La falta de espectadores pone en jaque a la F1

La falta de espectadores pone en jaque a la F1

Por Roger Blitz y James Allen
La temporada de la Fórmula 1 parece un auto en la parte trasera de la parrilla: rápido, pero proclive a problemas técnicos y con necesidad de algo nuevo y excitante.
En cualquier competencia deportiva importante se busca mantener el interés incluso hasta el final de la temporada. La F1 tuvo varios desenlaces a pura tensión en el pasado, pero este año es diferente.
El fin de semana pasado, la victoria del alemán Sebastian Vettel en el Grand Prix de India le valió el cuarto título mundial, que alcanzó el tercer puesto de los máximos ganadores de títulos. De todos modos, el resultado tan esperado también implica que las tres carreras finales de la temporada -en Abu Dhabi el próximo fin de semana y en EE.UU. y Brasil más adelante en el mes- serán procesionales y solo revestirán interés como notas de color históricas y con posibilidad de marcar gran rating de audiencia.
En términos de interés deportivo sostenido, el 2013 ha sido fracaso para la F1, Vettel ya se había subido al podio de ganadores nueve veces antes de ganar en India, liderando el campeonato de conductores desde la segunda carrera y casi sin mirar atrás. El corredor de 26 años tiene la misma predominancia que su compatriota Michael Schumacher tuvo a mediados de la década de 1990, y la F1 se convirtió en un deporte tristemente predecible.
¿La F1 camina dormida hacia al estancamiento? Bernie Ecclestone, el amo y señor de la F1, ya se ha dado clara cuenta del riesgo de “monotonía” que afecta el interés del público por el deporte.
Sin embargo, Ecclestone también infló los logros del Vettel, describiéndolo como un corredor probablemente mejor que Ayrton Senna, el piloto brasileño.
“La gente se queja de que [Vettel] gana todo”, Ecclestone declaró a la agencia Bloomberg. “Pero las carreras son buenas.”
Esto no evitará que Ecclestone y sus colegas de la F1 dejen de buscar formas de encarar la falta de competencia.
Los últimos suspiros que condimentan el show fueron lograr que Pirelli, proveedor de cubiertas de todos los equipos del deporte, fabricase cubiertas que debían cambiarse cada 20 vueltas y que los equipos colocasen un alerón trasero (sistema de reducción de arrastre para mejorar su capacidad de adelantarse.
La idea fracasó por dos razones: en muchas carreras, dicho sistema facilitaba demasiado el adelantamiento, lo cual para muchos socavaba una de las habilidades fundamentales de un piloto de F1; y las fallas de las cubiertas colmaron la primera mitad de la temporada: el peor momento fue en el Grand Prix de Gran Bretaña en junio cuando a seis autos se les reventaron cubiertas.
El asunto se convirtió en un campo de batalla político. Los equipos de mejor desempeño truncaron el deseo de Pirelli de volver al diseño de 2012 con Kevlar en vez de acero, y finalmente el cambio fue implementado por la Fédération Internationale de l’Automobile (FIA), la entidad reguladora del deporte.
En la temporada 2013, la FIA buscó aumentar su influencia en la F1. La elección del proveedor de cubiertas para las temporadas venideras fue solo uno de los puntos de fricción entre Ecclestone y Jean Todt, presidente de la FIA.
Un apretón de manos arreglado en julio selló un acuerdo sobre la distribución a largo plazo de las ganancias de la F1 entre la FIA, los equipos y CVC Capital Partners, el grupo que adquirió una participación en la F1 2006.
Pero la sensación que prevalecía era que Todt buscaba explotar cualquier debilidad de Ecclestone, director ejecutivo del deporte, cuya posición en la cúspide de la F1 sigue bajo amenaza dados los problemas personales y legales que enfrenta.
Ecclestone y otros querellados enfrentan una demanda de u$s 170 millones por daños y perjuicios entablada ante el Tribunal Superior del Reino Unido por el grupo de medios alemán Constantin Medien, que alega que la F1 se subvaluó cuando fue vendida a CVC. Medien defiende el juicio con uñas y dientes.
Ecclestone también podría tener que enfrentar acciones penales en Alemania tras haber sido acusado formalmente en julio de presunto soborno.
Mientras que 2014 promete mayor incertidumbre en la cima de este deporte, la nueva temporada permitirá inyectar un poco de la tan necesaria competencia.
La esperanza largamente anhelada por Todt de generar un enfoque más ecológico respecto de la F1 dio sus frutos, contra lo deseado por Ecclestone. Se van los motores V8 de alto consumo de 2,4 litros y llega la nueva generación de motores V6 turbo híbridos de 1,6 litros.
Los autos tendrán que cubrir la misma distancia de carrera de 300 kilómetros, pero utilizando un tercio menos de combustible. Si bien esto planteó un gran desafío para los equipos, Mercedes, en particular, viene esforzándose para prepararse para el cambio y ha hecho comentarios seguros respecto de la próxima temporada.
El nuevo enfoque permitió atraer a Honda, el mayor fabricante de motores del mundo, de nuevo al deporte. El grupo japonés, que abandonó la F1 en 2008, será el proveedor de motores del equipo McLaren a partir de 2015.
¿Notará el público la diferencia? Sin duda que la F1 así lo espera, dado que es un momento crucial en cuanto a las relaciones con los medios de radiodifusión. La audiencia televisiva mundial de la F1 cayó el año pasado un 34% sólo en China.
El deporte está en una encrucijada con respecto a los derechos de distribución de los medios de comunicación, dado que medios tradicionales como la BBC del Reino Unido, la RAI de Italia y TF1 de Francia, ya no están en condiciones de pagar por los derechos.
Ecclestone fue forzado a cerrar acuerdos de exclusividad o semi-exclusividad con canales pagos, tales como Sky y Canal Plus. En el Reino Unido e Italia -dos de las mayores audiencias televisivas de F1- los espectadores pueden ver solo la mitad de las carreras en directo por canales de aire.
En Francia, Canal Plus tiene exclusividad plena. Esto redujo significativamente la audiencia en vivo de la F1, aunque la cobertura tardía significa que la cifra global de audiencia de F1 sigue siendo alta.
La F1 sigue abriéndose paso hacia nuevos mercados, especialmente en Asia y América, pero la audiencia televisiva sigue siendo obstinadamente eurocéntrica. Por mucho que Ecclestone intenta ampliar el alcance de este deporte organizando competencias en lugares más remotos, Europa todavía conserva, por lejos, el mayor porcentaje de teleaudiencia a nivel mundial: 64%, comparado con alrededor de 10% para Asia, según Repucom, un grupo de seguimiento de la industria.
Esto trae aparejados problemas para la F1, si bien no son imposibles de superar.
Algo positivo es que los pilotos siguen siendo de alto nivel y deportistas mundiales muy bien pagos, y sigue habiendo mucho interés de ciudades de todo el mundo en organizar carreras.
La ciudad rusa de Sochi y Nueva Jersey, en EE.UU., se incorporan al cronograma 2014, mientras que Austria y México City vuelven a la programación. La propuesta es lograr un récord de 22 carreras de Grand Prix para la próxima temporada.
El otro imponderable para 2014 será si Vettel podrá igualar el récord de cinco campeonatos de Schumacher. A falta de hacer la competencia más pareja forzando al alemán a conducir sin volante, pocos apostarían en contra de que lo logre.
LA NACION