El hombre de dos cabezas

El hombre de dos cabezas

Por Austin Considine
En persona, los idénticos Kirk y Nate Mueller tienen una apariencia sobrenatural. Su pelo peinado prolijamente, sus botas de cuero de ASOS, las flores rojas de Hook & Albert en sus solapas, sus trajes marrones de lana Topman… todo en ellos es casi igual. Hasta sus empleos: diseño de aplicaciones elegantes para iPads y sitios web, lo que los transformó en celebridades del diseño de la noche a la mañana.
Las diferencias, cuando aparecen, son sutiles: el timbre de sus voces (la de Nate es levemente más profunda), el estampado de sus corbatas de moño Alexander Olch, el color de sus camisas Ben Sherman (aunque las dos son a cuadros). “Ultimamente usamos mucha ropa a cuadros”, dice Kirk, hablando en primera persona del plural, un hábito que los dos raramente evitan.
En el año y medio que pasó desde que se graduaron de la Facultad de Diseño de Rhode Island, los hermanos Mueller pronto se convirtieron en favoritos de los medios digitales. Este mes, una nota en Betabeat, sitio que cubre la escena tecnológica en The New York Observer, los describió como “el brindis de los medios de Nueva York”. New York Magazine seleccionó el artículo, coronándolos como los “gemelos más gemelos de todos los tiempos”. Y Gawker.com se entrometió, llamándolos “los diseñadores veinteañeros, gemelos y ultrarrefinados” con los que “todos nos quedamos enganchados”.

DOS POR UNO
Parte de su éxito reside en cómo forjaron meticulosamente su imagen. Muy rara vez se vieron dos gotas de agua así. En público, su semblante dandy es casi idéntico. Comparten una cuenta bancaria y un departamento en Prospect Heights, Brooklyn, donde cada mañana deciden juntos qué ropa usar. Comparten también una dirección de e-mail, y los dos trabajan en Studio Mercury, una compañía de diseño en Fort Greene, Brooklyn. No les importa si los periodistas los confunden.
Cuando los hermanos entran en una sala, los clientes “generalmente quedan perplejos al principio”, comenta Kirk. Pero Nate agrega: “También sirve para romper el hielo. Muchas veces eso establece un tono más distendido y no tan acartonado”.
Y parece funcionar con clientes como Vanity Fair, Newsweek y The New Yorker. Los hermanos también colaboraron con una edición especial de Martha Stewart Living para iPad, al mostrar una secuencia de imágenes de una peonía desplegándose. Fue reconocida como “la aplicación para tablets del año” por la Asociación de Publicaciones de Diseño.

OTROS GEMELOS FANTÁSTICOS
Como los Mueller admiten fácilmente, su algarabía remite a Gilbert y George, artistas británicos que se hicieron falsos gemelos, en parte por vestirse iguales en todos los lugares donde se los veía. Gilbert y George se describen a sí mismos como “esculturas vivientes”; los Mueller lo han llevado un paso irónico más allá, refiriéndose a sí mismos como “objetos decorativos vivientes”.
“Nuestros padres y maestros siempre intentaron separarnos para que tuviéramos identidades diferentes”, dice Kirk. Fusionar sus identidades públicamente fue en parte un acto de “rebelión”.
Los gemelos encarnaron mitos humanos al menos desde que Rómulo y Remo fundaron Roma. En su libro de 1997 Gemelos: lo que ellos nos cuentan sobre quiénes somos, Lawrence Wright advierte que los gemelos son “una presencia inquietante, porque menoscaban nuestro sentido de individualidad única”. Mientras algunas culturas los consideraron divinidades, otras respondieron de formas más severas o incluso brutales. “A menudo esa respuesta fue matar a los niños y marginar o matar a la madre también”, relata.
Y también está el fetichismo: Kristina y Karissa Shannon, las gemelas ex novias de Hugh Hefner, fueron brevemente célebres, así como lo fueron sus compañeras caricaturescas y curvilíneas, las gemelas Barbi.

UNO MÁS UNO, TRES
Los hermanos Mueller, de 27 años, gays los dos, dicen que tienen gustos similares en cuanto a hombres “de más de 30”. Nate cree que “la gente está más dispuesta a acercarse y decir exactamente lo que sienten”, y agrega que a veces deben sortear preguntas sexuales inapropiadas de extraños.
Ellos no tienen problema en volverse objetos, lo que además puede ser de gran provecho en el mundo del diseño, donde distinguirse con la propia imagen es crucial, indica Nancy F. Koehn, historiadora en la Facultad de Economía de Harvard. “En este caso es: uno más uno equivale a tres”, dice, y agrega que el talento de los hermanos, su juventud y su vestimenta impecable conforman un packaging “picante”.
Los Mueller no son los primeros en capitalizar el hecho de ser gemelos. Los artistas Mike y Doug Starn son tan reconocidos como algunos de sus trabajos, por ejemplo la red de bambú que construyeron sobre el techo del Museo Metropolitano en 2010. Teman y Teran Evans dirigen Dioscuri, una compañía de diseño de alhajas y de interiores. Dean y Dan Caten son más conocidos como los diseñadores de moda llamados DSquared2 (D al cuadrado).

PARES REBELDES
Incluso los no gemelos quieren serlo. Los DJ AndrewAndrew no tienen ningún lazo sanguíneo, pero posaron como gemelos vestidos idénticamente durante 10 años, insistiendo a los periodistas en que no revelaran sus apellidos, lugares de origen o edades.
Aunque no todos los gemelos están dispuestos a fusionar sus identidades tan perfectamente por amor a una marca. Vera Correll, mitad de la marca CorrellCorrell (su hermana idéntica, Daphne, es la otra mitad), dice que ella no quiso incluir su individualidad. El nombre repetido en la marca, agrega, apunta a enfatizar su unicidad. Y las hermanas dividen sus tareas claramente, viven separadas y tienen diferentes cortes de pelo.
También Mary-Kate y Ashley Olsen, las chicas actrices que interpretaron el mismo personaje en la comedia televisiva Full House, en los años 90, progresaron bastante en enfatizar su individualidad. Su canción de 1993, Identical Twins (Gemelas idénticas) incluye en su letra la frase No soy una máquina Xerox, no soy un clon.
La canción puede volver a tener vigencia. Un estudio reciente del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud descubrió que los nacimientos de gemelos alcanzaron el mayor tope de todos los tiempos en Estados Unidos, con un caso gemelo por cada 30 bebes nacidos en 2009, lo que aumentó un 76 por ciento desde 1980. Los autores del estudio lo atribuyeron al incremento en la edad de las madres y los tratamientos de fertilidad.
Esa fue una buena noticia para los hermanos Mueller, que leyeron el informe con regocijo. “Queremos dominar el mundo, todos nosotros”, se ríe Nate. “No más bebes únicos.”
LA NACION