06 Jul “Pueden esperar todo lo inesperado”
Por Nicolás Peralta
Su nombre es Gore Verbinski. Es el director ganador del Oscar a mejor película animada 2011, Rango, y el director de Piratas del Caribe. Ahora vuelve a reunirse con el productor Jerry Bruckheimer y el actor Johnny Depp para comandar una nueva aventura. La idea de volver a trabajar juntos y hacer El Llanero Solitario germinó hace tiempo, pero no se decidió hasta que vio una foto. “Johnny me mostró una foto de sí mismo, vestido como Toro, con un pájaro en su cabeza”, recuerda Verbinski. “Me preguntó si quería retomar la idea y trabajar en este proyecto. Comencé a pensar en ello seriamente.”
El personaje de Toro era relativamente claro para Verbinski, pero necesitaba encontrar una manera de contar la historia de modo tal que resultara convincente. “Todos hemos oído la historia del Llanero Solitario, pero creo que contarla desde el punto de vista de Toro era particularmente interesante para mí”, afirma. “Una vez que tuve esta idea y acepté el proyecto, especialmente con Johnny abordo, sentí que debía hacer relevante a ese personaje. Yo adoro a Don Quijote, así que la idea de contar quién era el Quijote desde la perspectiva de Sancho Panza siempre me gustó.”
Con la historia en su lugar y el emblemático Johnny Depp ya contratado para el papel de Toro, Verbinski comenzó a buscar el actor perfecto para interpretar al Llanero Solitario. Cuando se encontró con Armie Hammer (Red social, J. Edgar), Verbinski supo que había encontrado a su hombre. “La primera vez que vi a Armie supe de inmediato que él tenía una manera diferente de ver las cosas, algo que se adaptaba muy bien a su papel. Había una especie de entusiasmo juvenil y pensé que eso era perfecto.”
Verbinski explica la importante relación entre Toro y el Llanero Solitario en la película: “Sabemos que hay dos sistemas de creencias totalmente divergentes, que se tocan en algunos puntos. Por ejemplo, ninguno de ellos tiene una tribu; Toro es un paria y, en muchos aspectos, el Llanero Solitario también lo es. También en materia de sus creencias, su clásico sentido de la justicia no encuentra sentido en el mundo donde vive. Pero él no pierde su brújula moral. Y creo que estos dos tipos son un grupo aparte; por eso andan juntos.”
Con el fin de lograr esa realidad en la pantalla, la producción construyó un pueblo ficcional completo y puso ocho kilómetros de vías, sobre las cuales corrieron dos motores especialmente diseñados para el film. La producción filmó en cinco estados –Arizona, Nuevo México, Utah, Colorado y California– para encontrar las locaciones perfectas que representaran la historia.
–¿Qué hace que el Llanero Solitario siga siendo un proyecto emocionante?
–Yo crecí en los años ’70, por lo que para mí el Llanero Solitario era un personaje de cartón, bidimensional. Lo que me interesó fue la historia de un indígena estadounidense y de un “ranger”, cómo sus mundos se contactan y ambos quedan casi encadenados en este viaje. Fue la idea de hacer la historia de esta relación.
–¿Es fanático de los westerns?
–Sí, soy un gran fan del género. Me metí en este negocio de contar historias viendo películas del género. Eran una suerte de fruta prohibida y siempre me fascinó ese mundo. Hacer algo con caballos, trenes, caballería y comanches es realmente fantástico.
–¿La idea de realizar El Llanero Solitario se le ocurrió durante el rodaje de Piratas del Caribe?
–Sí. Estábamos en una playa en alguna parte, creo que durante la segunda entrega de la saga, y Terry Rossio y Ted Elliott (los guionistas) estaban hablando de adquirir los derechos de El Llanero Solitario y llevárselos a Jerry Bruckheimer. A Jerry le gustó la idea y ellos estaban apasionados al respecto. Hablé con Johnny y le dije: “¿Por qué no interpretas a Toro?” Eso me resultaba realmente interesante. Dimos algunas vueltas con el tema y hablamos un poco, pero no demasiado en serio. Pero todo se fue dando. La historia comenzó a tomar forma. Trabajamos en el guión durante 18 meses y luego lo llevamos de vuelta a Jerry y los muchachos, y todo el mundo estaba entusiasmado.
–¿Cómo logró que Johnny Depp encarnara al personaje de Toro?
–¡Eso es lo que Johnny hace! Crea personajes extraños y desconcertantes. Lo único que yo diría que es diferente de este film es que él se roba la película, pero no quedará pegado en el personaje. Es muy consciente de que es una trama para dos actores, algo que no recuerdo que él haya hecho en un buen tiempo. Es una interpretación diferente de Jack Sparrow, que baila y se adueña de la película mientras intenta recuperar su barco o cualquier otra aventura. Hablamos desde el principio y Johnny sabía que debería ser mucho más generoso en muchos sentidos.
–¿Cómo es la relación entre el Llanero Solitario y Toro?
–Creo que hay química. Todos queremos que venga un buen hombre y arregle todas las cosas, pero está en nuestra naturaleza destruirlos cuando ellos aparecen. Por eso el Llanero usa una máscara.
–¿Qué hace perfecto a Armie Hammer para el papel de John Reid, el Llanero Solitario?
–Muy simple. Cuando conocés a Armie, descubrís que no tiene un ápice de cinismo o de falta de entusiasmo.
–¿Cuáles fueron los retos del clima durante la producción?
–En términos de producción, fue la película más difícil que he hecho. Hacía un calor de 50 grados centígrados, y luego nevaba, después llovía y había vientos de 70 kilómetros por hora, y polvo tan espeso que debíamos detener la filmación. ¡Creo que el equipo aún está sacando el polvo de sus oídos, seis meses después de haber finalizado el rodaje!
–¿Debieron utilizar mucha tecnología de animación o creación de imágenes por computadora?
–Hubo una conversación puntual según la toma. Ciertamente, debimos hacer algunas cosas, por ejemplo, aquellas que no eran seguras, en computadora. Volábamos grandes puentes y descarrilábamos los trenes y cosas así. Por lo tanto, hay un cierto trabajo que se hizo por computadora. Intentamos esconderlo lo máximo posible, de modo de que la gente no pueda precisar dónde está lo creado por computadora. Es importante mantener a la audiencia en vilo.
–En definitiva, ¿cómo describiría el tono de la película?
–Creo que este film está al filo de la navaja porque tratamos con temas llenos de seriedad. Se trata de la situación de los aborígenes estadounidenses, por un lado, y de problemas emocionales muy profundos. La historia se cuenta desde el punto de vista de Toro, que está un poco loco. Su propia tribu piensa que él está algo loco; así que hay una buena cantidad de humor también.
–¿Qué puede esperar el público de esta película?
–Pueden esperar todo lo inesperado. Es una historia genial y vamos a llevarlos a todos de paseo.
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