06 Jul Toro, más protagonista que el Llanero
Por Santiago García
Excelente e inolvidable héroe del western, El llanero solitario fue primero programa de radio, luego serial, luego serie de TV y luego tuvo poco memorables versiones cinematográficas. Esta nueva aproximación al personaje tal vez sea la más recordada por su alto costo y la presencia de actores conocidos. Aun así, hay que decir que pocas veces el cine industrial ha hecho una súper producción tan fallida como esta. Todo está mal en El llanero solitario, o casi todo. Sus dos horas y media de duración se vuelven eternas. La falta de química del dúo protagónico es la clave del aburrimiento. Es Toro (Johnny Depp) y no el Llanero (Armie Hammer) el protagonista y eso arruina todo, incluyendo el título de la película. Western en tono de farsa, con un humor pobre y mal llevado, los creadores de Piratas del Caribe intentan revivir aquel éxito pero se equivocaron de género, hacer un western comedia de más de dos horas no ha funcionado nunca. El western puede tener humor, pero no con el tono grotesco que acá vemos. Para conformar a todos, el film elige poner a un villano que, literalmente, es caníbal, y una historia de amor tortuosa que también está matizada con toques de humor irreverentes. La estructura de flashback del relato es innecesaria. La historia nos la cuenta un muy anciano Toro en una feria mientras charla con un niño insufrible. Sin ese “presente” del relato, la película habría durado casi media hora menos, y al menos habría ayudado. Es una moda actual contar el nacimiento del héroe, pero al forzar la incorporación de Toro como protagonista, se hace necesario contar el nacimiento no de uno, sino de dos héroes, lo que daña seriamente el ritmo cinematográfico y el interés de la historia. Muchas idas y vueltas tuvo este proyecto y ahora se ve porqué. El director Gore Verbinski, curiosamente, había hecho un gran western de animación llamado Rango, pero parece que aquel proyecto era más libre y más coherente que este. No es motivo de alegría este desastre, al contrario. Los únicos instantes aceptables del film son cuando suenan los acordes de la Obertura Guillermo Tell de Rossini, el tema que hoy muchos conocen como “la música del Llanero Solitario”. Un gran personaje, sin duda, pero que aún espera que se haga con él una película en serio.
TIEMPO ARGENTINO