Estados Unidos, donde más se dona

Estados Unidos, donde más se dona

Por Arturo Prins
La filantropía es fundamental en Estados Unidos: en tiempos de crisis los ciudadanos conservan su capacidad de dar. No lo hacen, como muchos creen, por las deducciones fiscales, ya que quien no dona retiene más utilidad que si dona y deduce. Hay topes para deducir de la ganancia preimpuestos, de manera que no se cambia tributo por donación. El Estado exime sólo de una parte del impuesto a quien muestra vocación filantrópica. Vocación que estimula, también, el trabajo de miles de profesionales en obtener fondos ( fundraisers ).
Giving USA, desde 1956 la guía más completa de donaciones norteamericanas, indica en su editorial 2011 que “en la última década los aportes continuaron, a pesar de atravesar dos recesiones, ataques terroristas, guerras, catástrofes naturales y otras causadas por el accionar humano”. Desde 2000, las donaciones ajustadas por inflación superaron los 280.000 millones de dólares por año y en cinco de los últimos siete años sobrepasaron los 300.000 millones. Estados Unidos sigue siendo el país del mundo en el que más se dona.
Las contribuciones de 2010 (290.890 millones de dólares) crecieron 2,1% sobre el año anterior, aunque no superaron el récord de 2007 (326.570 millones). Equivalieron al 2% del PBI, con una donación per cápita de casi 1000 dólares, índice no igualado por ningún país. La actual recesión afectó más que otras: en 2008 y 2009 los aportes cayeron un 13%, tras el ajuste por inflación. Y aunque en 2010 se recuperaron, hay una merma del 11% respecto a 2007. Cuando los ingresos de los norteamericanos se resienten, las donaciones pueden bajar, pero no discontinúan.
En 1954 había unas 500.000 instituciones filantrópicas registradas. En 2010 son 1.280.739, según el Internal Revenue Service (IRS), además de 350.000 congregaciones religiosas. Casi la mitad de las donaciones de 2010 fueron a instituciones religiosas (35%, 100.630 millones de dólares) y educativas (14%, 41.670 millones). Desde hace 56 años las congregaciones, obras misioneras e iglesias reciben la mayor parte del total donado. La segunda preferencia de los donantes es, desde 1978, la educación (anteriormente era la salud). Aquí el porcentaje del total donado crece: 12,3% (1985-89), 15,1% (2005-09).
El resto de las donaciones tuvo otros destinos. Múltiples programas de fundaciones independientes recibieron 33.000 millones de dólares, 11% del total; los que ayudan a afectados por la crisis económica o catástrofes naturales obtuvieron 26.490 millones (9%); salud e investigación de enfermedades recibió 22.830 millones (8%); arte, cultura y humanidades, 13.280 millones (5%); protección del ambiente y fauna, 6660 millones (2%). Los aportes internacionales tuvieron el mayor incremento: 13,5% más que en 2009 (15.770 millones, 5% del total); es creciente la sensibilidad por temas globales o crisis humanitarias, como el terremoto de Haití.
Pocos saben que casi el 90% de las enormes sumas anuales donadas proviene de la filantropía personal y familiar, por lo que el sector empresario aporta la menor parte. En 2010, las contribuciones de individuos, legados y fundaciones familiares superaron el 87% del total (254.100 millones de dólares). Las de individuos -especialmente de medianos y bajos ingresos- siguen siendo las mayores: 211.770 millones (73% del total), en dinero, títulos y valores, obras de arte y hasta ropa en buen estado a una entidad como Goodwill. Los legados fueron por 22.830 millones (8%). En legados, Estados Unidos privilegia a la comunidad, pues se puede testar libremente. La ley argentina privilegia a la familia, pues permite donar sólo un quinto del patrimonio personal al bien público; el resto va a herederos forzosos (hijos, cónyuge, ascendientes). Dos visiones diferentes.
Según la Corporation for National and Community Service, 62 millones de adultos trabajaron de voluntarios en 2008. En esta recesión, muchos de los millones de desocupados colaboran como voluntarios.
El país más amenazado, con un presupuesto de defensa equivalente al del resto de las naciones, principal proveedor de armas, con centenares de bases y miles de soldados en decenas de países, que defiende la pena de muerte y se niega a limitar importantes fuentes de contaminación, tiene -al mismo tiempo- la sociedad más solidaria, la que más instituciones filantrópicas ha creado, la que más fondos dona a fines religiosos y educativos y al cuidado del ambiente, donde más ciudadanos ricos y pobres donan la mayor suma de dinero en el mundo y mucho “tiempo y talentos”.
LA NACION

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