Ser huésped de un cinco estrellas, todos los días del año

Ser huésped de un cinco estrellas, todos los días del año

Por Luis Corbachopara
Una tarde de gimnasio, una jornada de spa, piscinas climatizadas o tragos en las terrazas más exclusivas son posibles a través de una suma mensual que permita la ilusión, o mejor dicho, el hecho de ser huésped de un cinco estrellas todos los días del año.
Aunque el concepto de membresía en hoteles de lujo no representa ninguna novedad, la modalidad se extiende cada vez más en una ciudad con menos turismo y más apertura de los hoteles hacia clientes locales. “Es la prolongación de mi casa”, cuenta Samuel Forster, que acude religiosamente al gimnasio y spa de los hoteles Alvear Palace y Alvear Art.
Samuel es arquitecto y hace diez años que renueva su membresía en diferentes health clubs de Buenos Aires.
¿Por qué lo prefiere a un gimnasio regular? “El confort, la tranquilidad, la poca gente? Es otra historia. Yo acá puedo hacer aparatos, después hidro, sauna y baño finlandés. Además, tienen una sala de reposo magnífica, con revistas, diarios, jugos, frutas; es un placer. Vengo todas las mañanas y estoy solo, tengo la sensación de vivir en un palacio”, cuenta relajado.

EN ASCENSO
Cecilia Tear, responsable de comunicaciones Faena Hotel Buenos Aires, explica esta tendencia en ascenso. “Ser member del spa brinda a los clientes la posibilidad de hacer distintas actividades y vincularse con otra gente en el mismo lugar. Por ejemplo, pueden venir a una reunión de negocios en el Business Center, almorzar al aire libre en nuestro Poolbar, hacer su rutina de gimnasio o tomar una clase de yoga y juntarse con amigos al atardecer a tomar una trago en elLibrary Lounge.” Lo más atractivo, sin dudas, es que esta experiencia única, “muy Faena”, puede vivirse a diario sin estar alojado en el hotel.
Cuando el Palacio Duhau-Park Hyatt abrió sus puertas en julio de 2006, algunos vecinos de la zona y personalidades reconocidas se acercaron a consultar por esta modalidad de membresía, buscando un ámbito de exclusividad, altos estándares de servicio y privacidad. “Respondiendo a esta inquietud, diseñamos para ellos un exclusivo programa de membresías y tratamientos”, explica Pilar Pose, responsable de marketing comunicaciones del hotel. ¿La mejor carta del Palacio Duhau-Park Hyatt? Su pileta climatizada de 25 metros de largo, sanitizada a través de un tratamiento con ozono que cuida la piel y el pelo, evitando la utilización de cloro. Esta piscina cerrada, por lejos la más lujosa de Buenos Aires, hace que la ciudad tenga otro color. Basta imaginarse saliendo de la oficina y yendo a nadar rodeado de amenities , previo paso por la sala de vapor y una rutina de ejercicios personalizada utilizando las mejores máquinas de la ciudad?
En términos de marketing y ventas, los spa de hoteles de lujo se han convertido en el nuevo retail de muchas marcas de alta gama en el mundo. Así al menos lo explica Carlos Lizardi, titular de Le Spa by CL45 de Algodon Mansion Relais & Châteaux Hotel, que, además de los servicios tradicionales, ofrece a sus miembros un equipo de consultores en belleza, cirujanos plásticos y médicos para tratamientos avanzados. “Son nuevas unidades de negocio, a veces independientes de la matriz del hotel -detalla-. Se trata de conceptos emergentes, en Europa y Estados Unidos se han diseñado estrategias de marketing a partir del spa de un hotel cinco estrellas y de acuerdo con la temporada -baja o alta- se sinergizan para lograr una mejor ocupación.”
El Alvear Art Hotel, hermano directo del tradicional Alvear Palace Hotel, abrió sus puertas en mayo de este año como una extensión del famoso servicio Alvear que lo caracteriza. En el piso 17 del imponente edificio, y con una privilegiada vista a la ciudad que puede disfrutarse desde la pileta climatizada con techo corredizo, el spa y fitness center de esta nueva alternativa urbana invitan a quedarse por tiempo indeterminado. Los espacios son un tanto reducidos, eso hay que decirlo, pero el servicio resulta impecable y la modernidad del lugar hace que todo funcione a la perfección. El precio, además, es bastante más accesible que en otros hoteles de lujo de la ciudad. “Nuestros miembros no sólo buscan un lugar para hacer ejercicio y relajarse, sino también el ambiente que se vive en nuestros spas: tranquilidad, confort, servicio personalizado y equipamiento de última tecnología”, describe Noemí Ibarrola, Rooms Division Manager de Alvear Art.

LA CUOTA DE PRIVACIDAD
Otra de las razones por las que mucha gente elige ir a un hotel para hacer ejercicio y distenderse tiene que ver con la cantidad de clientes. Los gimnasios regulares están sobrepoblados, factor que no contribuye a generar un clima de relax. En este sentido, las vacantes reducidas de los hoteles de lujo garantizan una cuota de privacidad. Los programas de membresías suelen acotarse a un máximo de hasta cincuenta socios por hotel -algunos, como el Faena, cuentan con tan sólo veinte miembros- con el fin de preservar la exclusividad y hacer del lujo una experiencia personal. En el Four Seasons, sin ir más lejos, hay lista de espera, aunque las vacantes se renuevan a cada momento. Todo es cuestión de estar atentos.
Raúl, médico traumatólogo, asegura que una membresía es el mejor premio que se puede dar. Este asiduo concurrente a spas de hoteles cinco estrellas pasó por el Cesar Park y el Panamericano, hasta que recaló hace tres meses en el Alvear Art por la calidad y servicio del lugar. Hoy, Raúl cuenta que en el Panamericano tenía su grupo de amigos, todos adscriptos a la membresía, pero que decidió cambiar de hotel en busca de mayor confort y privacidad. Si los estándares bajan, se cambia de membresía, aclara tajante. “Esto, para mí, es la definición de relax -dice en referencia a su experiencia hotelera cotidiana-. Cuando vengo, me quedo todo lo que puedo, dos o tres horas que combino con actividad física y luego sigo leyendo o escuchando música en la sala de relajación.”
Si el Palacio Duhau es el mejor refugio para el invierno, hay que decir que en verano la opción más destacada la ofrece sin lugar a dudas el Four Seasons. ¿Razones para el veredicto? Para empezar, la gran piscina descubierta, rodeada de jardines y ubicada al pie de la tradicional mansión, se presenta como el mejor oasis urbano. “Lo que ofrece nuestro spa y gym Cielo es un estilo de vida -describe Gabriel Oliveri, director de Ventas y Marketing de Four Seasons Hotel Buenos Aires-. Se trata de una experiencia totalmente dirigida a los cinco sentidos: al ingresar en el hotel olés el aroma de la fragancia especialmente diseñada para nosotros por Fueguía, escuchás la música en cada sector, tocás las texturas de cuero, mármoles italianos, caobas, mantas de llama; saboreas las delicias de nuestro nuevo restaurante El Secreto; en fin, todo este concepto de lifestyle es lo que más valora la gente.”
Los privilegiados adscriptos a esta membresía pueden usar la pileta y el spa como si estuvieran alojados en el hotel. También, si la suerte los acompaña, podrán cruzarse cara a cara con Madonna o Mick Jagger en los pasillos o recostarse en una reposera al lado de otras celebridades mundiales. Sólo es cuestión de tener entre sus manos la preciada membresía.ß
LA NACION