Amelia Earhart: EE.UU. vuelve tras los rastros de una de sus mayores leyendas

Amelia Earhart: EE.UU. vuelve tras los rastros de una de sus mayores leyendas

Por Rafael Mathus Ruiz
Desde hace décadas, un grupo de investigadores y científicos intenta sin éxito responder a una pregunta simple que desvela a Estados Unidos: qué ocurrió con la aviadora y escritora Amelia Earhart, primera mujer en cruzar el océano Atlántico sola en avión, ícono feminista y leyenda del país, desaparecida hace casi 75 años en las aguas del Pacífico, mientras intentaba dar la vuelta al mundo en su aeronave.
Este verano boreal, ese grupo volverá a la carga con tal vez más fuerza que nunca y estirará una búsqueda por aire y mar que ya se ha convertido en la más cara de la historia de Estados Unidos.
“Es nuestro décimo viaje en 24 años. La investigación ha sido lenta, pero en ese tiempo hemos construido el caso de a poco. Pieza por pieza, el rompecabezas se ha unido”, relata a LA NACION Richard Gillespie, líder del esfuerzo por despejar las dudas que aún rodean a la muerte de Earhart, algo que cree estar cerca de lograr.
Todo comenzó en medio de los avatares de la Gran Depresión, cuando Amelia Earhart se propuso una intrépida cruzada para la época, inédita, además, para una mujer: circunvalar la Tierra en su avión Lockheed Electra.
El 2 de julio de 1937, mientras volaba de Nueva Guinea a la isla Howland, Earhart y su copiloto, Fred Noonan, desaparecieron sin dejar rastros. Así nació uno de los misterios más duraderos de la historia contemporánea. Hasta hoy, nadie sabe a ciencia cierta cómo murieron ambos.
La Marina y la Guardia Costera fueron, tras la desaparición, los primeros en emprender la búsqueda. Cuando sus esfuerzos fracasaron, el marido de Earhart, George Putnam, tomó la posta. Nada encontró.
El 5 de enero de 1939, Earhart fue declarada muerta y el gobierno de Estados Unidos concluyó que el avión se había estrellado, al quedarse sin combustible mientras los pilotos intentaban localizar la isla Howland.
Sin embargo, Gillespie cree que Earhart pudo haber logrado aterrizar en un arrecife de la isla Gardner, ahora llamada Nikamuroro, donde ella y Noonan habrían sobrevivido un tiempo. La pieza clave del rompecabezas es una foto de la costa de la isla, donde, según su análisis, se ve una parte del tren de aterrizaje del Lockheed Electra.
“Está justo donde pensábamos y es una confirmación de algo que sospechábamos desde hacía tiempo”, afirma Gillespie y remata: “Conozco el avión como la palma de mi mano. Lo he estudiado por años”.
Además de la fotografía, el grupo de Gillespie, llamado Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos, encontró artefactos en otras expediciones a la isla -entre ellos, el taco de una bota y un cierre que podría ser de un traje de piloto- que alimentaron la idea de que Earhart y Noonan podrían haber vivido allí durante días o semanas.
Aunque Gillespie reconoce que se trata de evidencia circunstancial, cuando pone todas las piezas juntas se muestra convencido de que está en camino a encontrar el avión, o al menos restos que permitan reconstruir las últimas horas o días de la leyenda estadounidense.
Gillespie ríe cuando se le pregunta si vale la pena invertir tanto dinero-la expedición que planean para julio próximo costará dos millones de dólares- para responder a una pregunta y resolver un misterio.
“Amamos la investigación”, responde. “El misterio nos da un vehículo para mostrar cómo evaluamos un mito contra un hecho. Lo que nos fascina, encontrar las respuestas. Es divertido armar el rompecabezas”.
Ese espíritu recibió nada menos que la bendición de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien recibió a Gillespie y a su equipo en el Departamento de Estado para ofrecer su apoyo. “Incluso si no encuentran lo que buscan, hay un gran honor y posibilidades en la búsqueda. Así que, como nuestra heroína perdida, ustedes llevarán nuestras esperanzas. Estamos muy entusiasmados y esperamos escuchar sobre su gran aventura”, dijo la funcionaria.
Más allá de los placeres inherentes a cualquier rompecabezas, hay quienes creen que resolver de una buena vez por todas el misterio que rodea a la muerte de Earhart, que ha dado lugar a cualquier tipo de teorías, permitirá hablar más de su vida.
LA NACION