consideran que es fácil conseguir drogas para consumo personal. Y casi el 30% conoce a alguien que las vende dentro o cerca del colegio. La marihuana y el alcohol son las sustancias que más consumen los chicos en edad de educación secundaria.
Éstos son sólo algunos datos de una encuesta entre 300 jóvenes realizada en la Capital por Poliarquía Consultores el Día de la Primavera. En ese relevamiento, los chicos señalaron que el problema que más los afecta es, precisamente, el “consumo de drogas”. El 68% de los consultados reside en el Gran Buenos Aires y el resto, en la ciudad. El 57% va a escuelas públicas. El 24% admitió haber fumado marihuana en alguna ocasión. Y el 46% se emborrachó al menos una vez.
“Está instalada entre los adolescentes la idea de que es relativamente sencillo acceder a la compra de drogas. Y esto sucede independientemente de si la respuesta la dan chicos que las han probado o que nunca lo hayan hecho. Tanto el conocimiento de lugares donde se vende droga o la percepción de que es sencillo hacerlo es similar entre chicos que asisten a escuelas de gestión estatal como privada, entre quienes viven en la ciudad de Buenos Aires o en el conurbano y entre las mujeres y los varones”, explicó a LA NACION Alejandro Catterberg, que controló personalmente los resultados de la encuesta.
“El consumo de alcohol, que no es visto con preocupación por los adolescentes, está mucho más expandido que el consumo de drogas e incluso que el de tabaco. Casi la mitad sostiene que alguna vez se emborrachó y el 30% admitió consumirlo semanalmente”, dijo.
Roberto Canay, director del Observatorio de Políticas Públicas del Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad, opinó que, según las cifras oficiales, lo que más ha crecido es el consumo de marihuana. “Si uno mira los niveles de prevalencia en franjas etarias jóvenes, ha crecido bastante. Y en paralelo al aumento de la prevalencia hay un descenso de la percepción de riesgo. Generalmente, un 60% de los jóvenes te dice que no tiene ningún riesgo o riesgo muy leve”, dijo a LA NACION.
Según el relevamiento de Poliarquía, el 16% de los consultados respondió que su círculo de “amigos o conocidos” ha consumido “mucha” o “bastante” marihuana. El 26% dijo que era “muy fácil” comprar drogas, mientras que el 42% sostuvo que era “bastante fácil” obtenerla.
En relación con la despenalización del consumo de drogas blandas, como la marihuana, el 49% de los chicos encuestados dijo estar a favor y el 46%, en contra.
Los datos oficiales son similares: en 2011, de 2870 estudiantes de escuelas de nivel medio consultados el 52% dijo que es muy fácil conseguir marihuana; el 28% consideró muy accesible obtener cocaína; el 26%, el acceso al paco, y el 22%, la oferta de éxtasis.
Así como el 68% de los chicos de hasta 18 años entiende que les es sencillo obtener drogas, el 27% de los 300 jóvenes encuestados aseguró que conoce “a alguien o algún lugar” que vende drogas “dentro o cerca” de su colegio. La prevalencia en el consumo tanto de alcohol como de marihuana es más alto en varones que en mujeres.
“La problemática de adicciones es transversal a nivel nacional. En los grandes centros urbanos, generalmente, hay mayores consumos de sustancias ilegales. Lo más importante es el trabajo en todo lo que tiene que ver con el contexto. A estos números no se los puede analizar aislados. Hay algunos países que empiezan a abordar comunitariamente el tema, como Brasil y Colombia, donde la cuestión es trabajar en redes comunitarias. Trabajar los proyectos de vida de los jóvenes”, explicó Canay.
UN PROBLEMA SOCIAL
Con este diagnóstico coincide Alicia Romero, de la Asociación Civil Madres contra el Paco y por la Vida: “Es un problema social. Esto está pasando delante de nuestras narices. Tenemos que participar y denunciar. Hay boliches en donde todos sabemos que venden drogas. Si hay diez pibes en una esquina hay un «transa». Pero también hay miedo. Por eso tenemos que unirnos para poder luchar contra esto”.
Romero, que con su asociación trabaja en programas de inserción laboral y de recuperación de adictos, agregó: “En las clases más bajas el flagelo es el paco. Primero a los pibes les fían y después les exigen cosas a cambio. Los chicos empiezan a robar cosas de sus propias casas. En la clase media, en un boliche, por ejemplo, encontrás al que te vende pastillas, ketamina, LSD, en un «combo» con el que se hace plata”.
Canay agregó: “Muchas veces lo que pasa es que las políticas públicas se quedan cortas en cuanto a traducir los datos en gestión. Hoy, la Argentina no cuenta con un plan nacional en lo que hace a prevención y asistencia”.
Explicó que “generalmente cuando se sale de los centros urbanos el consumo episódico de alcohol es el que tiene mayor prevalencia, que es lo que genera más accidentes y entradas de chicos a las guardias de los hospitales”.
El consumo de alcohol fue mencionado quinto en el orden de problemáticas que afectan a los jóvenes, según el sondeo de Poliarquía. Sin embargo, la misma encuesta indica que 51% de los jóvenes porteños consultados para la encuesta tienen amigos o conocidos que consumen mucho o bastante alcohol y, entre los bonaerenses la cifra alcanza al 45 por ciento.
Además, el 46% de los jóvenes respondió que se emborrachó alguna vez. El 10% de los adolescentes en edad de escuela secundaria reconoció que fuma todos los días.
Respecto del tipo de bebidas que consumen, la mitad de los consultados por Poliarquía dijo tomar cerveza (50%); luego, fernet (28%), Gancia y vino (14%), y vodka (13%).
LA NACION