01 Nov Una temporada con las mejores aspiraciones
Por Xavier Prieto
Aún está fresca la memorable final que Miami le ganó con agonía y épica en partes iguales a San Antonio, hace cuatro meses. Fresca en el recuerdo, pero caliente en las sensaciones. Porque aquel 4-3 de LeBron James y sus secuaces que estuvo a 6 segundos de ser 4-2 para Manu Ginóbili y sus compañeros no puede dejar sino ansias de desquite en el bahiense, en Tim Duncan, en Tony Parker, en Gregg Popovich y en el resto de los Spurs.
También para Luis Scola puede ser tiempo de revancha. De venganza de esa temporada tan amarga que le supo la última, cuando su equipo, Phoenix, resultó último en el Oeste. Un puesto que en la carrera de Luifa es disonante, impertinente.
¿Y qué decir de Carlos Delfino, de vuelta en un equipo que hace un año lo dejó ir? Y que tiene el desafío de sobreponerse de una lesión que le quitó el Premundial de Caracas y le robará buena parte de esta temporada.
Menos revancha buscará Pablo Prigioni, de gran año de debut en la 2012/13. Tal vez su única cuenta pendiente sea la de llegar más lejos con un plantel que proyectaba más, pero que todavía promete.
Hoy se abrirá el 68º campeonato de la NBA. Que será ya el 14º, y de forma consecutiva, con presencia argentina. Como desde hace algunos años, los albicelestes en la mejor liga del mundo son cuatro, pero algo cambia, y para bien: por primera vez hay tres en equipos que poseen reales aspiraciones de ser campeones. Es cierto que en 2007 hubo dos compatriotas que se pusieron el anillo, Ginóbili y Fabricio Oberto. Pero nunca ocurrió que al empezar una temporada hubiera tres con chances ciertas de alzarse con el título. Eso es lo que le toca hoy a Ginóbili (San Antonio), Scola (Indiana) y Prigioni (New York).
Manu estuvo muy cerca de su cuarta conquista en junio pasado. Hasta tuvo en sus manos la posibilidad de definir esa serie histórica con Miami en Florida. El bahiense quedó anímicamente noqueado durante unos días, por lo colectivo y por un rendimiento propio que lo decepcionó. Ahora, a los 36 años, con la tranquilidad de dos más de contrato asegurados, va por más. Y afronta una novedad: la incorporación de Marco Belinelli, proveniente de Chicago Bulls. El italiano, físicamente equiparable con él, ocupa el mismo puesto y posee habilidades parecidas, pero tiene 27 años. En principio no le quitaría minutos, ya que ocupará el lugar de Gary Neal que se fue a Milwaukee. El bahiense tuvo una pretemporada muy buena, con un 55,6% de aciertos en triples, un rubro que lo tuvo a maltraer en el último certamen.
Scola también volverá a pelear por cosas importantes. Hace un año, un pase sorpresivo y casi de último momento de Houston a Phoenix lo alejó de los pronósticos altos. Su nueva casa, Indiana (debutará hoy ante Orlando), le da perspectivas mucho más favorables en cuanto a resultados, aunque también le quita a priori protagonismo personal. A menos que las circunstancias cambien con el correr de los partidos, Luifa estará en un sitio extraño para él en el salto inicial: el banco de suplentes. Es que el plantel reúne capacidad y futuro en Paul George, Roy Hibbert, George Hill, Lance Stephenson y Danny Granger; Luis, con 33, es uno de los apenas dos jugadores importantes que superan los 30 años. Pero los Pacers están en ascenso y ya en la 2012/13 amagaron con el zarpazo: exigió a Miami a un séptimo capítulo en la serie decisiva del Este, y pese a no contar con una de sus figuras, el entonces lesionado Granger. La posibilidad es un premio para la brillante carrera de Scola.
Si Indiana se quedó con ganas contra Miami, pues New York tiene bastante sangre en el ojo por culpa de los Pacers. Indiana lo desplazó con un 4-2 en la semifinal de la Conferencia Este. Por eso, si el equipo de Prigioni responde a las expectativas, también puede llegar lejos. Sigue contando con Carmelo Anthony, una superestrellas de la liga, y con J. R. Smith y Tyson Chandler. Se espera que Amar’e Stoudemire vuelva a su mejor forma, ya que en el torneo pasado apenas actuó en 29 partidos, tras una lesión que lo tuvo casi un año inactivo. Y sumó al experimentado aunque controvertido Metta World Peace (ex “Ron Artest”) y a Beno Udrih (en lugar de Jason Kidd). El esloveno, de 31 años, compartirá tareas en la base con Raymond Felton y Prigioni. Puede sonar a amenaza en su puesto, pero el cordobés ya se ganó un lugar en similares condiciones en la temporada pasada, hasta ganarse la ovación del mismísimo Madison Square Garden.
Sólo Delfino, en el más modesto Milwaukee, no debe de estar soñando en grande. El santafecino ha de estar enfocado en la interminable recuperación del pie derecho, que, fracturado en abril, le impidió tomar parte en Caracas 2013 y le hará perderse el arranque de la temporada. Su mejores compañeros serán Caron Butler, O. J. Mayo y Ersan Ilyasova.
En la geografía de la NBA, ahora hay tres argentinos (Scola, Prigioni y Delfino) en la derecha del mapa y uno (Ginóbili) en la izquierda, hay más chances de que los cuatro lleguen a los cruces de eliminación directa. Como lo observó Luifa en una entrevista con LA NACION, usualmente en el Este un 50% de victorias alcanza para acceder a los playoffs, mientras que en el Oeste esa cifra suele no bastar.
Como siempre, hay muchos postulantes a la corona. Muchos partidos (82 de la etapa regular y un máximo de 28 en los playoffs), muchas estrellas y muchas proyecciones. Y entre ellas, por primera vez, tres argentinos con aspiraciones muy altas en la liga máxima del planeta.
LA NACION