09 Jun Con autoridad, Palace Malice puso el ranking patas para arriba en el Belmont Stakes
Por Sebastián Heredia
El viento se llevó a las nubes. El sol se encargó se secar la grande de Belmont Park en la víspera del Belmont Stakes (G1, 2400mts.). Pero Palace Malice volvió a teñir del gris el firmamento de los tres años en Estados Unidos, con un mojón de soberbia sobre Oxbow y Orb, titulares del Preakness y del Derby, respectivamente. Fue el segundo lauro de su historia para el descendiente de Curlin, igual cantidad de trofeos para el entrenador Todd Pletcher y el jockey Mike Smith.
Cuando Curlin en 2007 cayó ante la potranca Rags To Riches en el evento que cierra la Triple Corona en Estados Unidos, la critica le cayó duro al posteriormente elegido dos veces Caballo del Año por su adaptación a la distancia. Pletcher, entrenador de la heroína, reivindicó mil y una veces la condición extraordinaria del placé. Seis años después, el mismo compositor le devolvería los honores al hijo de Smart Strike como semental en la misma cita.
La historia de ambos fue por intermedio de Palace Malice, que no vencía desde que salió de perdedor sobre 1300 metros en la arena de Saratoga, a los dos años, en agosto de 2012. Aquella precocidad (fue segundo debutando, sobre 1000 metros) y velocidad se convirtió en paso promedio para marchar con facilidad desde la cuarta plaza a poco de dar la suelta. Por ende, gran merito corre por cuenta de Smith, que sobre el nieto materno de Royal Anthem no desesperó ni cuando los dos más mentados de la nómina de 14 elementos se ponían peligrosos.
Una de las luminarias fue Oxbow, que fiel a la fórmula del Preakness tomó el comando en cuanto pudo. Tal condición fue postulada por Freedom Child, que le presentó batalla en casi toda la vuelta. Tras fracciones de 23’’11c, 46’’66c, 1’10’’95c y 1’36’’47c la milla, el pensionista de D. Wayne Lukas intentó escapar, pero ya era tarde.
La otra estrella de la inscripción era Orb, otro que siguió al pie de la letra su mejor funcionamiento. Igual que cuando pasó de largo en el Derby y no tuvo asidero en el Preakness, el vástago de Malibu Moon ocupó la penúltima plaza, al promediar la longitud avanzó, pero de ninguna manera condicionó a los dos que a esa altura estaban firmes por delante de su visual. Su esperanza jamás creció. La medalla de bronce fue un premio agridulce para el que fue plebiscitado en la pizarra.
No hubo cotejo para los dos más brillantes en la escena al pisar la recta final. En 2’03’12c los dos kilómetros, la página estaba cerrada. Palace Malice desbordó sin más decir al enemigo del totalizador y se encaminó a una consagración desahogada. Este criado por William Farish (Lane’s End) cerró el viaje sin preocupaciones para Smith, ese hombre nacido para las grandes citas. Este potro previamente fue guiado por Javier Castellano, Rosie Napravnik, Edgar Prado y Garret Gómez, quienes fueron de la partida en otros protagonistas… Antes Smith había ganado el Belmont con Drosselmeyer, en 2010.
Al cabo de 2’30’’70c, el de las históricas sedas del Dogwood Stable le puso el bronce a la parte grande del proceso selectivo en la Unión con un resultado tan sorpresivo como claro. Sus meritos en este apareo no están bajo discusión. Tampoco el valor de Oxbow, el que más creció desde el punto de partida el primer sábado de mayo en Churchill Downs. El escenario sigue girando sobre la incompatibilidad lógica entre la milla y un cuarto y la industria norteamericana. Palace Malice no tiene la culpa. Palace Malice fue responsable de un arrojo lleno de elogios, a punto tal que le pasó todas las dudas al resto de tan brillante.
PURA HIPICA