Nuevo tratamiento permitirá curar el 90% de los casos de hepatitis C

Nuevo tratamiento permitirá curar el 90% de los casos de hepatitis C

Por Yésica De Santo
La hepatitis C, la única que no cuenta con una vacuna que la prevenga, la enfermedad silenciosa, la que no avisa hasta que es muy tarde, la que es más grave que el sida y que afecta a casi un millón de argentinos, ahora cuenta con nuevos tratamientos orales que la curan en un 90% de los casos, y en un período de tres meses. La droga se llama Sofosbuvir y llegará a la Argentina en 2015, según informaron los especialistas de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH) reunidos ayer en conferencia de prensa. “No se trata sólo de una nueva droga, en los próximos meses llegaran más drogas con la misma función, estamos frente a una ola enorme de nuevas estrategias y tratamientos orales que harán que los médicos tengamos muchas opciones de tratamiento y significará la erradicación absoluta de la hepatitis C”, aseguró Fernando Bessone, jefe del servicio de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Provincial del Centenario, y profesor adjunto de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario, en diálogo con Tiempo Argentino.
Los nuevos tratamientos serán dirigidos a pacientes con hepatitis crónica por virus C como única infección y también a aquellos pacientes que además de la hepatitis C están infectados con VIH. Durante muchos años el tratamiento consistió en la asociación de Interferón Peguilado más ribavirina, con lo que se conseguía un modesto porcentaje de curación; eran tratamientos prolongados y con múltiples efectos secundarios. Al respecto, el doctor Marcelo Silva, jefe de Hepatología Clínica del servicio de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Universitario Austral, explicó que, “si bien en la actualidad existen tratamientos orales, su duración de 12 meses y con resultados de cura en el 70% de los casos, aunque en un subgrupo de pacientes es inferior y puede ocasionar efectos adversos como fiebre, cansancio, depresión, anemia, afectación tiroidea, entre otros.”
Las nuevas drogas fueron presentadas en el Congreso de Enfermedades Hepáticas, organizado por la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, celebrado entre el 31 de octubre y el 5 de noviembre pasados en Washington. Dos de ellas serán aprobadas por la FDA, en diciembre, por lo que a comienzos de 2015 se espera su llegada a la Argentina.
En el país son 600 mil las personas infectadas y aproximadamente hay un 50% de pacientes que padece la enfermedad, pero no lo sabe. El virus tipo C se transmite por sangre y, al no contar con una vacuna, la forma de prevenirlo es estar atento a las transfusiones de sangre y evitar el uso compartido de agujas infectadas. “Debemos fomentar el diagnóstico, por eso si a una persona le sale un laboratorio del hígado alterado debe acudir a un hepatólogo, lo mismo para todo aquel que se trasfundió sangre o cualquier producto de la sangre antes de 1992, fecha en la que aparecieron los reactivos para el virus”, destacó Silva y describió que “el virus C es un traidor, no da síntomas hasta que el paciente está crítico. Puede llevar décadas hasta que dañe al hígado lo suficiente como para causar síntomas y que el enfermo decida tratarse.”
Con una simple extracción de sangre se puede detectar el virus y comenzar a tratarlo. Es por eso que la entidad insta a toda la población a realizarse al menos una vez en la vida la extracción que determine si es o no portadora del virus. Si bien quienes hayan sufrido transfusiones de sangre, compartido agujas o pertenezcan a los llamados “grupos de riesgo” son más susceptibles de contraer el virus, todos los habitantes deberían hacerse el test.

El nuevo desafío
Para los expertos, se ha alcanzado una meta en cuanto a la cura del virus hepatológico tipo C, pero aún resta saldar una deuda científica y social en cuanto al acceso de las drogas. Los tratamientos que se encuentran en venta actualmente cuestan alrededor de 40 mil dólares y se estima que los nuevos rondarán los 60 mil. “La enfermedad se cura, pero soy realista, esta patología se termina siempre y cuando se logre la accesibilidad al medicamento”, destacó el hepatólogo Fernando Bessone. El mundo ya cuenta con una fórmula química eficaz para combatir una enfermedad difícil de cazar, ahora su eliminación definitiva dependerá de la garantía de equidad en el tratamiento de un virus que no discrimina. Entonces los enfermos ricos y los enfermos pobres se podrán tratar y, de una vez, curarse.
TIEMPO ARGENTINO