El temor a maldiciones traba tareas arqueológicas

El temor a maldiciones traba tareas arqueológicas

Son incontables las veces que el cine, haciéndose eco de las leyendas, se adelanta a la realidad. Como en las viejas películas de terror en donde un hallazgo arqueológico de indudable valor histórico desencadena una serie de maldiciones para sus descubridores, el equipo de profesionales a cargo de las excavaciones realizadas en Xi’an, China, en la tumba que guarda los restos del emperador Qin Shihuang (259 – 210 a. C.), decidió demorar el ingreso a ella por miedo a la posibilidad de que haya trampas instaladas para defender el lugar de intrusos. El temor parece estar fundado en la ignorancia o, al menos, en la falta de información certera. Es que, aparte del cuerpo del hombre que unificó China, no se sabe a ciencia cierta qué hay en el interior del mausoleo. La leyenda cuenta que está repleto de tesoros, pero también de dispositivos de defensa que aguardan a quien trate de acceder al lugar. Los científicos, que este mes han dado con un conjunto de diez edificios que abarcan 690 metros de largo y 250 metros de ancho, también han hallado indicios que podrían confirmar el mito, aunque no terminan de pronunciarse al respecto.
Durante las excavaciones se ha encontrado una gran cantidad de mercurio que podría ser utilizado como veneno contra saqueadores, y los planos que han dibujado los arqueólogos chinos utilizando avanzadas técnicas de volumetría subterránea hacen pensar que el complejo funerario, cuya distribución tampoco está clara, guarda todo tipo de sorpresas desagradables, incluidas flechas que se dispararían solas. A juzgar por el revestimiento de cromo encontrado en algunas de las esculturas descubiertas hasta ahora, las armas podrían ser todavía funcionales. Además, su sarcófago permanece cerrado en el interior de una pirámide de 76 metros de altura, cubierta de tierra y preservada por un complejo sistema de drenaje, que no va a ser fácil abrir. De hecho, el gobierno se niega a conceder todavía los permisos para intentarlo, porque considera que no existe tecnología suficiente como para asegurar que el interior no se vea afectado con la apertura. Hasta ahora el mayor de los descubrimientos realizados en Xi’an es un conjunto de invaluables guerreros de terracota, hallazgo que compite en importancia con los ocurridos durante el siglo XIX en las tumbas faraónicas, en la época de oro de la Egiptología. Está claro que, ante los temores manifestados por los investigadores a cargo de la empresa, hoy más que nunca sería importante contar con la ayuda de un tal Indiana Jones.
TIEMPO ARGENTINO