Se celebra hoy el Día del Periodista

Se celebra hoy el Día del Periodista

Un 7 de junio de 1810, Mariano Moreno fundó La Gazeta de Buenos Aires con el objetivo principal de divulgar las ideas revolucionarias entre la población. Allí se congregaron las plumas más inspiradas de ese entonces: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo y el propio Moreno. En 1938, en plena década infame, el Primer Congreso Nacional de Periodistas retomó la senda trazada por nuestros revolucionarios y dejó sentado al 7 de junio como el Día del Periodista.

Ningún periodismo independiente
Por Oscar Gonzalez

Aunque a algunos les sorprenda, los periodistas argentinos celebramos nuestro día, evocando la aparición, en 1810, de un periódico nada independiente: La Gazeta de Buenos Ayres. Redactado por Mariano Moreno, era, ni más ni menos, el órgano oficial de la Primera Junta de gobierno patrio. Esa aparente paradoja cobra hoy un nuevo significado cuando los integrantes del staff gerencial de los medios comerciales se arrogan la condición de baluartes del “periodismo independiente” y pretenden menoscabar la tarea de quienes no suscriben su discurso hegemónico.
El lúcido secretario de la Primera Junta no concebía a La Gazeta como un mero boletín destinado a publicitar los actos oficiales. Eran tiempos convulsionados y, como lo confirmaría su propia suerte, no todos estaban dispuestos a emprender los cambios que la hora demandaba. Algunos de sus colegas en el gobierno maniobraban una salida más o menos negociada con España, que les ahorrara sacrificios y contratiempos. Moreno, en cambio, era un revolucionario convencido y se tomaba en serio la tarea de fundar una nueva Nación.
Desde esa perspectiva concibió a La Gazeta como un instrumento de la lucha política. Y como tal se inscribió entre las mejores tradiciones de la prensa argentina. Contra lo que algunos creen —y sobre todo, contra lo que algunos quieren hacer creer–, ninguno de los periodistas que hicieron escuela en la Argentina era un escriba del poder establecido. Tampoco oficiaba de vocero de la empresa que lo contrataba. Cada uno en su tiempo, apostó al modelo de país con el que habían soñado, a un cambio que ampliara, como quería Moreno, las bases de la libertad y la igualdad. Tal fue el caso de Monteagudo, Belgrano, el deán Funes y el de tantos colegas desaparecidos, desde Rodolfo Walsh y Enrique Raab, hasta Héctor Demarchi e Ignacio Ikonicof.
A quienes se escudan tras la falacia de un “periodismo independiente”, les recordamos el ejemplo de todos ellos y una frase del gran cronista polaco Ryszard Kapuscinski: “Los cínicos no sirven para este oficio.”
TIEMPO ARGENTINO