16 Aug La caída de las ventas apaga la magia de Apple
Por Richard Waters
La última vez que Apple sufrió una caída de ventas fue hace más de diez años. En ese entonces, el iPod todavía parecía un agregado costoso e innecesario de un mercado de reproductores MP3 nada prometedor. Steve Jobs aún no había dado a conocer iTunes ni el trato con la industria de la música que iba a propulsar sus sueños de dispositivos.
Así es que, ¿cuán importante es que los sucesores de Jobs estuviesen a punto de repetir una caída de ventas? En el último trimestre, Apple a duras penas logró un crecimiento de ingresos inferior al 1%, un desempeño que pone oficialmente fin a los años de crecimiento vertiginoso.
Para tener una idea del pozo en el que está en riesgo de caer la compañía de tecnología de consumo más creativa del mundo, basta con observar el tráfico de personas en sus tiendas. En el último trimestre, 1.000 personas menos concurrieron a la tienda minorista promedio de Apple por semana en comparación con el año anterior. Y quienes lo hicieron, gastaron menos.
Este tipo de cosas hace que hasta los inversores de Microsoft se sientan más relajados. Es posible que el software de Windows no cautive tanto como una MacBook finamente cincelada, pero Microsoft comienza cada trimestre con la mayor parte de sus ingresos ya en el banco: muchos clientes corporativos compran bajo prórrogas de contratos, con lo cual Microsoft logra parte de la predictibilidad y el poder perdurable de IBM.
Como un mago que trabaja en fiestas de cumpleaños infantiles, Apple debe salir al ruedo y ganar prácticamente todas sus ventas de a un trimestre por vez.
El último informe de resultados de Apple contenía dos mensajes esenciales. Uno era que casi logró la perfección sorpresivamente rápido con el iPhone y el iPad. Eso es un gran homenaje a sus ingenieros y diseñadores, pero también un problema para la compañía ahora que comienza a depender del mercado de las actualizaciones.
El iPhone 4 y el iPad 2 se transformaron en las estrellas de la línea de productos de Apple. El mundo adora el viejo iPhone, en gran medida por su costo más bajo
pero no solo el mundo en desarrollo, donde Apple está empezando a crecer considerablemente desde una base pequeña, sino también mercados como el del Reino Unido y Estados Unidos.
El iPad 2, entretanto, está comenzando a parecer el dispositivo que realmente allanará el camino de la educación a las tabletas. Sin algo nuevo que corte la respiración a los clientes, y con el advenimiento de un grupo más amplio de compradores más conscientes en términos de precios, existe el riesgo de que los precios -y los márgenes de ganancias- solo vayan en una dirección. Hace dos años, el iPhone y el iPad promedio costaban u$s 654. Hoy en día, dicho iPhone cuesta u$s 581, mientras que el costo del iPad cayó aún más rápido, a u$s 436.
Un iPhone más barato con carcasa de plástico -del tipo que se espera más hacia fin de año- podría ayudar a gestionar esta transición. Podrá culparse a la compañía por no haber segmentado el mercado de los smartphones más rápido y por dejar que los dispositivos más viejos llenasen los huecos de su estrategia de precio elevado.
Pero es importante no perder la perspectiva. En comparación con Samsung, que ha enfrentado cuestionamientos mucho más profundos en relación con sus smartphones, Apple logró mantener un marcado margen de ganancias.
El precio puede bajar, pero los iPhones aún conservan un plus significativo. Y no se puede discutir el éxito de un producto que logra la velocidad de ventas que alcanzó el iPhone el último trimestre, que fue un momento lento en el ciclo del producto.
Desde ya, los precios pueden caer aún más si las empresas de telefonía móvil -los clientes reales del dispositivo en muchos mercados- empiezan a ejercer más presión. Muchos han deseado evitar los subsidios elevados que abonan por los dispositivos. Pero por el momento, Apple dirige la batuta.
El otro mensaje incluido en el último informe de resultados es que la suerte de Apple sigue fuertemente atada al iPhone. La cantidad de iPads vendidos en el primer semestre de este año fue 18% mayor que el año pasado
un aumento sin duda sorprendente, pero no fue el éxito sustancial que muchos esperaban en este tramo de la curva de adopción del dispositivo. El iPad mini de siete pulgadas, si bien resultó un verdadero éxito, parece haber captado las ventas de su hermano mayor más que haber dado un nuevo golpe de crecimiento al mercado general de las tabletas.
Nada de esto tiene la intención de menospreciar el éxito del iPad. Pero sí recordar que será más que difícil repetir la hazaña del iPhone. Mientras crece la impaciencia por ver el desfile de nuevos dispositivos que el director ejecutivo Tim Cook prometió para fines de este año y 2014, los inversores tienen mucha tela para cortar.
EL CRONISTA