Nicolino Locche: de Mendoza a las luces de Hollywood

Nicolino Locche: de Mendoza a las luces de Hollywood

Por Roberto Parrotino
El 12 de diciembre de 1968, Nicolino Locche hizo una parada de relax antes de subirse al ring del estadio Kuramae, derrotar por nocaut técnico en el décimo round a Paul Fuji y coronarse campeón mundial welter junior en Japón: escondió en la bata celeste un cigarrillo y un fósforo Ranchera, se encerró en el baño, prendió el cerillo en la pared y fumó el tabaco hasta la colilla.
En otra ocasión, el día en que fue operado del corazón en la Fundación Favaloro en 1996, salió a caminar y le pidió un Jockey Club a un hombre que guardaba el atado en el bolsillo de la camisa de veraneo. Dos horas antes de ser intervenido, un Locche cincuentón le requirió al doctor Fernando Boullon una estampita de la Virgen María y una vela. Para orar: para encender el pucho.
El periodista Adrián Dottori, autor de la biografía La leyenda intocable, acerca estas escenas que podrían recrearse en la película que el director de cine David Jaure se prometió realizar sobre la vida de Nicolino; un film de la industria del entretenimiento de los Estados Unidos que se estrenaría a fines de 2014 con la aspiración de que camine por la alfombra roja del Óscar.
“¡Ganador Locche, ganador Locche!”, escuchaba el niño David de boca de su padre en Mendoza capital, cerca del Parque San Martín. Jaure –37 años, radicado desde los diez en Miami, un pasado delante de las cámaras como actor– volvió a captar ese latiguillo durante una comida con su padre después de que terminó la película 3:13, su ópera prima que registra la vida de un vagabundo. “Entonces le pregunté: ‘¿Quién es Locche? De pequeño nos venís diciendo lo mismo’. Entramos a YouTube y apenas vi las primeras imágenes de Nicolino quedé hipnotizado. A mí me encanta el boxeo. Soy de la época de Sugar Ray Leonard, de Mike Tyson, de Buster Douglas. Cuestión que al tercer video que vi me quedé impactado, impresionado, porque no creo que vuelva a haber un boxeador así. Me dije: ‘Quiero hacer su película’. A Locche no lo ha visto el mundo, y las cosas que hacía en el ring eran increíbles.”
Ahora Jaure quiere tomar clases de boxeo para meterse en el personaje. Para, remarca, entender el punto de vista y pedirle qué hacer al actor. Mientras, escribe el guión junto a Dottori. Se filmará en inglés; y en Mendoza, Buenos Aires y los Estados Unidos. El elegido para el papel de Locche es el actor Jason Statham, un amante de los deportes que integró el equipo británico de salto de trampolín y que practicó, para las películas de acción, artes marciales: kickboxing, karate, taekwondo, jiu-jitsu. “Nico tenía un cuerpo como deforme: piernas finitas y la caja torácica grande –describe Dottori–. Si lo ves, Statham es parecido. Además, en Estados Unidos las películas de boxeo son premiadas, como las de Rocky de Stallone, y como él no tiene ninguna estatuilla, podría ser la gran chance. Aparte, no es difícil hacer de Locche; lo difícil sería hacer de Maravilla Martínez. Locche se quedaba en un metro, esquivaba y pegaba”. Statham, protagonista de la trilogía El transportador, mide dos centímetros menos que aquel Locche boxeador. “Sería el ideal. Su físico es muy similar –aporta Jaure–; para mí la cara y la nariz, y además con maquillaje se arregla”.
Ana María Locche, la hija mayor de Nicolino, frena la clase de boxeo -es la instructora- y cuenta a El Gráfico Diario desde el pequeño gimnasio montado en su casa de Mendoza: “La familia está muy contenta y orgullosa. Se va a conocer el estilo de mi viejo, que era nada agresivo, que llevó a las mujeres al Luna Park. En esa época, el boxeo en la Argentina tenía a Galíndez, a Bonavena, a Monzón, pero todos con un boxeo más agresivo. Mi papá era diferente; era más un showman que un boxeador. Llevado eso al cine me parece que va a ser espectacular”. El Intocable tuvo otros dos hijos: Nancy y Lolo, quien será clave al momento de sentarse a reconstruir la historia porque era el más apegado a su padre.
La banda de sonido recaerá en el mendocino Rubén “Tilín” Orozco, socio del músico Gustavo Santaolalla, ganador de dos Óscar, y Paul Jaure, hermano de David, interpretará al promotor Juan Carlos “Tito” Lectoure. Se contará el viaje de los padres de Italia a Tunuyán, el ingreso a los nueve años al Mocoroa Boxing Club del técnico Francisco “Paco” Bermúdez, cómo se escurría para evitar entrenarse, las peleas con Antonio Cervantes, Kid Pambelé, las trasnochadas, el sentido del humor, los negocios truncos al final de la vida del Chaplin del ring, como lo llamaba el humorista José “Pepitito” Marrone. “Hay que salpicar historias –apunta Dottori–. Por ejemplo, antes de Maravilla, fue el boxeador argentino que visitó a un Papa, a Pablo VI. Monzón fue el mejor campeón argentino de todos los tiempos, pero no era ídolo. Hay ídolos que no fueron campeones, como el Mono Gatica. Locche no era un boxeador: era un artista.”
“Mi viejo fumó toda la vida –detalla Ana María–. Desde los ocho hasta el último día. Se le escapaba a mi nona y se iba a fumar. Le afectó el pulmón. Tenía EPOC, un enfisema pulmonar, y cuatro bypass; iba y venía del hospital. Si hubiera dejado de fumar todavía estaría vivo. Si murió a los 66…”.
EL GRAFICO