Salud masculina: la próstata, un clásico del que no se habla

Salud masculina: la próstata, un clásico del que no se habla

Por Nora Bär
El doctor Carlos García, jefe de Urología del hospital Posadas, donde trabaja desde hace 30 años, confiesa que le gustaría que su especialidad recibiera la misma atención que la psicología, la nutrición o la cirugía estética.
“La televisión está poblada de esos especialistas, pero nunca se ven urólogos. A veces me subleva que los hombres vayan al médico cuando ya tienen el problema encima”, se lamenta.
El “problema”, como lo denomina García, es la hiperplasia prostática, el agrandamiento de la glándula o el cáncer de próstata, que, sumados, originan entre el 60 y el 70% de las visitas al urólogo.
Según datos internacionales y locales, los tumores de próstata son la segunda causa de mortalidad por cáncer en los hombres después del de pulmón, y se presentan en un 30% de los mayores de 50 y en hasta el 90% de los que llegan a los 90 años.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con las mujeres, que en buena medida incorporaron el hábito de los controles ginecológicos (Papanicolaou, mamografía), no son muchos los hombres que concurren a hacerse anualmente una evaluación de la salud prostática.
Para estimular un cambio de hábitos, en las próximas semanas dos hospitales, el Posadas y el de Clínicas, de la UBA, ofrecerán controles gratuitos a hombres mayores de 45 y 50 años, respectivamente.
“Entre el 2 y el 7 de septiembre prácticamente no atenderemos a otros pacientes más que a los que demanden la revisación -cuenta García-. Dada la altísima prevalencia que tiene el cáncer de próstata después de la quinta década de vida, tratamos de tomar a los pacientes en etapa temprana para obrar en consecuencia y permitir un buen control de los cuadros.”
Los hombres que concurran al Posadas tendrán que dirigirse a los consultorios 311 y 312, en el tercer piso de la parte antigua del hospital (que hoy está en refacciones).
Allí se les confeccionará una historia clínica, se les extraerá sangre para medir al antígeno prostático específico (PSA, según sus siglas en inglés) y se les hará el examen dígito rectal. Aproximadamente un mes más tarde recibirán los resultados y a aquellos que arrojen resultados sospechosos se les hará una ecografía y una biopsia. Si se detectan casos de cáncer, se les ofrecerá el tratamiento.
El Hospital de Clínicas (Paraguay 2252, Entrepiso) tendrá su Semana de la Próstata entre 16 y el 20 de septiembre, de 8 a 12. Cuarenta médicos y alrededor de 140 enfermeros, técnicos y estudiantes avanzados participarán en un operativo que intentará no sólo evaluar la salud prostática, sino también su relación con el síndrome metabólico (un cóctel que incluye, entre otros, elevados niveles de triglicéridos, resistencia a la insulina, obesidad e hipertensión), que se asociaría con un mayor riesgo de cáncer.
También se detectará la presencia de andropausia o climaterio masculino (caracterizado por cansancio, disminución del deseo sexual e irritabilidad, entre otros síntomas, por disminución de la testosterona).
“Los pacientes que concurran al control van a recibir un trato especial durante los dos años posteriores -afirma el doctor Carlos Nolazco, jefe de los consultorios externos de Urología-. No sólo se les va a hacer la evaluación, sino que además se les indicará qué controles o tratamientos deben seguir en cada caso.”

Tema controvertido
El control en población asintomática (cribado o screening) de la próstata, una glándula endiablada del tamaño de una nuez, ubicada alrededor de la uretra y que en los adultos pesa normalmente alrededor de 11 gramos, es una intervención que en los últimos años fue sometida a una fuerte discusión entre los especialistas, particularmente en los Estados Unidos.
El propio Instituto Nacional del Cáncer indica en su sitio electrónico que “el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata es controvertido. Existe evidencia de que un elevado número de pacientes se diagnostica y recibe tratamiento para enfermedades indolentes (que no causarían problemas durante la vida del sujeto) que ocasionan consecuencias negativas sobre la salud de las personas. (…) Es por este motivo que actualmente existe una discusión -en la literatura médica y las sociedades médicas- sobre el beneficio para los pacientes de la realización del procedimiento diagnóstico”.
Y más adelante agrega que “la tendencia actual a la luz de esta evidencia es la recomendación de no realizar detección temprana a la población general”.
Estudios publicados en revistas internacionales sugieren también que la medición del PSA puede conducir a un sobrediagnóstico de cáncer, porque sus niveles pueden elevarse por otras causas, como la inflamación o el aumento de tamaño de la glándula.
Algunos médicos subrayan que, dado que se vio en autopsias que muchos hombres con cáncer de próstata oculto mueren por otras causas, y que no hay manera de discriminar qué tumores se van a diseminar y cuáles van a permanecer encapsulados (probablemente asintomáticos), el problema no es sólo detectar el cáncer, sino saber qué hacer con los resultados para evitar someter al paciente a riesgos innecesarios.
Entonces, ¿habría que recomendar no saber?
Los urólogos argentinos cuestionan enérgicamente esa posición. “Los médicos norteamericanos se basan fundamentalmente en dos estudios, uno realizado en los Estados Unidos y otro en Europa -explica el doctor Miguel López, jefe de ecografía intervencionista en Urología del Hospital de Clínicas-. El primero tiene varios errores técnicos, y el segundo demuestra que hay un beneficio del screening. Por otro lado, cuando hablamos de campañas de salud prostática, también incluimos la hiperplasia, que es un crecimiento benigno, pero que sin tratamiento ocasiona un deterioro de la calidad de vida y, en casos serios, puede conducir a una insuficiencia renal.”
Los especialistas destacan que una cosa son los estudios poblacionales y otra el caso individual.
“No siempre un PSA normal debe interpretarse como ausencia absoluta de riesgo, ni un PSA elevado indica necesariamente presencia de cáncer -explica López-. También hay que tener en cuenta que se toman distintos valores de referencia según la edad del paciente, y lo que podría ser patológico en un momento de la vida, resulta normal en otro.”
“Antes de que existiera la medición por PSA, los pacientes llegaban con tumores ya diseminados -agrega Nolazco-. Hoy eso es inadmisible, porque existe todo un abanico de tratamientos para controlar tanto la hiperplasia como el cáncer de próstata. Tomado precozmente, tenemos tres caminos para controlar los tumores de próstata: la prostatectomía radical (la extracción de la glándula), la radioterapia tridimensional conformada o la braquiterapia [se irradia la glándula «desde adentro»] y, en último lugar, la hormonoterapia, que es paliativa. Cuando el cáncer de próstata da síntomas, ya estamos «con la soga al cuello». Pero tomado a tiempo, muy pocos hombres se mueren por esa causa.”
A la luz de estos debates, los médicos recomiendan controlar la salud prostática, pero también informarse para poder conversar con el especialista sobre el significado de los resultados que arrojan los estudios, tomar decisiones compartidas y evitar tratamientos fútiles.
La salud, cada vez más, no sólo está en manos del profesional, sino también del propio interesado.

Preguntas y respuestas
Saber interpretar los estudios es fundamental para tomar decisiones informadas
-¿Se puede prevenir el cáncer de próstata?
-Todavía no se identificó un agente causal. Se considera que tienen un riesgo aumentado aquellos con antecedentes de familiares cercanos (padre o hermanos) que lo padecieron o antecedentes de cáncer de mama en la madre o hermanas. Es una enfermedad poco frecuente en hombres menores de 45 años y las probabilidades de padecerlo aumentan con la edad.

-¿Siempre que se sufre hiperplasia prostática se desarrollará un cáncer?
-No, el agrandamiento de la próstata es un proceso benigno, pero que puede causar molestias (micciones nocturnas repetidas, problemas con la función sexual, entre otras) y puede tener complicaciones, como la prostatitis (inflamación de la glándula). Al oprimir la uretra e impedir el normal flujo de orina, puede causar también problemas renales. Ciertos cuadros se benefician con una cirugía.

-¿El descenso de la testosterona con la edad causa cáncer de próstata?
-Hasta ahora no hay evidencias de una relación causal. Algunos estudios sugieren que podría haber una relación entre el síndrome metabólico y la salud prostática.

-¿Es doloroso el examen dígito rectal?
-Una de las razones por las que los hombres son remisos al control prostático es que incluye el llamado “tacto rectal”. Según los urólogos, si se realiza correctamente no debería causar ninguna molestia.

-¿Y si los resultados de los estudios no son concluyentes?
-El médico puede indicar una espera vigilante; es decir, controlar la evolución del cuadro antes de tomar decisiones.
LA NACION