Abajo del ring

Abajo del ring

Por María Soledad Quintana
Lejos del estigma que recorrió la historia de este deporte, hoy se puede decir que el boxeo está de moda. Variantes de la práctica original, como el Body Combat, el Aerobox y el Gimbox ya son un infaltable en cualquier gimnasio de la Ciudad. Sin embargo, y a partir de estas tendencias de mezclar técnicas de las artes marciales con música y pasos aeróbicos, cada vez más interesados recurren al entrenamiento casi profesional para conocer qué hay detrás de esta actividad. El box no sólo se trata de tirar golpes, sino también de adquirir un gran estado físico que ayude a soportar el estrés cotidiano.
“Es un deporte que puede practicar cualquier persona de cualquier edad y sexo pero tiene una instrucción física muy fuerte que muchos desconocen. Con el boxeo se baja de peso muy rápido porque es realmente agotador”, explica José Gabriel Benítez, mejor conocido como “El Tigre Sosa”, un experto en la materia. Ex boxeador y aspirante al título mundial en 1985, “El Tigre Sosa” se dedica hace más de 25 años a la enseñanza del boxeo “recreativo” como entrenamiento y modo de vida. A sus alumnos primerizos- deseosos por aprender los golpes y técnicas de pelea- suele advertirles: “Primero se arranca por el gimnasio y luego por el deporte. El boxeo necesita un entrenamiento a larga data porque es fundamental manejar bien el oxígeno, tener un cierto caudal de aire para después poder pensar las estrategias antes de cada maniobra. Los cuatro golpes clásicos -jab, o directo; cross, o cruzado; crochet; y uppercut, o gancho- se practican frente a un espejo para adquirir las nociones técnicas”.

A TODA MARCHA
Se entrena tres veces por semana durante dos horas y en la primera parte de la clase se trabaja la resistencia aeróbica cardiovascular y la musculatura en general con pesas de un kilo. Luego es hora de correr: un trote liviano de entre 25 minutos y una hora y ejercicios de potencia y fuerza de brazos para adquirir el estado físico necesario antes de pasar a la parte técnica.
Los beneficios de esta actividad son la clave para que cada día más personas se acerquen al boxeo. El Centro de entrenamiento Tigre Sosa, ubicado por Belgrano, recibe hombres y mujeres de distintas edades que llegan por diversos motivos: porque quieren bajar de peso, porque se aburren con la actividad física normal y les atrae el boxeo o simplemente para tonificar los músculos de una forma más aeróbica. “Tengo gente que prefiere entrenar solamente, otros que se animan a pegarle a la bolsa y unos pocos que guantean con otro alumno, con casco y guantes pues¬tos”, cuenta Benítez, quien además es preparador físico y couch personal.

MUÑECAS BRAVAS
¿Quién dijo que el boxing es un deporte de hombres? Las mujeres ganaron terreno desde rato en la práctica de una de las actividades más antiguas de la historia. Atraídas por el deseo de mantener la forma física y tonificar brazos, hombros, glúteos y piernas, las ladies del boxeo se permiten entrenar a la par de los más experimentados, aunque la mayoría prefiere evitar los guantes y el combate cuerpo a cuerpo. Es conocido el caso de las chicas que en el ’94 hicieron del gimnasio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, un espacio propio para golpear la bolsa y descargar las tensiones diarias. A partir de ese momento, muchas otras mujeres se hicieron eco para comenzar con prácticas de boxeo no competitivas en muchos gimnasios y centros de entrenamiento de la ciudad.

DESMITIFICACIÓN DEL DEPORTE
“El boxeo es el arte de pegar y no dejarse pegar. Es un deporte, a su vez, porque tiene una federación y un reglamento, que previene ciertos riesgos y asume algunos cuidados. El que no adquiere la técnica, puede pegar mal y sufrir heridas físicas. Como toda actividad es algo que se aprende día a día y, sobre todo, es pura pasión.
Tengo un alumno, por ejemplo, que ahora tiene 12 años. Toca el violín, pinta al óleo y también sabe de música. Le pregunté una vez por qué boxea y lo primero que me dice es que eligió el boxeo porque es un deporte muy estratega. Nada más cierto”, resume “El Tigre Sosa”, quien practica box desde los siete años y con sólo 15 peleó por primera vez en el Luna Park. Con 150 combates en su haber, el ex boxeador advierte acerca de los que todavía piensan que el deporte es violento y sin sentido: “El boxeo es muy lindo, pero hay que buscar siempre lugares idóneos a la materia, porque desgraciadamente hay muchas personas que han hecho boxeo y que enseñan desde el sentido común, sin los matices ni la preparación que se precisa para la instrucción”.
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