11 Oct Qué hay que considerar antes de elegir una ART
Por Yanina Mazzia
“La selección de esta póliza depende mucho del tamaño, localización y actividad de la compañía. Además, se debe analizar una amplia variedad de elementos como valor, solvencia, afinidad, agilidad de atención y muchas más”, resalta Adrián Sasse presidente de la Unión de Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (UART).
En gran medida, estas coberturas son un tema de responsabilidad social empresaria. “Todo depende de cómo se enfoca la organización de la firma. En nuestro caso, contábamos antes de la implementación del régimen con una política propia de seguridad e higiene”, puntualiza Ricardo López, gerente Director de RR.HH. de la constructora Criba. Esa postura se observa en las compañías internacionales radicadas en el país que, más allá de la reglamentación vigente, toman mayores recaudos y no más pólizas.
“El seguro establecido por la ley 24.557 es muy amplio. No brinda mucho espacio para mejoras. Por ahí da lugar a asesoramiento en materia de prevención y cumplimiento de la normativa, o especial know how en determinados procesos”, comenta Sasse, quien es también gerente de Negocios de Consolidar ART.
En rigor a la verdad, esta póliza es un commodity. Esto se observa tanto en las prestaciones como en las indemnizaciones. “Sin embargo, por una cuestión de frecuencia de siniestralidad se puede proporcionar más servicios”, señala Pedro Poccard, director Técnico de Liberty ART.
Cultura
El país experimentó un gran cambio en materia de seguridad laboral. “Hasta hace poco, no existía cultura de prevención sino de resarcimiento que aún sigue latente”, sostiene Poccard. Por ello, a muchos empresarios les cuesta aún comprender que cuidar a sus trabajadores es mucho más que pagarles un buen sueldo. “La compañía debe ser consciente que debe cuidar a su gente. Esta visión va más allá de que exista o no la ART. Además, el seguro no los cubre de todos los juicios en materia de accidente”, acentúa Rubén Barasch, director de la licenciatura en Recursos Humanos de la UADE.
Para los expertos, el cambio en las organizaciones pasa por transformar su idiosincrasia. Este principio se debe aplicar, sobre todo, en seguridad en el trabajo.
Entre esas cuestiones se destacan los siniestros. Situación que se traduce en desventajas respecto a firmas del mismo sector. “Contamos con todos los elementos para minimizar cualquier incidente. Por ejemplo, nuestras máquinas poseen cubre correas, hay redundancia de disyuntores, entre otras medidas”, destaca Gabriel Duranti, director de Dusen, pyme dedicada a la producción, comercialización y molienda de especias y condimentos.
La siniestralidad muestra los avances o retrocesos de una empresa en cuanto a prevención. El índice de incidencia expresa la cantidad de personas accidentadas en la compañía. En la Argentina, este marcador está en baja desde 1997.
Con la puesta en marcha de régimen actual de riesgo laboral, ese indicador descendió a 27,5% (de 70,9 en el 97 a 51,4 en 2010). Ese panorama pierde brillo al incluir los incidentes in itinere.
Siniestros
Esos siniestros se incrementaron en los últimos tres años. “Los obreros de la construcción vienen del primero, segundo y tercer cordón del Gran Buenos Aires. Situaciones como las de la estación (de la línea Sarmiento) de Flores son inmanejables”, enfatiza López de Criba. Por ese motivo, el índice de incidencia que incluye aquellos en el traslado ronda el 14,5%.
También, la cultura empresaria se refleja en el momento de contratar servicios. “Las áreas de administración y logística las tercerizamos. Entre las cosas que les exijo a esas firmas es el comprobante de la póliza de riesgo de trabajo”, indica Gabriel Duranti.
Cabe destacar que la empresa contratante será responsable ante cualquier accidente del personal de la contratista si esta no posee seguro de riesgo alguno.
Lamentablemente, el precio es aún el elemento decisorio en este tema. Esto se detecta, en especial, entre las pymes. Se le suman también las firmas con baja siniestralidad y del sector servicios.
“Si una empresa se dedica sólo a gestionar su negocio de acuerdo a una estrategia continua de disminución de costos puede entrar en un juego peligroso. La reducción de la alícuota de esta cobertura puede reflejarse en pérdidas ocultas como caída de producción, falta de personal especializado, deterioro de imagen”, marca el ejecutivo de Liberty.
Muchas firmas basan su elección en la capacidad. “Al momento de seleccionar nuestro seguro buscamos solvencia. De esa manera nos garantizamos una atención adecuada del empleado siniestrado y obtener la correcta protección legal para la compañía”, precisan desde el departamento de RR.HH. de Claro.
Prestaciones
Es común esa actitud en la actividad de servicios. “Nuestro sector ofrece bajo riesgo en relación a una fábrica. Por eso, elegimos nuestra póliza en base al prestigio, trayectoria y reconocimiento de la aseguradora”, explica Blas Briceño, presidente de Finnegans, firma de desarrollo de software.
Hoy es aún poco común que se opte por una ART por la agilidad del servicio. “Me preocupa mucho este punto. El poder realizar con rapidez trámites por Internet me permite ahorrar tiempo. Por ejemplo, como consultora de recursos humanos, necesito obtener a la brevedad los certificados de cobertura”, manifiesta Barasch.
Otro de los elementos que muchos dejan de lado es la red de prestadores médicos. En las encuestas, el tema aparece en primer lugar en cuanto a valoración. Pero la realidad es otra. “En el caso de compañías con muchas sucursales, le prestan mucha atención a este asunto”, afirma Adrián Sasse.
En realidad, muy pocos analizan todo lo relacionado con las prestaciones en especias. Así, se dejan de lado cosas como la rápida reincorporación al trabajo. “Se debe valorar este punto. Más en épocas de alta demanda laboral porque se traduce en un ahorro”, afirmar Sasse.
Sin importar su tamaño, una muestra de responsabilidad empresaria es la entrega de elementos de protección. “No trabajamos con productos químicos. Sin embargo, moler – por ejemplo- el ají afecta las vías respiratorias y los ojos. Por eso, entregamos gafas, barbijos ytapones para los oídos a la gente. Pero cuesta que los usen”, destaca el director de Dursen.
En cierto modo, esa postura se relaciona con el nivel de educación del empleado. La firma debe enseñarle a cuidarse y vigilar que lo aprendido lo lleva a la práctica.
“Muchos de estos puntos son considerados una obligación y un costo. Pero a la larga es una inversión. De que te sirve grandes equipos tecnológicos sino se cuenta con mano de obra capacitada para moverlos”, finaliza Ricardo López de CRIBA.
EL CRONISTA