25 Jun La inactividad física provoca tantas muertes al año como el tabaquismo
Por Andy Coghlan
Si alguna vez necesitó un shock que lo hiciera levantar del sofá y calzarse un par de zapatillas es éste: la falta de actividad física mata casi a tanta gente como el tabaquismo. Ese es el inquietante mensaje de una serie de trabajos publicados acerca del impacto en la salud de la inactividad.
Las investigaciones publicadas en The Lancet sugieren que más de 5.300.000 muertes podrían ser evitadas anualmente si todas las personas sedentarias hicieran ejercicio, casi la misma cantidad que arroja el tabaco, que asciende a 5.000.000.
Todas ellas podrían haber sido evitadas si las personas cumplieran con la meta de 150 minutos semanales o más de actividad moderada, como la caminata enérgica.
“Tratamos de estimar cuántas muertes podrían evitarse si toda la gente inactiva del planeta se volviera activa”, dice I-Min Lee, de la Escuela de Medicina de Harvard, primer autor del equipo que publicó uno de los trabajos.
Lee analizó datos de 2008 acerca de las muertes debidas a las cuatro principales enfermedades de las que ya se sabe que están vinculadas con la falta de ejercicio -la enfermedad coronaria, la diabetes tipo 2, el cáncer de colon y de mama-. Su equipo combinó los datos con información sobre niveles de actividad física en cada país.
A partir de eso, ellos calcularon que si cada uno alcanzara las metas semanales de gimnasia, alrededor del 6% de los que mueren globalmente de ataque cardíaco sobrevivirían, como también le ocurriría al 7% de los que mueren de diabetes tipo 2 y al 10% de los que mueren de cáncer de colon o de mama.
La mecanización de la vida
Harold Kohl, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en Houston, dice que los números significan que la inactividad ha creado una moderna pandemia, cuyas causas son la mecanización de los trabajos y la vida doméstica, la facilidad de transporte y la prevalencia de actividades recreativas sedentarias, tales como los juegos de computadora o mirar televisión.
“A medida que las poblaciones viraron hacia la industrialización, la mecanización y la dependencia de los automóviles, nos arreglamos para eliminar las oportunidades de actividad física de nuestra vida y ahora nos estamos matando”, dice Kohl, primer autor de otro artículo que se publica en The Lancet, que llama a organizar una acción global para revertir la situación.
En otro trabajo, Pedro Hallal, de la Universidad Federal de Pelotas, en Brasil, descubrió que globalmente el 42% de los adultos pasan más de cuatro horas diarias sentados, y que dos tercios de los adolescentes pasan dos horas diarias mirando televisión sin levantarse del sillón.
Hallal dice que la situación no debería atribuirse a una falta de motivación, sino más bien a la creación de ambientes en los cuales es imposible o inconveniente moverse o hacer ejercicio, caminar o andar en bicicleta.
Forzados a caminar
Más de 100 ciudades de América latina han tenido algún éxito en combatir este problema con esquemas que periódicamente cierran grandes rutas al tránsito. El movimiento de la ciclovías comenzó hace 30 años en Bogotá, Colombia, donde “72 días del año 100 kilómetros de las calles urbanas están cerrados”, dice Gregory Heath, de la Universidad de Tennessee en Chattanooga, asesor de las intervenciones que mejor funcionaron alrededor del mundo para promover la actividad física.
Heath dice que por lo menos un millón de personas aprovechan las ciclovías sólo en Bogotá, lo que hace que se mantengan activos entre 140 y 180 minutos por semana, y permite que alrededor del 14 % de la población alcance sus metas de ejercicio físico. El estudio de Heath también reveló que los podómetros, que miden el número de pasos que da una persona por día, son altamente efectivos para generar motivación. “Ellos miden y muestran cuánto se hace, de modo que los individuos pueden ver cuánto se han esforzado y ponerse metas”, afirma.
LA NACION