Lucy Liu: “No me parece que Holmes y Watson deban ser más que amigos”

Lucy Liu: “No me parece que Holmes y Watson deban ser más que amigos”

Por Hernán Iglesias Illa
En Elemen tary , el ayudante, amigo y testigo de Sherlock Holmes no se llama John Watson. Se llama Joan Watson y lo interpreta con ternura y sentido del humor Lucy Liu, que no se parece en nada a las versiones anteriores de Watson en la pantalla. Como tampoco se parece mucho Elementary -que emite Universal los jueves, a las 22- a intentos anteriores por actualizar los personajes creados hace más de un siglo por Arthur Conan Doyle. En la serie, Holmes y Watson son contemporáneos (como en la reciente Sherlock, producida por la BBC), pero viven del otro lado del charco, en Nueva York, a donde el detective solitario, brillante y maniático ha viajado para alejarse de sus problemas con las drogas.
Nacida en Nueva York, en una familia de inmigrantes chinos, Liu empezó la temporada pasada como la “acompañante terapéutica” de Holmes (Jonny Lee Miller), encargada de facilitar su transición a la vida real tras su alta del centro de rehabilitación. En esta segunda temporada, Watson deja de ser guardiana y aprendiz para convertirse en socia, detective y amiga -nada más que amiga- de su admirado Sherlock. Con un vestido y tacos negros, Liu conversó con LA NACION en un hotel del Soho neoyorquino.

-¿Le gustaría agregar una capa de tensión sexual a la relación de Watson con Sherlock?
-Creo que la relación entre ellos ya tiene múltiples capas. Naturalmente hay cierta tensión, porque ella no siempre está de acuerdo con cómo él maneja algunos casos o situaciones. Y esto va a pasar más ahora: están forjando una amistad, de a poco, y eso los afectará a ellos y a la gente que los rodea. Creo que en la cabeza de Rob [Doherty, el creador de la serie], y ciertamente en la mía, no está la idea de que Sherlock y Watson vayan a ser más que amigos.

-En esta nueva temporada, Watson parece entender mejor y ser más comprensiva con Holmes.
-El hecho de que ya no es su “acompañante terapéutica” lo hace más fácil, porque ella ahora puede comunicarse con él sin estar todo el tiempo en puntitas de pie para no afectarlo. Aunque Watson siempre se preocupa por él, la relación cambia cuando empezás a ser socio de alguien. Nos llevó mucho tiempo llegar a este nivel, lo hicimos muy despacio y creo que ha sido algo bueno. De lo contrario, si de un día para el otro ella aparece convertida en un detective, no tendría ningún sentido dramático.

-¿Cómo ha sido rodar en nueva York?
-Ha sido una experiencia maravillosa y reveladora. Pasar tanto tiempo en exteriores, aun si son sólo seis horas, te permite conocer muy bien un barrio. Es una gran manera de volver a presentar Nueva York. Incluso para una neoyorquina como yo, que crecí en Queens. Cuando era chica, me metía en el subte, iba al colegio y volvía a casa. Mucha gente me pregunta ahora qué restaurantes interesantes hay en Jackson Heights, mi barrio de la infancia, y yo les digo que no tengo ni idea. Con mis amigas íbamos al bar del barrio, nos pedíamos una hamburguesa con queso y papas fritas, si teníamos algo de plata. Eso era todo. Ahora, en cambio, tengo la oportunidad de conocer bien distintas partes de la ciudad.

Elementary es una serie más cerebral que física. ¿Le gusta que sea así o extraña las escenas de acción?
-A Sherlock le han dado escenas de acción. Pero, para mí, que me pasé dos décadas haciendo escenas de acción, esto es un bienvenido recreo. También me parece que sería poco verosímil si una doctora de repente se pusiera a manejar una espada. En los primeros episodios la mostraron manejando un bastón, como para mostrar que tiene algunos conocimientos de defensa personal, pero eso no quiere decir que esté preparada para usarlos. En mi contrato no dice nada de escenas de acción y mi carrera tampoco empezó con la acción: llegué a ella con el tiempo. Tengo las cicatrices, las cirugías y los moretones para mostrarlo.

-¿Por qué rechazó interpretar a Watson la primera vez?
-Me intimidaba un poco que fueran dos personajes tan famosos, con tantas encarnaciones. Me parecía que si uno cambiaba los nombres de los personajes en el guión también podría haber sido una serie exitosa. Tenía miedo de que la gente mirara esto con un microscopio y pensaba que arrancar de cero podía ser mejor. Yo ya había hecho Los ángeles de Charlie , en la que todo el mundo te está mirando y comparándote con el original, criticándote desde antes del estreno. No tenía ganas de lidiar con esas cosas de nuevo. Pero Rob fue muy insistente sobre qué quería hacer con los personajes y eso me ayudó a convencerme. Me dijo: «Hagamos el piloto sin pensar en que estos personajes son Sherlock y Watson. Después veremos qué pasa».

-¿Cuánto conocía de Sherlock Holmes antes de la serie? ¿Había leído los libros?
-Los empecé a leer cuando acepté el papel. Vengo de una familia asiática, así que Sherlock Holmes y John Watson no eran parte de nuestra vida. Tampoco es que aprendíamos sobre la dinastía Ming, pero la literatura inglesa no era algo que miráramos muy de cerca. Así que tuve que empezar desde el principio. Y aquellos cuentos originales todavía retienen su impacto en el formato de la serie: como en las obras de Conan Doyle, el caso se plantea y se resuelve en el mismo cuento.

-¿Cuánto sabe sobre lo que va a pasar en la serie?
-La primera temporada fue muy exigente. Mientras tratábamos de desarrollar estos personajes, tuvimos que hacer muchísima prensa los fines de semana, sesiones de fotos, dos episodios extra agregados a los 22 originales: fueron diez meses intensos de filmación. Cuando finalmente recuperamos el habla, ya era momento de volver al set. Y este año empezamos más temprano, porque el primer episodio fue rodado en Londres, así que viajamos para preparar todo. Es claro que no tuvimos mucho tiempo para hacer preguntas. Pero siempre que lo llamaba a Rob y le preguntaba por tal o cual personaje: él no tiene problemas en contestar. Por eso creo que esta temporada empezamos con más confianza, sin la guardia tan alta, sabiendo que esta temporada Sherlock y Watson iban a ser socios y que su amistad iba a ser más compleja. Llegué al set con mucha curiosidad y con ganas de saber qué pasaba. Debo decir que, para mí, ha sido hasta ahora una temporada mucho más interesante que la primera. Sin dudas.
LA NACION