Una idea para prolongar la vida activa de los adultos mayores

Una idea para prolongar la vida activa de los adultos mayores

Por Luján Scarpinelli
Cuando se abrió la puerta y entró Elba, tuvieron la certeza de que su proyecto iba a funcionar. Esa mujer, mayor a los 90 años, de mente veloz y vestimenta moderna, era el modelo perfecto de quien, pese a la edad, conserva las energías y busca concentrarlas en algo interesante. “Seguramente habría muchas Elbas que podrían sumarse”, cuenta Ludmila Marcote, quien creó En compañía, junto con Lucía Rebagliati.
Esta empresa de misión social organiza actividades para los adultos mayores de 60 años en distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires y otras zonas del Gran Buenos Aires. En las salas que alquilan por horas, desarrollan talleres, cursos y encuentros con el fin de brindar un espacio de contención que contribuya a la calidad de vida.
“El objetivo es romper con el paradigma de asociar a la tercera edad con un segmento inactivo de la sociedad. Todos nuestros servicios están orientados a que las personas mayores ejerciten su mente, aprendan cosas nuevas, se mantengan activas y que, al mismo tiempo, puedan entretenerse”, explica Ludmila.
Las antiguas compañeras de estudio de la UADE volvieron a juntarse años después de titularse como relacionistas institucionales y con algo de experiencia en grandes empresas, decididas a desarrollar un proyecto independiente. Se reunieron durante meses después de las seis, hasta el lanzamiento del proyecto, en septiembre de 2009. Ludmila, a quien le surgió la idea inspirada en su propia abuela, dedicó su tiempo completo a asentar la empresa, esperando a que su compañera pudiera renunciar a su vieja ocupación.
Hasta que abrieron el primer taller, la inversión ascendió a $ 21.000. Buena parte fue a la impresión de volantes y al diseño de la página web, e iniciaron la difusión puerta a puerta por el barrio de Recoleta. “Allí había una lista de las actividades que, supusimos, podían funcionar. Pero todavía no sabíamos cuáles eran las indicadas”, recuerda Ludmila.

ESPECIALISTAS
La más requerida fue la de gimnasia mental para estimular la memoria y la concentración. El equipo se nutrió de psicólogos dedicados a esos talleres, y de otros especialistas, que permitieron el desarrollo de un espacio multidisciplinario. Arte, cine, literatura y radioteatro son algunas de las opciones actuales.
La dinámica consiste en brindar una oferta diversa para que las personas acomoden sus gustos y sus tiempos. Sobre el menú, los asistentes pagan, según la actividad, desde 180 hasta 250 pesos mensuales. También pueden participar de salidas en grupo de contenido cultural. Otra opción son los viajes de ida y vuelta en el día que organizan, por ejemplo, a San Pedro o a Rosario.
Con la oferta de actividades y la apertura de sedes, la facturación fue creciendo. El primer año, estuvieron cerca de duplicar lo invertido, mientras que el segundo creció hasta los $ 60.000. El monto facturado creció el año pasado hasta los $ 205.000, muy lejos de lo que esperaban.
“Vamos a ofrecer más actividades, para más gente y en más sedes”, se entusiasma Ludmila. A los siete barrios porteños, Ramos Mejía, Vicente López y Avellaneda, sumarán talleres en La Plata, Quilmes y San Isidro. Además, desde noviembre, sumaron al “combo” una revista de actividades que venden en las sedes y envían a domicilio a los que se contactan por la página web desde el interior.
Para el futuro, planean formalizar en un modelo de franquicias las “sucursales” que actualmente están empezando a expandir con representaciones.
LA NACION