Dos días en el mítico infierno verde

Dos días en el mítico infierno verde

Los apasionados del automóvil conocen muy bien el circuito alemán. A pesar de su nombre, Nürburgring Nordschleife, muchos lo conocen como Grüne Hölle, “Infierno Verde”, apelativo inventado por el piloto de Fórmula 1 Jackie Stewart para el considerado como el circuito más difícil y agotador del mundo. Seguramente, el color lo debe haber asociado porque está rodeado de bosques. Lo de “infierno” es una clara alusión a su nivel de exigencia. Una vuelta son casi 21 kilómetros, y es recordado eternamente porque allí Niki Lauda salvó su vida de milagro luego de un tremendo accidente. Por todo esto, la ocasión de tener el mítico Porsche 911 no podía ser mejor. Era la forma de unir dos leyendas: el circuito y el auto. Existen varias formas para dar vueltas en el circuito. Se puede alquilar por vuelta, podés ir con tu auto propio o pagar por el deportivo que aguante tu presupuesto. Tiempo Argentino estuvo con Porsche participando de un curso de manejo avanzado. Muchas vueltas para ganar experiencia. Antes de comenzar el recorrido, hay datos que quedan inmediatamente grabados en la cabeza. Uno de los instructores cuenta que se necesitan más de 200 vueltas para ser capaz de memorizar la pista y conducir fuerte sin perder seguridad. Y dice que son necesarias alrededor de 1.000 vueltas para que un amateur sea capaz de lograr tiempos inferiores a los 8 minutos por giro. Luego de la charla técnica, este cronista se acerca con su 911 a la recta principal del circuito. Hay alrededor de 65 autos que estarán circulando durante dos días para vivir una experiencia inigualable. La gran mayoría están con sus Porsche, son propietarios de sus coches, pero también van a formar parte de este viaje varios Mercedes-Benz AMG, Ferrari, Nissan GT-R, Jaguar, TVR, KTM, BMW, Audi y ¡dos McLaren! Comienza el show. Alineados en la pista por grupos, llega el momento de poner en marcha al 911 Carrera S y comenzar a girar. Las primeras vueltas se dan con el instructor adelante y con un handy va diciendo cómo se toman las curvas (¡son 73!) y cuál es el cambio que se debe colocar para lograr mayor rapidez. Primero, se realizan tres vueltas seguidas a un buen ritmo y luego se hace un descanso. Así continúa la jornada sucesivamente con el instructor, que, poco a poco, al ver que tiene a todo su grupito ordenado y prolijo, comienza a circular cada vez más fuerte. Del nuevo Porsche 911 existen versiones con tracción trasera (Carrera con 349 CV, Carrera S de 400 y el GT3 que suma 475 CV), y con tracción total existen el Carrera 4 (349 CV), Carrera 4S (400 CV), Turbo (520 CV) y Turbo S (560 CV). Nosotros probamos el Carrera S de 400 CV. En las primeras vueltas vamos tomando confianza y conocimiento del circuito, y ha medida que ganamos ritmo las virtudes del modelo comienzan a evidenciarse. Siempre es un placer conducir el 911 y muchísimo más lo es en el circuito más difícil del mundo. No olvidemos que es un auto capaz de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 4,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 302 kilómetros por hora. Lo mejor de las nuevas generaciones del 911 es que cada vez son más fáciles de conducir y logran un agarre al piso más eficiente. En seguridad, tiene los principales elementos que uno puede exigir, pero el sistema de visión nocturna con reconocimiento de peatones, el que lee las señales de tránsito, los alertas por los cambios involuntarios de carril y el control del ángulo muerto deberían ser de serie en un auto de su precio. ¿Manual o automática con doble embrague? El 911 puede pedirse con una caja manual de 7 velocidades (es la primera del mundo con esta cantidad de marchas) y la automática PDK de doble embrague, también con 7 marchas. Con nuestro 911 en el modo Sport plus, todo el auto se predispone para dar lo mejor de sí. Hay que estar en un circuito para apreciar la ventaja de tener las levas cercanas al volante para subir o bajar los cambios. El mejor tramo para dar testimonio de esto es la llamada “Subida al Infierno”. Es una parte del circuito donde se va subiendo y una vez en la parte más alta hay que rebajar los cambios rápidamente, con una curva a la derecha y otra inmediata a la izquierda. Aquí es donde se produce la mayor cantidad de accidentes y en donde en la década del ‘60 los pilotos se accidentaban con mayor frecuencia. Es en estos caminos, con cambios repentinos de trayectoria, en donde tener las levas cercanas al volante, en vez de la caja manual, es una gran bendición… logrando una conducción más segura y más rápida. Todos saben que los Porsche son de los autos que mejor frenan en la industria automotriz. Logran las distancias de frenado más cortas y no se fatigan ante fuertes exigencia y en un uso intensivo. Aquí, en el circuito alemán, se puede dar fe de ello. El comportamiento dinámico del 911 es espectacular, permite circular a un ritmo fuera de lo normal pero lo hace con total seguridad y aplomo, no se siente la velocidad y sin embargo realmente vuela sobre el asfalto. Lo que más se disfruta de este coche es la velocidad que logra en las curvas, con un agarre increíblemente neutral, sin patinamientos ni balanceos de ninguna clase. Va muy bien apoyado al piso, transmite todo lo que siente del suelo y cuando se acelerás fuertemente sale a un ritmo “endiablado” para la dirección que se elija. Pasan las vueltas y el ritmo se pone cada vez más intenso, ya tomamos algunos tramos a velocidades entre 180 y 200 kilómetros por hora, pero aún hay más… Durante varios gitos en la parte final de la recta principal la obligación es detenerse para irse acostumbrando de a poco y no salir de entrada como caballo desbocado a más de 200 kilómetros por hora… Mientras estamos detrás del instructor todo es muy lindo porque se puede ir siguiendo los radios de giro ideales para cada curva, que él conoce de memoria, y si bien hay que mantener la concentración el asunto cambia rotundamente cuando te dejan solo. Luego de varias vueltas muy fuertes, el instructor toma confianza y nos da la ansiada libertad. Ya no hay nadie que nos marque el camino, la recta principal ha sido liberada y tenemos que recordar muy bien las referencias que nos ha dejado, especialmente en aquellas curvas donde tenemos que reducir fuertemente las vueltas del motor, tomarlas a 80 kilómetros por hora luego de venir de una recta ¡a más de 180! La jornada inolvidable va llegando a su fin. Como la pista está liberada, comienzan a aparecer demasiados autos al mismo tiempo en el circuito. En dos días ya había habido seis accidentes y el séptimo no tardaría en llegar… un auto se fue del camino y dejó una mancha de aceite en la pista. Enseguida llega otro automóvil a ese sector, pisa la mancha de aceite y sale disparado contra el guardarraíl. No es un accidente grave, pero la chapa y pintura de este vehículo va a necesitar un cambio completo de su perfil. Hemos llegado a circular a una velocidad digna de una carrera, disfrutamos como nunca de manejar un automóvil, y el Porsche 911 ha sido nuestro gran aliado en esta proeza. Hemos luchado dos días contra el Infierno Verde. ¡Ya es hora de volver a casa, me espera Adriana, mi esposa!
TIEMPO ARGENTINO