Psicoanálisis en el tocador

Psicoanálisis en el tocador

Por Candela Potente
arquetípica del ruso judío- se dirige a la oficina de migraciones de Moscú para declarar su deseo de emigrar. El funcionario pregunta cuáles son sus motivos y Rabinovitch responde que tiene dos. En primer lugar, expresa su temor ante la posibilidad de que la Unión Soviética se derrumbe y procede a enumerar extensamente las consecuencias que ello tendría para los judíos. Pero el funcionario lo interrumpe y, para refutar esta primera justificación, alega que eso es absurdo: la Unión Soviética es invencible, durará para siempre y nunca cambiará. Rabinovitch, entonces, contesta: “Ahí tiene usted la segunda razón”.

Con esteWitz (palabra que tanto en alemán como en yiddish significa “chiste”) el filósofo y psicoanalista esloveno Slavoj Zizek explica la lógica de la tríada hegeliana tesis-antítesis-síntesis en su último libro traducido al castellano: El más sublime de los histéricos . Según su elocuente análisis, la segunda razón de Rabinovitch está ya en la misma reacción del funcionario, que buscaba refutar el primer motivo. La antítesis -la objeción del funcionario a la primera de las razones, es decir, la tesis- se convierte ella misma en la síntesis mediante un mero cambio de perspectiva. De este modo, la solución estaba en lo que parecía ser el problema. Esta interpretación de la dialéctica de Hegel condensa uno de los objetivos generales del libro, en el que Zizek se propone leer a “Hegel con Lacan”: un gesto que muy evidentemente evoca el título de un famoso escrito de Jacques Lacan, “Kant con Sade”. Allí, el psicoanalista veía enLa filosofía en el tocador del marqués de Sade la verdad de la ética rigorista de Immanuel Kant formulada en su Crítica de la razón práctica.
Este libro es, en realidad, la tesis de doctorado del filósofo esloveno, defendida en París en 1982 y dirigida por Jacques-Alain Miller, yerno de Lacan y editor de sus seminarios. La primera parte presenta una lectura de Hegel a través de Lacan y de éste a través de aquél. Así, encuentra en Lacan un inesperado hegeliano, y encuentra en Hegel una lógica del significante, contraria a las interpretaciones que lo consideran un “panlogicista”, un filósofo del saber absoluto que devasta lo vivo, lo particular. En la segunda parte, se ponen en juego estas ideas en lo que el propio autor llama “los callejones sin salida posthegelianos”. Entre los puntos principales, Zizek hace un análisis de la forma de la mercancía en Marx (y su familiaridad con la forma del sueño en Freud); realiza tres intentos de delimitar el totalitarismo, donde atraviesa temas como el problema de la ley y la libertad, y la relación entre regímenes democráticos y totalitarios; marca la distancia de Lacan con el posestructuralismo, caracterizado como un “poeticismo” forzado que, a la vez que niega la posibilidad de un metalenguaje, termina siendo demasiado teórico; y, finalmente, señala un insospechado hegelianismo en la postura “antidescriptivista” del filósofo estadounidense SaulKripke, perteneciente a la tradición llamada “analítica”.
Este libro, “dialógico” según su autor, realiza una lectura cruzada que le permite explicar a un pensador con las ideas de otro: entender conceptos hegelianos con formulaciones lacanianas, escenas narradas por Kafka mediante nociones hegelianas, la burocracia estalinista como una nueva versión de mandatos kantianos. Zizek hace funcionar unas ideas con otras, como si se tratara de diferentes líneas melódicas que interrogan y se responden recíprocamente. Y cuando podríamos empezar a sospechar de la legitimidad de esta orquesta conceptual, elimina toda posible desconfianza con citas que evidencian que sus conclusiones se derivan de una lectura tan interesada como cuidadosa.
El más sublime de los histéricos nos pone frente a lo que en ocasiones parece un apasionado juego deping-pong en el que Zizek desafía las interpretaciones más frecuentes de las ideas y los pensadores de los que se ocupa. A cada momento nos muestra una versión revertida de estas interpretaciones y dirige la mirada a lo que ellas soslayaron. El resultado es un libro que propone una manera de reflexionar ya no limitada por un orden cronológico ni por la búsqueda (casi usurera) de la herencia de determinadas ideas en personajes de la historia del pensamiento. Por el contrario, asume la actualidad de su lectura con cruces, imbricaciones, hibridaciones y diálogos que exhiben nuevas versiones de ideas cuya comprensión en el imaginario común parecía cristalizada.