13 Jun Discurso de Carlos Felice en vísperas del día del trabajador del turf
Discurso de Carlos Felice, Secretario General de UTTA, durante el acto por el Día del Trabajador del Turf en el Nuevo Hipódromo de Las Flores. (Santa Fe, 19 de mayo de 2013)
Esta tarde no puede ser en más cálida mi corazón, a pesar de este clima que no nos acompaña. Más cálida al ver en cada uno de ustedes una fuente de trabajo recuperada. Durante toda la tarde de hoy hicimos un homenaje especial a compañeros que ya no están con nosotros. Son muchos años que venimos trabajando y construyendo lo que llamamos hipódromos abiertos, y que, gente advenediza que no conoce lo que implica el sacrificio de estar todos los días buscando el sustento para poder llevar a la familia, adjudica a casualidades. Esto habla sobre cuáles son las intenciones de estas personas respecto a porqué hay hipódromos.
La intención de que haya hipódromos, señores y señoras, es que estos trabajadores puedan tener trabajo, sean dignos y puedan llevar a sus familias el alimento que hace que todos los meses puedan construir un futuro mejor.
Pensar en una sociedad que los haga visibles, soñar con que puedan ser diferentes las cosas.
Desde el centro del país. De un país que integra socialmente. De un país que ha visto dejar muchas veces muchas cosas en el camino, pero que se enorgullece de poder incluir y de poder distribuir lo que implica justicia social, lo que implica el reconocimiento de cada uno de mis compañeros, de cada uno de los trabajadores que hoy se hacen presentes.
Nosotros sabemos perfectamente que enfrentamos intereses de capitales económicos que quieren liquidar hipódromos como éste. Son un obstáculo. Pero aquellos que piensan que somos fáciles de derribar no conocen lo tercos que somos los santafesinos.
Yo he visto compañeros sin poder cobrar los sueldos. He visto compañeros que han tenido que ir a mendigar. He visto compañeros que han tenido una vida difícil. ¡No quiero ese futuro para ustedes, para los jóvenes que hacen hoy a la actividad hípica!
Queremos que, emblemáticamente, este hipódromo sea en Santa Fe una representación de lo que es la ciudad. Una ciudad pujante, que convoque a personajes tan ilustres como hemos tenido esta tarde, entre ellos los referentes de los Jockey Clubes de Villa María, de Rio Cuarto, de Gualeguaychú , de Rosario, de los distintos hipódromos que hacen a lo que denominamos la patria grande.
Y cuando hablamos de patria grande estamos hablando de la hermandad latinoamericana. Ni un solo paso atrás, compañeros, convencidos de que debemos ratificar este rumbo. No estamos haciendo historia. Estamos haciendo presente y futuro, compañeros, para que la familia del turf vuelva a tener en la representación de ustedes, de los trabajadores autogestionados, hipódromos de pie, ante aquellos que dicen que solamente se puede vivir de la especulación económica, del slot o de la actividad subvencionada.
El trabajo de la actividad ecuestre, de los caballos de carrera, genera trabajo. Es un trabajo que implica estar presentes donde no se quiere estar muchas veces. Al lado de la bosta si es necesario, señores. Al lado de lo que otros desechan pero nosotros tomamos como propio, lo incluimos, porque eso implica dignidad.
No se equivoquen respecto a qué es la dignidad. La dignidad no es trabajar en una lujosa oficina, manejar dinero o, desde una oficina en Puerto Madero, convocar a un acto en las gradas de Palermo. La dignidad es desde aquí, desde San Pantaleón, desde barrio Cabal, desde Villa Hipódromo, poder hacernos presentes en una tarde tan diferente pero tan vista por Juan José Moyano, Juana Franco, Alfredo Moreyra, Omar Capellini, Oscar Avalos, Segundo Bermejo, un montón de compañeros que, si estuvieran aquí, me estarían diciendo “bien Carlitos, como siempre, avancemos, un paso adelante.”
¡Siempre, un paso adelante, compañeros!