Cáncer de mama: el 54% de las mujeres aún consulta tardíamente

Cáncer de mama: el 54% de las mujeres aún consulta tardíamente

Por Fabiola Czubaj
Más de la mitad de las lesiones mamarias sospechosas todavía se detectan en casa y no en los controles médicos periódicos recomendados para las mujeres de mediana edad en adelante. Así lo revelan los resultados preliminares de la primera gran base de datos del cáncer de mama hecha totalmente en la Argentina.
Esto significa que el principal motivo de consulta por esta enfermedad en el país todavía sigue siendo la autodetección de “un bultito” en un pecho.
“El [éxito del] autoexamen es el fracaso del diagnóstico precoz”, dice Roberto Castaño, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología (Samas) y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Alemán.
La entidad elaboró el primer Registro de Cáncer de Mama para conocer más de 236 características o variables de cada una de las pacientes atendidas en los hospitales, sanatorios y consultorios de todo el país.
Los resultados confirman lo que se suponía: el 54,3% de las mujeres con un tumor mamario concurre al médico porque se palpó algo sospechoso. Es decir, llegan a la consulta con un nódulo avanzado, de entre 1,5 y 3 centímetros. Esto demuestra que prevalecen enormes desigualdades territoriales en el acceso al control mamográfico.
“Esto nos muestra una realidad de infraestructura y acceso en el país. La mayoría de las pacientes que se atienden en centros privados llegan con lesiones pequeñas y no palpables, mientras que las pacientes de los hospitales públicos consultan con tumores de más de 2 cm de diámetro”, agregó Castaño sobre la información presentada en el último Congreso Europeo de Oncología en Amsterdam, Holanda.
Allí, estos primeros resultados de una base de datos de más de 8000 mujeres de 40 centros del país despertaron el interés de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud porque pertenecen a una población femenina que no es la de Europa ni la de los Estados Unidos.
“Llevamos un primer corte fotográfico de más de 4000 pacientes y pensamos que tendría poca repercusión, pero no fue así”, contó el doctor Roberto Elizalde, coordinador del RCM y vicepresidente de la Samas.
Para la institución, que un trabajo “de tantas horas” haya captado tanta atención es muy importante.
Es que, de algún modo, los resultados obtenidos hasta ahora ya confirman que las mujeres latinas que enferman, y sobre las que aún no existía demasiada información epidemiológica. comparten varias características con las mujeres de los otros dos continentes desde donde se extrapolaban los datos a nuestro país. “Es algo así como validar la información que ya existía”, explicó Elizalde.

A MENOR TAMAÑO…
Una mujer se puede palpar un tumor cuando ya mide 2 cm o más. En cambio, la mamografía llega a detectar lesiones milimétricas, sin capacidad de producir metástasis (carcinomas no invasores) y con más del 98% de posibilidades de curación. En un examen físico de las mamas, un especialista entrenado puede detectar tumores de 1 centímetro.
“La mamografía se adelanta entre ocho meses y un año a la detección clínica. En general, esto es mucho tiempo para poder aumentar las chances de curación y sobrevida”, indicó Castaño. Por eso, desde la Samas insistieron en que “es imperioso reforzar las acciones de concientización social sobre los controles mamarios periódicos antes de que sean palpables y, así, aumentar las posibilidades de curación. La detección temprana es la mejor arma contra el cáncer de mama”.
El análisis de las características de cada paciente (desde la edad y el motivo de consulta inicial y tipo de cáncer detectado hasta el tratamiento indicado, el seguimiento y la sobrevida) confirmó que la enfermedad es, como ya se sabía, típicamente femenina porque afecta a un 0,4% de los varones y que la edad promedio de aparición son los 57 años (el rango es de entre 44 y 70 años).
Un 20% no había tenido hijos, y un porcentaje similar (19,3%) tenía antecedentes familiares de la enfermedad.
Casi el 10% de las lesiones detectadas por controles mamográficos eran carcinomas no invasores (estadio previo al cáncer) con muy buenas chances de curación. De hecho, en el 80% de esas pacientes se utilizaron una cirugía conservadora (de la mama afectada) y radioterapia. El 20% restante necesitó una mastectomía (extirpación mamaria) como tratamiento.
Y en cuanto al tamaño tumoral, el 57,6% medía 2 cm o menos y el 30% tenía entre 2 y 5 cm de diámetro. Un 4,7% de las mujeres llegó a la consulta con un tumor de más de cinco centímetros. En el 7% de las pacientes, la enfermedad les alcanzó de alguna manera el tórax o la piel.
El Instituto Nacional del Cáncer recomienda que las mujeres sin antecedentes familiares de la enfermedad se realicen una mamografía cada dos años, entre los 50 y los 70 años. Desde la Samas, en cambio, recomiendan hacerse una mamografía anual a partir de los 40 años o según lo indique el médico. En general, en las mujeres jóvenes, la mamografía se suele combinar con la ecografía porque, como explican desde la entidad, el tejido mamario es más denso antes de los 50 años.
Ambas instituciones coinciden en que hay que anticipar esa edad de inicio de los controles periódicos a los 35 años si se tienen antecedentes familiares.
“Mientras sigamos abriendo la puerta de los hospitales para que vengan los pacientes, seguirán llegando enfermos. Hoy, hay que salir a buscar a la sociedad -insistió Elizalde-. La única vacuna contra la enfermedad es la educación.
LA NACION