El Conjuro, fenómeno de taquilla hollywoodense

El Conjuro, fenómeno de taquilla hollywoodense

El Conjuro, la película de terror dirigida por James Wan y protagonizada por Vera Farmiga y Patrick Wilson que llegó a los cines a principios de agosto, se convirtió en el último fenómeno de taquilla del cine hollywoodense. Y de manera inesperada. Porque se trata de un film que, a priori, no despertaba demasiadas expectativas en la industria, pero que por alguna razón (seguramente el de ser una película que cumple bien con los requerimientos del género además de generar una fuerte empatía por estar basado en un hecho real) prendió en el interés del público.
Los números hablan por sí solos. Con un costo de producción de 20 millones de dólares, El Conjuro recaudó 3 millones en su primer fin de semana en los Estados Unidos y alcanzó los 7 millones al término de su primera semana. Desde entonces, el film lleva acumulados ingresos por casi 100 millones de dólares. “Todo el mundo siente que The Conjuring es mi película más escalofriante”, dice Wan, su director. “Y concuerdo: apliqué todos mis conocimientos cinematográficos aprendidos durante toda mi carrera a un tema que me fascina como es el terror.”
La historia, basada en un hecho verídico, arranca cuando una familia rural formada por siete miembros se muda a una nueva casa ubicada en Harrisville (Rhode Island) en el año 1971 y empiezan a sospechar de extrañas presencias fantasmales en la granja. Atemorizados por la situación, la familia convoca a dos reconocidos investigadores parapsicológicos de la vida real, Ed y Lorraine Warren, que rápidamente se involucran con los hechos y descubren su vínculo con un oscuro episodio ocurrido años anteriores con la familia Perron, los antiguos propietarios de la granja.
Vera Farmiga, conocida por sus trabajos en Otoño en Nueva York y 15 minutos entre otros films, encarna en El Conjuro a Lorraine Warren, que fue convocada por la propia producción de la película para entablar un diálogo con la actriz y dilucidar más de una duda. “Se necesita muy poco tiempo para que El Conjuro sumerja al espectador en su hechizo: rápidamente, los primeros temblores se convierten en fuertes estremecimientos apenas avanza la película”, consignó una crítica del portal Variety. Y no hay duda de que la fluida relación entre actores, director y fuentes reales contribuyó fuertemente en esa dirección.
–Para muchos se trata de la más terrorífica película de miedo de los últimos años. Por otro lado, participaste en la serie Bates Motel, también insertada dentro del género de terror. ¿Se trata de proyectos que tenías ganas de probar después de toda una carrera enfocada a otro tipo de historias?
Vera Farmiga: –Pienso que se trata de dos proyectos muy diferentes. O sea, en Bates Motel, el monstruo es humano. La locura de su mente y de su neurosis patológica. En El Conjuro, en cambio, lo terrorífico es inhumano. Se trata de dos historias muy diferentes y de muy diferentes clases de horror. Pero sí, ambas pertenecen al género del terror, y es curioso, pero tenía ganas de probar este tipo películas, ver cómo podían resultar para mí. Si lo pensás, nunca había explorado realmente el asunto de la espiritualidad, sólo tal vez en Tierras altas, la serie que dirigí en su momento sobre un colegio de adolescentes conflictuados. Pero El Conjuro es distinto, va a lo profundo de la cuestión. Sobre todo a la participación de la fascinante mujer que tengo aquí al lado…
Lorraine Warren: –Muchas gracias.
–Vera, ¿cómo fue tu primer encuentro con Lorraine?
VF: –Uh. ¡Fue tan excitante! Yo había hecho un montón de research sobre su vida. Hay un montón de información dando vueltas por ahí. Mucha tela para cortar. Y las preguntas más obvias ya han sido contestadas una y otra vez. Por eso, para mí, esta película, y toda la historia de Lorraine con Ed, su esposo, no es tanto una película de terror sino una de amor.
LW: –Eso es verdad.
VF: –Si lo pensás bien, la historia de amor de ellos no es una historia de amor común. Fue digitada desde más arriba. Podés comprobar eso desde el primer encuentro entre ambos. Es tan difícil en estos tiempos encontrar una pareja que se mantenga viva a lo largo de las décadas que ver reflejada en esta película el amor que se tenían, cómo se miraban, cómo se reían de los chistes del otro, cómo se amaban sin ninguna otra intermediación, es un lujo la verdad.
–Lorrie, el hecho de que El Conjuro se tome ciertas licencias a la hora de ficcionalizar este hecho real no invalida su veracidad. ¿Cómo te resultó a vos, que viviste en carne propia toda la historia, su adaptación?
LW: –Tengo muchos recuerdos. Primero: yendo en auto hacia esa casa en Rhode Island y sentir esas vibraciones extrañas apenas ingresamos. ¡Cómo estaban esos niños! ¡Las caras apesadumbradas que tenían! Se aferraban a mis manos, a mi falda. Evidentemente, lo que estaba sucediendo allí era terrible. Y la verdad que tratamos de ayudar a esta familia. Hay que tener en cuenta que cuando un grupo familiar sufre una situación como esta y no tiene una religión a la cual recurrir, resulta muy doloroso. En ese sentido, no me importa la religión a la cual adhieras si al menos existe un Dios. Pero cuando no hay Dios al cual aferrarse, como en este caso, es durísimo.
–¿Qué hecho preciso recordás?
LW: –Recuerdo una tarde en la que mi esposo y yo llegamos a la casa y en un momento, cuando él había ido para el sótano y volvía, me dijo que retrocediera sobre nuestros pasos porque había descubierto una presencia extraña en el ambiente. Era oscura y amorfa. La enfrenté y mientras me persignaba le espeté: “En el nombre de Jesús, ¡vete de aquí!” Y se difuminó. Fue terrible.
–Vera, ¿qué conversaciones mantuviste con Lorraine sobre el tema?
VF: –Para serte honesta, escuché un poquito sobre el asunto; apenas le pregunté. Lo que me interesaba absorber de ella era su esencia, su fisonomía, su manera de ocupar y hacerse dueña de los espacios. Era obvio que Lorraine ya había dado infinidad de respuestas en innumerables reportajes. No había necesidad de indagar más; sí conectarme con ella. Entenderla. Por otro lado, está este libro místico llamado El Demonólogo que fue mi fuente principal. Sin duda se trata del libro más completo sobre exorcismo y fenómenos de polstergeist que puedas encontrar. Resultó un gran tesoro para mí.
–Después de corrió tanta agua bajo el puente, y luego de haber tomado de conocimiento de casos como el que retrata El Conjuro, ¿se consideran creyentes?
VF: –Sería una respuesta muy larga contestarte con propiedad. Sí te puedo decir que tengo una relación muy profunda con Dios. No necesito experimentar fenómenos diabólicos o místicos para considerarme una creyente, aunque sí tengo muchos amigos y familiares que han vivenciado ese tipo de situaciones y me las han compartido. Y son fuertes. Pero no necesito ver para creer.
LW: –A mí me pasa parecido. No necesito andar buscándole el aura de la gente. Su espiritualidad. No me interesa ser una psíquica o una parapsicóloga 24 horas.
TIEMPO ARGENTINO