06 Nov Juan Manuel Tenuta: fue adorado por sus colegas y por el público
Por Pablo Gorlero
Cada vez que se le hacía un homenaje o lo mencionaban en alguna entrega de premios (ya sea el ACE o el Cóndor de Plata), de inmediato, toda la sala se ponía de pie. Pero no era sólo un aplauso, sino una ovación, una extensa ovación que siempre parecía interminable y no sólo lo hacía emocionar a él, sino a todos los que allí estaban. Es que Juan Manuel Tenuta fue uno de los actores más queridos por sus colegas y por todo el ambiente artístico en general. Un caballero que, además de simpático, era un excelente compañero. Murió ayer, a los 89 años, en la Clínica La Esperanza, donde había sido internado por un accidente cerebrovascular.
“Un caballero andante, adentro y afuera de la escena”, lo definió alguna vez Adela Gleijer, su esposa durante casi 60 años, a quien conoció cuando ambos formaban parte del elenco del prestigioso teatro El Galpón de Montevideo (él fue cofundador). Se conocieron y a los cuatro meses se casaron. Tuvieron una hija: Andrea Tenuta.
Hijo de padres italianos, Juan Manuel Tenuta nació en Fray Bentos (Uruguay). “Allí conocí el mundo, la solidaridad, el internacionalismo, el amor por los distintos, la defensa de los trabajadores”, recordó Tenuta, en un reportaje realizado en este diario por Carlos Ulanovsky. Fue un profundo conocedor de los distintos pueblos originarios de América, y antes de conocer a Adela representando El centroforward murió al amanecer, trabajó como titiritero en miles de pueblos, participó como claque en teatros porteños, fue marinero en el Pacífico y asistente de Pablo Neruda cuando él representaba por todo el continente su Canto general.
Vivía en la Argentina desde 1974 y no cesó de trabajar tanto en el teatro como en el cine y la televisión. Durante la dictadura militar tuvo que exiliarse algún tiempo debido a su férreo compromiso ideológico, pero luego regresó a la Argentina. “Un hombre sin capacidad de soñar no podría sobrevivir a este capitalismo salvaje y globalizado. Yo tengo la esperanza de un cambio, porque el fondo ya lo tocamos hace rato”, le decía en 1999 a Horacio Alejandría en el diario Crónica.
Algunos de sus papeles en cine fueron inolvidables. Basta mencionar sólo a Esperando la carroza , pero se agregan innumerables títulos como Primero yo, Camila, El hombre del subsuelo, Así es Buenos Aires, No toquen a la nena, La aventura de los paraguas asesinos, La magia de los Parchí s, Asesinato en el Senado de la nación, Chechechela, La noche de los lápices, La clínica del doctor Cureta, ¿Dónde estás amor de mi vida que no te puedo encontrar?, Momentos robados, De eso no se habla; Bañeros II, la playa loca; Maldita cocaína, Un buda, El cine de Maite y Andrés no quiere dormir la siesta , entre muchísimas otras. Entre sus trabajos televisivos se pueden mencionar Mujeres de nadie, 0800 no llames, Los simuladores, Un cortado, Máximo corazón, Los machos de América, Tiempo final, Los buscas de siempre, Trillizos, El hombre; Te quiero, te quiero; Naranja y media, Como pan caliente, El último verano, Cara bonita, Princesa, La elegida, Pobre diabla, Hospital público, Primicias, Rebelde, De carne somos, Tu mundo y el mío, Amo y señor, Cara a cara, Los cien días de Ana, La sociedad conyugal, y muchos otros.
Su último trabajo en la calle Corrientes fue en Agosto, condado Osage , en el que Nino encarnaba uno de esos papeles pequeños que se pueden volver inmensos gracias a la composición de un gran actor. Durante muchos años formó parte de los elencos estables del Teatro General San Martín y del Teatro Nacional Cervantes. A las órdenes de los mejores directores trabajó en obras como La profesión de la señora Warren, Valhala, El alma de papá, Perla, La hermosa gente, Solas, Cándida, Gris de ausencia, El patio de la Morocha, Zorba, Mi bella dama, Hombre y superhombre, La Piaf, ¡Socorro… Don Verídico!, El avaro, Esperando la carroza, La cage aux folles, The Rocky Horror Show, Locos de verano, Las alegres mujeres de Shakespeare, Cuarteto, Veraneantes, Fuenteovejuna y Real envido . Sus compañeros coinciden en que era tan disciplinado como generoso y alegre a la hora de trabajar. En 1995 lanzó su libro autobiográfico Antes que me olvide, en colaboración con el periodista Héctor Puyo, que estuvo entre los más vendidos de ese año, en Uruguay.
Su última aparición en público fue durante la inauguración del nuevo ciclo Teatro Nuestro, en El Picadero, el mes pasado, donde se lo vio vital y, sobre todo, “mimado” por todos sus colegas. El año pasado, recibió un Cóndor de Plata por su trayectoria en el cine, de manos de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.
Juan Manuel Tenuta decía que para ser un actor: “Hay que ser antes que nada un buen espectador de lo que pasa en la calle, leer los diarios, tener contacto con los vecinos e involucrarse. Lo estoy desde los siete años. Seguiré, como decía Sandrini, hasta que el cuerpo aguante. No van a decir que Tenuta se murió, sino que hizo mutis por el foro”, confesó al diario Crónica.
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